Eustoquio Contreras: El país esta viviendo un proceso de anarquía generalizada

El escenario político va cambiando conforme pasan las horas. El presidente de la República, Nicolás Maduro informó que propondría un referendo aprobatorio para la Constituyente luego que la Fiscal solicitara ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) un recurso de interpretación sobre la sentencia que emitiera la Sala Constitucional señalando que no hacía falta este referendo.

Así el tablero se sigue moviendo. Y las voces disidentes oficialistas contra este proceso siguen aumentando. Uno de los críticos de la Constituyente desde el inicio de la propuesta, ha sido el diputado por el Gran Polo Patriótico, Eustoquio Contreras.

El parlamentario coincide con lo dicho por el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, en cuanto a que el país puede transitar por un camino con dos constituciones si, “a Troche y moche”, se lleva adelante la Constituyente en un país, “declarado en desobediencia y anarquía”, de acuerdo a Contreras.

Señala que este ambiente que vive el país se da “por la pobreza política, ideológica y espiritual que caracterizan a nuestros dirigentes de hoy”, donde “autocríticamente”, se incluye. Al ser consultado sobre si sería entonces un problema social ya que son los ciudadanos quienes colocan allí a los dirigentes, Contreras señala que, “los gobiernos se parecen a sus sociedades pero eso se va superando”. No le extraña que los mismos actores que hoy dicen odiarse, se sienten. Cree además que, el país necesita que los actores que no juegan un papel importante, ayuden.

En cuanto a la Fiscal Luisa Ortega Díaz, a Contreras le parece “absolutamente” respetable la postura de la Fiscal así como la del Defensor. “No porque se discrepe de la Constituyente se deja de ser revolucionario. Al contrario”, dice.

-¿Cuál es su posición ante la sentencia del TSJ que señala que no haría falta un referendo para aprobar la Constituyente?

EC: Lo preocupante de esto, en esta crisis que vive el país, es ver como la institucionalidad se debilita cada vez mas tomando decisiones que ahondan más y agregan más elementos de conflictividad. Son decisiones que son cada vez menos eficaces pero es una decisión del TSJ y a uno no le queda mas remedio que apelar a aquello de que, uno la acata pero no la comparte.

Es una decisión innecesaria. Yo escuché al doctor Isaías Rodríguez donde, a titulo personal, decía que solicitaría ante los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), incorporar en las bases comiciales la temporalidad y el sometimiento a referendo aprobatorio de la nueva Constitución. De tal manera que, hay un clima de mucha turbulencia en el país. Y eso es lo que yo advertía. No hay que ser muy inteligentes para saber que una iniciativa como esta, además de ser innecesaria porque a mi juicio, esta Constitución  tiene una gran vigencia pero, a pesar de eso, esta iniciativa de la manera en que se hizo y en el momento en que se hizo, trae una mayor conflictividad en el país como la estamos viendo.

-Usted señala que es una decisión innecesaria del TSJ pero estamos hablando del Máximo interprete de la Constitución que no puede permitirse tomar decisiones “innecesarias”, ¿Estaríamos hablando entonces de una decisión inconstitucional?

EC: Yo quiero que recordemos qué destino tuvieron las sentencias 155 y 156. Eso esta allí. Las decisiones que se toman deben ser eficaces. La eficacia de los organismos del Poder constituido se parecen mucho a la legitimidad de origen de los órganos del Poder Ejecutivo. Hay que tener mucho cuidado porque una decisión puede tener mucho peso en su concepto jurídico pero si la sociedad como un todo no la asume, no la obedece, eso se inscribe en el marco de un proceso de anarquía. Creo que el país esta viviendo un proceso de anarquía generalizada. En este país, todo el mundo esta alzao y eso es muy peligroso. Las decisiones de la Asamblea Nacional no las respetan por las razones que invocan los demás órganos del Poder Público; las decisiones del TSJ son abiertamente desobedecidas por un gran sector de venezolanos que se expresan en la oposición; lo que la oposición dice y hace, no es aceptado por otra parte del país.

Creo que muchos venezolanos tenemos que sumarnos a la idea de despolarizar el país pero no creando nuevos polos sino ejerciendo presión para encontrar los puntos de encuentro y creo que, en esa dirección, una gran mayoría de venezolanos esta jugando a la reconciliación, a la paz y a la gobernanza democrática. Hay que desactivar la bomba de tiempo de la violencia política que apunta a la guerra civil.

-¿Cuáles serían esos puntos de encuentro?

