Por Natasha Niebieskikwiat / Clarin de Argentina
En las últimas horas mucho se habló del último nombramiento de Nicolás Maduro: el poderoso ahora ex gobernador del estado de Aragua, Tareck El Aissami, será el nuevo vicepresidente de Venezuela. Y será de hecho quien releve al mandatario si su mandato fuera revocado en un eventual referendo en 2017. Pero muchos olvidaron de las extensas crónicas que lo relacionaron con la Argentina.
De origen sirio libanés, El Aissami apareció mencionado por la revista brasileña Veja y el diario The Wall Street Journal como el hombre que jugó un rol central en vuelos que unían Caracas-Damasco-Teherán y que presuntamente realizó entre 2007 y 2010. Ello, en el marco de una trama que captó atención internacional y en el que la editorialista del diario estadounidense Anastasia O’ Grady, tildó al fallecido Hugo Chávez como el “valijero de Irán en su esfuerzo por conseguir tecnología nuclear de Argentina”.
A decir verdad, nunca nada se pudo probar pero las denuncias tuvieron enorme repercusión internacional ya que explotaron poco después de que el 18 de enero de 2015, el fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman, apareciera muerto en su departamento de Buenos Aires. Eran tiempos, además, de furiosa resistencia interna en algunos sectores de Washington al acuerdo nuclear que Barack Obama y otras potencias nucleares firmaron con el gobierno de Teherán. Fue también una pelea entre republicanos y demócratas que excedió las fronteras de EE.UU.
En marzo de 2015, con algunos datos que no pudieron confirmarse pero con otros fuertemente inquietantes, la revista Veja, de Brasil, refirió al testimonio de tres ex integrantes del círculo íntimo del gobierno chavista -ya desertores- que, en forma anónima hablaron de un acuerdo entre los ex presidentes Chávez y Mahmoud Ahmadinejad, de Irán para obtener “favores” de Argentina.
Según la denuncia, el ex mandatario iraní habría manifestado a su par venezolano su intención de que los argentinos ayudaran a los iraníes a transferirle ayuda en en “reactores nucleares de agua pesada”. Eran tiempos en que aún pesaban fuertes sanciones sobre Teherán que se destrabaron luego con un acuerdo internacional.
Esos tres ex integrantes del chavismo aseguraron que Venezuela se encargó de transferir fondos a Argentina, provenientes de Irán. Y fue citado como caso el fallido intento en agosto de 2007 de pasar por la Aduana argentina la valija con cientos de miles de dólares que traía Guido Antonini Wilson. Los desertores insistieron, como se había dicho antes en un tribunal de la Florida, que ese dinero estaba destinado a la campaña electoral de Cristina Kirchner de 2007.
Fue Cristina quien después firmaría el polémico Memorándum con Irán para dar una vuelta de página a la causa por el atentado terrorista a la AMIA en la que la Justicia argentina responsabilizó a ocho funcionarios iraníes. En ese marco fue nombrado Tareck El Aissami, también ex canciller y ya entonces uno de los funcionarios de mayor peso dentro del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela.