La comunidad deportiva, al rechazar el comportamiento irracional del actual régimen, clama por la inminente emancipación del país, invocando a la paz atinente a un cambio de rumbo.
Todos los argumentos patrañeros a los cuales acude y esgrime el gobierno, a través de su principal cabecilla, no encuentran ningún asidero en la comunidad deportiva del país.
En consecuencia, no se trata de una inventiva caprichosa, a ese respecto, porque el rechazo a todo lo que dice, a veces iracundo, forma parte de una actitud de la que jamás en la historia democrática del país se correspondía con la investidura de un Jefe del Estado.
Es tal el descontento, que ese extremado cuestionamiento coincide, en grado sumo, en aquellos que tienen –de algún modo-, vinculación con este inmenso sector que ahora, razonablemente, ha despertado, apelando a un criterio distinto totalmente desligado de la reprensible actitud en la cual –hasta el cansancio-, se escuda el hombre que no se cansa de aplicar su verborrea aderezada con el artificio ladino de la política.
Son –en honor a la verdad-, iteradas arengas convertidas en soflamas por cadena nacional de radio y televisión, prolongado espacio obligado en horario al cual fuerzan a la comunidad entera, problematizando la tranquilidad en los hogares.
Es probable que quienes fungen de asesores, le hacen creer al mandatario de marras, que todo el mundo se come esa fábula, en medio de lo que realmente significa una enredada ficción saturada de monsergas, engañosas y exageradas, cuando de hecho la actual situación de la vida nacional marcha en condiciones deplorables y caóticas, tanto en el ansiado optimismo como en lo social. En otras palabras, el desasosiego no solo es una tribulación, sino que desde el punto de vista inquietante, forma parte de un profundo desaliento y consternación. Como para que la manifestación de locura, no se haga esperar, frente al angustioso y desesperado panorama en el que se debaten los venezolanos y los que por alguna causa u otra causa escogieron a este país como su vital y esperanzado terruño.
No en balde, se dejan escuchar severas críticas en contra del gobierno en los diversos núcleos integrados por afamados atletas, invocando a que el régimen se aparte de la diatriba y las ofensas mediante discursos encendidos y de cortes ofensivos, los cuales abarcan de forma generalizada una buena parte del concierto habitacional, desconociendo que este país es de todos (…) porque así lo dicta su naturaleza.
En todo caso, deportistas nativos, de prestigiosa trayectoria nacional e internacional, muchos de los cuales no ocultan su identidad, han sido claros y firmes al momento de emitir sus opiniones en torno a la desconcertante situación por la que atraviesa el país, clamando por un cambio de rumbo ante el peliagudo momento desastroso que se vive, sin contar con la vital brújula que oriente el camino de la inminente emancipación.
¡Un evidente y necesario clamor!