Daniel Ortega, presidente de Nicaragua y líder sandinista, iniciará, el martes 10 de enero, su cuarto mandato en compañía de su esposa, Rosario Murillo, que será la vicepresidenta. Su nuevo período presidencial se verá limitado en materia económica, pues poco a poco recibe menos apoyo de Venezuela.
La juramentación de Ortega se celebrará el martes en un acto solemne en la Plaza de la Revolución, antiguo centro de Managua, frente a invitados extranjeros entre los que se encuentra la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.
En ese sentido, será difícil para Ortega el entorno económico a causa de la reducción de cooperación venezolana, sin mencionar la amenaza de legisladores estadounidenses de promover una ley que de aplicarse condicionaría los créditos de organismos multilaterales a que Managua (capital de Nicaragua) lleve a cabo cambios políticos.
Reducción de sustento económico
La cooperación venezolana sumó, entre 2007 y 2016, 4.800 millones de dólares con base en un acuerdo de suministro de petróleo, con el que Managua saldría beneficiada.
Esos ingresos que aportó la cooperación de Caracas ayudaron a Ortega a impulsar programas sociales que, según cifras oficiales avaladas por el Banco Mundial, redujeron la pobreza de un 45% a 29% de la población.
No obstante, la caída de los precios del crudo ha sido la causa de que el flujo de la ayuda venezolana haya menguado más de un 50%.
De igual manera, el panorama económico nicaragüense podría empeorar a partir de la instalación del republicano Donald Trump en la silla presidencial, en cuanto a las medidas proteccionistas que el futuro mandatario estadounidense ha anunciado, comentó el economista y consultor privado Adolfo Acevedo.
En Nicaragua operan empresas extranjeras bajo el régimen de zona franca que proveen de indumentarias a las empresas automotrices establecidas en México, algunas de las cuales ya han anunciado su salida de ese país.