La Fibrilación Auricular (FA) es un factor de riesgo de ataque cerebrovascular (ACV), razón por la cual es importante contar con una herramienta preventiva.
De acuerdo con un estudio publicado en 2016, del que participaron más de 11 mil pacientes, se detectó un incremento del 18% del riesgo de FA en quienes presentaron la infección por influenza (gripe) y no estaban vacunados, mientras que entre los voluntarios infectados pero vacunados el incremento fue del 12%.
Nuevos hallazgos resaltan la importancia de la vacuna contra la gripe, que cada año varía en función de las cepas circulantes y que debe recibir toda la población, pero en especial ciertos grupos de riesgo.
Estos descubrimientos tienen que ver con la acción preventiva que tiene la vacuna frente a la fibrilación auricular (FA), un trastorno frecuente del ritmo cardíaco, que incrementa la posibilidad de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). La relación entre ambos factores era poco conocida hasta el momento, debido a que no se había investigado en una población numerosa.
«La mayoría de las infecciones, entre ellas la influenza, generan respuestas inflamatorias como por ejemplo el síndrome febril. Además, se produce un estímulo del sistema simpático que se expresa en taquicardia, un hallazgo habitual en estos cuadros. Ambos mecanismos favorecen la aparición de la FA, y por eso en el estudio de Chang se advierte una clara asociación entre la FA y la influenza en una población asiática», explicó a Infobae el doctor Carlos Ingino, jefe de Cardiología de la Clínica La Sagrada Familia.
La FA se presenta en promedio hasta en el 1% de la población adulta, y se asocia a un incremento de hasta 5 veces en el riesgo de padecer un ACV, hasta 3 veces para la posibilidad de desarrollar insuficiencia cardíaca, y hasta 2 veces si se considera el riesgo de demencia y muerte.
Estudio y tendencias
La novedad respecto a las nuevas potencialidades de la vacuna llegó de la mano de estudios como «The association between influenza infection, vaccination, and atrial fibrillation: A nationwide case-control study», que fue liderado por el doctor TY Chang y cuyas conclusiones fueron publicadas en el Journal Heart Rhythm en 2016.
A través de esta investigación –y gracias a la participación de más de 11 mil pacientes-se estableció que existe un incremento del 18% del riesgo de FA en quienes presentaron la infección por influenza y no estaban vacunados, mientras que entre los voluntarios infectados pero vacunados el incremento fue sólo del 12%.
«Por ende, las conclusiones de esta investigación muestran que efectivamente la influenza incrementa el riesgo de fibrilación auricular, pero también que la vacuna lo disminuye, y que los pacientes de alto riesgo deben ser vacunados anualmente», completó el doctor Ingino.
Estos hallazgos son especialmente importantes pensando en los pacientes de alto riesgo, como por ejemplo quienes padecen diabetes, hipertensión y dislipidemia; además de por supuesto aquellos que hayan padecido un infarto de miocardio o un ACV.
«Ya en 2003 la prestigiosa publicación del New England Journal of Medicine había publicado el descenso después de la vacunación, de pacientes que sufrieron infarto cardíaco, ACV y neumonía, todas enfermedades que se complican con la gripe», comentó a Infobae el doctor Juan Jose Cirio, neurólogo, jefe de la Unidad de ACV de la Clínica La Sagrada Familia.
Y agregó que la gripe genera un fenómeno inflamatorio ante la infección existente, lo que predispone una mayor tendencia a la coagulación sanguínea, que aumenta los riesgos de ACV e infarto cardíaco.
«Y lo peligroso de esto es que la FA asociada a la gripe es una arritmia que va a sorprender al enfermo. No será un paciente que tome anticuagulantes en forma periódica», alertó.
Factor de riesgo
En cuanto a la infección por influenza, se trata de un grave problema de salud a nivel mundial dado el incremento de la morbi-mortalidad que produce. Además, es conocida su asociación con aumento de infarto de miocardio y ACV, debido a que entre sus mecanismos se advierte un aumento de la inflamación y de la activación simpática.
«El ataque cerebral no discrimina, no respeta edades, sexos ni fronteras, y no puede afrontarse de manera aislada. En el mundo y en Argentina, el ACV es una problemática de peso. La buena noticia es que puede tratarse. La clave radica en reducir el tiempo de diagnóstico del paciente para decidir el mejor curso de acción y consecuentemente, mejorar la tasa de sobrevida y las probabilidades de recuperación», precisó el doctor Pedro Lylyk, médico neurocirujano, director de ENERI.
En este sentido, respecto a la relación puntual entre la vacuna contra la influenza y el accidente cerebrovascular, otra investigación, en este caso desarrollada por la Universidad de Lincoln en Reino Unido, muestra en sus resultados publicados en la revista Vaccine que las posibilidades de tener un primer stroke disminuyen notablemente en los primeros 59 días posteriores a la aplicación de la vacuna.
Además, los científicos remarcan que las vacunas administradas antes en la temporada de gripe ofrecerían una mayor protección.
¿Quiénes deben recibir la vacuna?
- Personal de la salud
- Embarazadas en cualquier momento de la gestación
- Niños de entre 6 a 24 meses (deben recibir dos dosis separadas por al menos 4 semanas)
- Niños y adultos de 2 años a 64 años con enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, pacientes oncohematológicos y trasplantados, personas obesas con índice de masa corporal mayor a 40, diabéticos, y personas con insuficiencia renal crónica en diálisis
- Pacientes en riesgo de padecer enfermedades vasculares, o que presenten factores de riesgo en este sentido
Foto: La Nación