El consumo moderado y habitual de té y café ayuda a proteger el hígado de una fibrosis que termine en una enfermedad hepática avanzada, según la investigación realizada por la Erasmus University Medical Center de Rotterdam en Holanda.
Los investigadores indicaron que las enfermedades hepáticas graves están relacionadas a hábitos de vida poco saludables y que «en las últimas décadas nos hemos desviado hacia hábitos de vida menos saludables, con más sedentarismo, menos actividad física y peores dietas», precisó Louise Alferink, científica encargada de la investigación.
Tras recopilar datos de unos 2.424 participantes, encontraron que las personas que consumen café y té frecuentemente tienen una menor rigidez hepática, lo que significa que tiene menos cicatrización del hígado sin importar su estilo de vida.
La cicatrización del hígado provoca mayores probabilidades de sufrir enfermedades hepáticas graves, por lo que a mayor rigidez, mayor riesgo.