Nuestra línea es una sola: exigir elecciones libres y transparentes

Nuestra línea es una sola: exigir elecciones libres y transparentes; por eso mal pueden otros romper esa exigencia haciendo planes de participación electoral.

El plan totalitarista del régimen de Maduro continúa sin dilación alguna. Siempre el totalitarismo lo caracteriza el Plan de destrucción de lo que ellos llaman la «democracia burguesa» para instalar el «nuevo orden revolucionario». Un plan de destrucción cuyas secuelas a lo largo de la historia han sido hambruna, pobreza y retroceso.

Como le es difícil eliminar el capital financiero y sus instrumentos monetarios siempre buscan atajos que, unidos con el narcotráfico y el terrorismo, construyen su propia economía financiera.

En el caso venezolano, que no tiene una estructura industrializada ni agroindustrializada, el empeño de Maduro es hacia la economía especulativa que genera riquezas para los que están en el engranaje de primero.

Rusia y China han logrado establecer un sistema cerrado y autocrático en lo político y abierto en lo económico. Cuba desde el principio recibió apoyo de Europa para el poco desarrollo que podía emprender, básicamente en el Turismo y para eso creó el peso cubano convertible para que los turistas y los palanqueados por la Nomenclatura tuvieran acceso a los bienes extranjeros y servicios que el pueblo cubano con el peso cubano ni soñar con acercarse a un hotel o comprar un electrodoméstico podían.

Eso lo estamos viviendo en Venezuela: ni hay apertura política ni mucho menos una economía capitalista o social de Mercado. Lo más fácil para este régimen es disponer de activos subyacentes a ese título de deuda pública que es el Petro, sin autorización de la legítima AN.

Se acabó la soberanía alimentaria, la integridad territorial y ahora la soberanía sobre nuestros recursos naturales. Puro capitalismo salvaje cuestionado por las leyes modernas de los objetivos del desarrollo sostenible.

Frente a esto me preocupa que no asimilemos las lecciones de Rómulo Betancourt cuando en 1957 exigía sincronización internacional, nacional y social.

Hay que tener disciplina para que el Frente Amplio Venezuela Libre se convierta en la vanguardia combativa del pueblo. Que transmita al mundo la confianza de que tenemos un proyecto para la Venezuela post-Maduro.

La Unidad es esencial. Internacionalmente avanzamos más si nos ven unidos y con opción de poder.

Hay una línea: exigir elecciones libres y transparentes. En consecuencia, mal pueden otros romper esa exigencia convalidando lo que se critica haciendo planes de participación electoral.

Le digo a mis lectores que eso nos perjudica y frente a eso podemos correr el riesgo de que la Comunidad Internacional nos vea monótonos y como un exilio Cubano II, divididos y radicados en uno o varios países.

@williamsdavila