EC: En primer lugar, pensar en los intereses de la República porque diera la impresión de que la República no tiene dirigentes. Muy pocos son los que se atreven a dejar de lado intereses parciales. Por ser el gran instrumento de pacto social del país, estoy hablando de la Constitución del 99, que podría ser el punto de referencia ya que unos y otros la asumen como suya. Se esta respondiendo con un instrumento estratégico como es la Constituyente a un problema coyuntural. Los puntos de encuentro tienen que ser en torno a la Constitución, a la institucionalidad del país, al Estado, a la ética y respeto mutuo, al reconocimiento, a los valores de la democracia. Eso no será posible mientra estemos en la violencia. Hoy, mañana o pasado, la salida va estar en los acuerdos. Acuerdos que, se pueden dar cuando hay grandeza para evitar los problemas. Cuando no la hay, los acuerdos se dan cuando el desgaste de ambas posturas en largas luchas los lleven, por cansancio o miedo mutuo, a puntos de equilibrio. Yo creo que estamos en esa situación.

Vivimos una profunda crisis económica y social. El diálogo fracasó y la institucionalidad está muy débil. Los responsables de los órganos del Poder Público no se pueden ni ver. Esa campaña contra la Fiscal porque fijó una posición en torno a la Constituyente. Estamos llegando a unos niveles de intolerancia que, da la idea de que falta mucho camino por recorrer para que maduren las condiciones de una salida.

-El proceso de inscripción se dio y el CNE ni siquiera ha normado el proceso para la Constituyente, ¿cómo se entiende esto? Así como esta celeridad que no se vio para el revocatorio

EC: Lo que empieza mal, termina mal. Yo creo que este proceso no fue bien madurado. Uno de los grandes problemas es que sus promotores no saben cómo explicarla de manera creíble y de venderla de manera aceptable. Sus bondades no se conocen todavía. Eso es muy delicado en una situación como esta. Yo me opongo, primero, porque es un pacto social  que, como tal, tiene que ser manejado con mucho cuidado. No puede ser alterado de manera unilateral por uno de los componentes de ese pacto y como chavista, ya en el campo subjetivo, hubiese querido un proceso que, por lo menos, alcanzara los mismos niveles de participación política, de consulta y de contenido revolucionario que impulso el comandante Chávez.

En aquel momento, sí se activo el poder constituyente originario. Esta vez, un poder constituido fue quien lo convocó. Y eso, ha sido contraproducente. El presidente la convoca para buscar la paz y la violencia ha aumentado más. Los políticos no tenemos que decir todos los objetivos que buscamos pero, la manera en que se hizo el planteamiento ha traído mas problemas que beneficios.

La comunidad internacional se ha activado más en contra del gobierno; los contras en el mundo se han movido en contra del gobierno; esta iniciativa ayudo a unificar a la oposición y la oposición está hoy, más unida que antes de anunciar la Constituyente y por el contrario, en el chavismo, estamos divididos. Yo no descarto que este proceso pueda ser revisado en el camino. Así te lo exige la racionalidad.

-¿Y hay esa racionalidad?

EC: Sí. Solo necesitamos que, en una circunstancia, se den algunos supuestos para que se tomen determinadas decisiones. Vienen capítulos muy duros. Yo no se cuál va a ser la participación, la legitimidad dada por los inscritos y por la cantidad de electores que vayan a escoger a los constituyentes. Y allí tengo yo mis grandes dudas. Si la espiral de violencia continúa, yo no se que pueda pasar el día de las elecciones. Tendrá el gobierno que poner un cuartel, un batallón a cuidar cada centro de votación con lo que eso puede significar. Una especie de colombianización de los procesos electorales en tiempos de la guerrilla. Un ambiente para una Constituyente tiene que ser totalmente distinto al que estamos viviendo en el país.

-¿Cómo hablar de una legitimidad y paz del país cuando, desde el gobierno, se anuncia que esta propuesta, según voceros gubernamentales como Diosdado Cabello, advierten que esta instancia pudiese inhabilitar a opositores? ¿Cómo se construye un camino de paz con un proceso que desde ya, promete represalias contra la disidencia?

EC: Ese es el ambiente que hay. A mí no me puede extrañar lo que diga el compañero Diosdado como tampoco me extraña lo que he escuchado de voceros de la oposición sobre una confrontación. Lo que hay que lamentar no son las consecuencias sino las causas que generan éstas. Una vez que la guerra entra en su desarrollo, tu sabes lo que viene. Aquí, lo que hay que detener es esa carrera.

Yo te afirmo, aunque se molesten conmigo, que aquí ni el gobierno va a aplastar a la oposición ni la oposición va a aplastar al gobierno. Son dos mastodontes que tienen mucho poder, mucho apoyo internacional. Esa es la realidad de hoy. No se cuántas bajas van a tener, en el sentido amplio de la palabra, pero al final, va a tener que haber entendimiento. Si lo logró la guerrilla con el gobierno colombiano.

