En las pantallas de las bolsas internacionales, apareció un “misterioso” Bono Global 2036, emitido por Venezuela, desató incertidumbre por lo opaco de la operación, se trata de un nuevo instrumento de deuda por 5 mil millones de dólares de la República de Venezuela, no tuvo aprobación por la Asamblea Nacional (AN), ni está publicada en la Gaceta Oficial.
El intermediario fue un “bróker” de China, Haitong International Securities. La operación se realizó, según datos de Reuters, con la participación del Banco de Venezuela SA, banco estatal.
El gobierno emitió los bonos, pero como tiene limitaciones para colocarlos en el mercado internacional, debido a que no están respaldados, por la República, la “extraña operación” que no comprendieron los comerciantes de bonos, es que la deuda la compró el banco venezolano, en su totalidad, pero en moneda local, con una tasa de cambio de 10 bolívares por dólar.
Es decir, con fondos de una empresa pública, por 500 mil millones de bolívares, la administración Maduro, endeuda al país por 5 mil millones de dólares. El intermediario chino, monta la operación y el Banco de Venezuela le compra a la República la deuda de la manera referida.
Pero el gobierno no recibe los 5 mil millones de dólares líquidos, ya que los bonos están en poder del mencionado banco, el cual, junto al Banco Central de Venezuela (BCV), para obtener recursos líquidos, tendrán que venderlos en el mercado secundario.
Estiman analistas, que al ofrecerlos al mercado, tendrán que hacerlo con descuentos de al menos 57%, lo que arrojaría ingresos reales de sólo 2,15 mil millones de dólares, para pagar una deuda de 5 mil millones de dólares con vencimiento en 2036, más intereses de 6,5% anuales.
El monto sería usado para pagos de deuda, o para importación de alimentos y medicinas, también para financiar unas probables elecciones regionales. En el caso de la importación de alimentos, el monto real captado de 2,15 mil millones de dólares, sólo aportaría 21 días de comida para toda Venezuela a precio del índice de la canasta alimentaria del Cendas.
Foto Archivo ENPaís