Cuando el populismo se unió con el marxismo, vino el neopopulismo de los 60’

Cuando el populismo se mezcló con el marxismo, vino el neopopulismo de los años sesenta, repitiendo estrategias del fascismo.

A mediados de 2013 se plantearon ideas en las redes sociales sobre el tema del populismo y el fascismo que vale la pena traer ahora que vemos en Venezuela la repetición de esos males, por gente que solo aspira a eternizarse en el poder sin ocuparse de mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos.

Mantener el precio de la gasolina por debajo del costo internacional, empeñarse en que los transportistas movilicen a la gente con pasajes que les impiden cubrir sus necesidades y el desgaste de sus vehículos, o imponer precios a los alimentos que impiden la reposición de los mismos, debido a la hiperinflación que no es consecuencia de una inventada guerra económica sino del aprovechamiento de la cúpula gubernamental de un dólar a 10 devaluados bolívares que no existe en ninguna otra parte del mundo, es lo que se llama populismo.

Eso incluye entregar apartamentos a quienes se convierten en sumisos e irresponsables seguidores de esa cúpula que maneja a su antojo los dólares que entran al país por petróleo, aunque cada día sean menos por la decadente producción de nuestra destrozada industria.

También incluye ver cómo se destroza el sistema Metro de Caracas. Mientras gente del propio Gobierno pide ajustar sus tarifas a la realidad económica, la cúpula optó por dejar libres sus torniquetes y cerrar las cabinas que vendían los boletos a 4 devaluados bolívares, como parte de la campaña electoral para las 335 alcaldías el próximo 10 de diciembre.

Es cuando parece oportuno lo que se planteó en ese intercambio de información e ideas a partir de 2013. Allí se planteó que el populismo surgió como esquema evolutivo propio de América Latina, entre 1930 y 1940, mientras Europa se volvía fascista.

El populismo lo impusieron Juan Domingo Perón en Argentina, Lázaro Cárdenas en México y Getulio Vargas en Brasil.

Está demostrado que Vargas era fascista y Perón admiraba a Mussolini y se reunía en España con los falangistas. En cuanto a que Lázaro Cárdenas era liberal, popular y democrático, como la Revolución Mexicana, se explica que el populismo surgió de una fuerte vertiente liberal-democrática, pero tuvo la capacidad de ‘mestizarse’ con el marxismo, y eso nos da el neopopulismo a partir de 1960.

Es muy recurrente en América Latina la existencia de un pensamiento en principio híbrido, donde pueden coexistir componentes ideológicos en principio contradictorios, como lo son el fascismo, el liberalismo y el marxismo.

El fascismo o franquismo, por ejemplo, utilizó la política de imponer el gran capital a través de la violencia, sin importar su vocabulario político.

Todo eso complica el panorama y hay políticos que combaten el régimen actual venezolano, pero con esa mezcolanza de ideas y es lo que es necesario analizar a fondo para que en Venezuela se acaben las improvisaciones y surja algún acuerdo nacional que realmente convierta al Estado en propulsor de valores que permitan la superación de todos los males que hoy sufre la gran mayoría de los venezolanos. Hay que defender la cultura democrática, la capacidad de convivir y escuchar en todos los órdenes de la vida, entre ellos, la política.

@jajogra