-Y, ¿ese es el escenario para Venezuela? Un tiempo prolongado de esta pugnacidad

EC: No creo pero las crisis, tu sabes cuándo comienzan y cómo pero no sabes cómo se desarrolla ni cuánto duran. Por eso, hay muchas frustraciones.

-¿Es un retroceso en los derechos políticos ganados la no realización de un referendo aprobatorio?

EC: Por supuesto que sí. A los dirigentes políticos se nos esta permitido maniobrar con la palabra pero no matar las reglas sino usarlas adecuadamente  a nuestro favor. Y en pro de la ética política digo que, uno, no es cierto que se haya activado el poder constituyente originario porque lo que se hizo fue una convocatoria de un poder constituido. Dos, no es cierto que el presidente Maduro lo hizo porque esta obligado por la Constitución. También esta la vía del artículo 71. No se puede aceptar una Constituyente menos participativa y menos transparente.

-¿Hay respeto a la disidencia y por ende, al propio sentido de la democracia, cuando desde el gobierno se ataca la posición de  la Fiscal?

EC: En una crisis como esta, ocurren estas cosas y más. Lo que hay que lamentar es la crisis en su esencia. Un país intolerante, un país donde no hay respeto mutuo. Una pobreza política donde, en la controversia, las ideas no aparecen por ningún lado.

-Y, ¿cómo queda la democracia en ese escenario?

EC: Maltratada. El origen de esta crisis es de hace 40 años con la democracia representativa que reinó y que terminó con el Caracazo. Esas expectativas que se generaron con Chávez, hoy y no por culpa de él que quedó en el camino, esta significando una gran frustración. Son décadas de frustraciones por un modelo que durante 40 años no funcionó y por otro modelo que, no llena la expectativa y por el cual, el país comienza a reaccionar.

Por eso le pregunto, ¿es una democracia participativa cuando no se le permite al pueblo participar?

EC: Es una profunda desviación. Niega el concepto chavista de democracia participativa y protagónica. No significa que el modelo de Chávez fracasó. Al contrario, fracaso la desviación de la política equivocada que, en nombre de Chávez y el proyecto, se están llevando adelante.

-Le pregunto de forma directa, al día de hoy, ¿en Venezuela hay democracia?

EC: No. Hay un proceso político profundamente matizado, asistido, perturbado por elementos de la antidemocracia indudablemente.

-Usted había hablado de un Frente en defensa de la Constitución, ¿En qué estatus esta? Y, ¿esto podría crear puentes con la oposición, quienes hablaron de un Frente similar?

EC: Más que un Frente, estamos hablando de un policentrismo de frentes que es más importante. Está un grupo llamado los despolarizados en el que participan Enrique Ochoa Antich, Marea socialista, gente que no está en la Mesa como Hiram Gaviria, Mari Pili Hernández, Vladimir Villegas y más. Es decir, no es eficiente intentar el concepto de Frente porque nos podemos convertir en un tercer polo en vez de ayudar a despolarizar, caeríamos en el campo magnético de los polos. El papel es hacer de puente. La idea es ayudar a crear una gran red para el trabajo colectivo.

 La oposición está en lo suyo. Está en contra de todo lo que proponga Maduro. Nosotros no estamos en contra de Maduro sino a favor de la Constitución. Me interesa que la oposición, que por mucho tiempo combatió la Constitución, ahora nos ayuda a salvarla. Esa es la dinámica y la dialéctica política. No  debemos tener ningún complejo en tener coincidencias si es para defender la obra de Chávez (Constitución).

Si esto, como parece ser, llega al final y se da un referido aprobatorio, no debemos preocuparnos porque la Constitución seguirá siendo la misma.

-¿Cree que se llegue hasta el final?

EC: Tengo dudas. Maduro es un dirigente maduro. Lo ha demostrado. Está sometido a grandes presiones pero creo que aprendió de Chávez la capacidad de discernimiento. Todo me indica a mi que, se puede desistir de la idea que insistir en ella.

-Ustedes han tenido la posibilidad de plantear sus inquietudes con respecto a la Constituyente al presidente Maduro?

EC: Honestamente, no.

-Y, ¿cómo se da entonces un debate político en ese escenario?

EC: A mí como político, me podrán castigar por lo que diga pero nadie me podrá juzgar por mentir. La verdad es que, esta iniciativa es del presidente de la República. Yo estoy entre los venezolanos y chavistas que se enteró por la prensa y me corresponde analizarla y decidir si estoy o no de acuerdo y es lo que estoy haciendo.

Foto Archivo ENPaísZeta

 

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