Antonieta Mendoza de López, madre de Leopoldo López, aseguró en una entrevista a El País de España que el trato que le dan a su hijo es «cruel y discriminatorio, una tortura psicológica».
En este sentido, denunció que volvieron a aislar al detenido coordinador nacional de Voluntad Popular (VP) desde el fin de semana y que los abogados ni su familia han podido verlo.
Asimismo, criticó que el la única persona que ha logrado verlo es el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, quien lo visitó en Ramo Verde junto a la canciller Delcy Rodríguez y el alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, el pasado 4 de junio.
A continuación la entrevista realizada por El País de España a la madre de Lepoldo López:
La vida de Antonieta Mendoza está “absolutamente dividida” entre tres territorios y un océano de por medio: “Yo vivo sola en Caracas, mi marido está exiliado en Madrid y mi hijo está aislado en Ramo Verde”. La madre de Leopoldo López, el opositor venezolano que cumple una condena de 13 años y 9 meses de cárcel desde febrero de 2014, cuenta el día a día de su hijo en una prisión militar. “El trato que recibe es cruel y discriminatorio”, denuncia Mendoza (Caracas, 1946).
¿Cómo está su hijo?
Leopoldo está aislado nuevamente. Este fin de semana le volvieron a negar las visitas. No sabemos por qué. Solo dicen: “Decisiones de arriba”. Cuando empezaron las protestas, a inicios de abril, llevaba 35 días incomunicado. Sus abogados tienen desde el 6 de abril sin poder visitarlo. Le están violando el derecho al debido proceso. En este periodo yo he podido verlo un fin de semana.
¿Y cómo lo encontró?
Como siempre: fuerte y con un gran temple, producto de más de tres años de un gran trabajo espiritual, físico e intelectual.
¿Cómo es su día a día en una cárcel militar?
Él está solo en una torre de cuatro pisos. Al lado está el resto: unos 250 prisioneros que llevan la vida normal de un penal. Les abren la puerta en la mañana, salen al gimnasio o a una cancha de básquet, van a la biblioteca, conversan y en la noche vuelven a la celda. Leopoldo no, él pasa el día solo. Va al gimnasio, cuando lo llevan, solo. A veces lo bajan a la cancha, solo. Todo el día pasa solo. El trato que recibe es cruel y discriminatorio, una tortura psicológica. Antes tenía una llamada diaria de ocho minutos, aunque vigilado por un custodio que oía todo, pero desde hace un año y medio ni siquiera puede llamar a sus hijos para ver cómo están. La incomunicación es total. Leopoldo Santiago [el hijo del opositor] dio sus primeros pasos en Ramo Verde. Tenía un año. Manuela [su otra hija] tenía cuatro años y en septiembre cumplirá ocho. Nos graban las visitas y nos desnudan cada vez que entramos y salimos.
¿Cómo sobrelleva el encierro en estas condiciones?
Lee, cuando puede. Al inicio tenía 300 libros y en una pizarrita organizaba los temas sobre los cuales iba a leer. Pero al cabo del primer año nos dijeron que teníamos que llevar el coche porque solo podía quedarse con 10 libros. Mete 10 libros, saca 10. También escribe, pero a veces ni siquiera lo dejan. Desde hace casi dos años lo encierran en la celda a las ocho de la noche sin luz. No tiene una lamparita o una vela para leer.
¿Y qué lee cuando puede hacerlo?
Sobre todo, historia, economía y filosofía. Al cabo del primer año y medio pudo hacer un diplomado en Historia Contemporánea de Venezuela. Empezó a escribir poemas. Ha escrito un libro sobre el petróleo junto con un colega, Gustavo Baquero. Es una propuesta sobre qué hacer con PDVSA, que está destruida. El libro saldrá en dos o tres meses.
Su hijo, en el vídeo que publicó el domingo en su cuenta en Twitter, asegura que los militares quieren un “cambio, democracia y libertad”. ¿Él ha recibido alguna información en Ramo Verde?
Es simplemente el hecho de estar allí. Ahí están los diferentes componentes de las fuerzas armadas, que se rotan para cuidar el penal. Leopoldo tiene cuatro custodios y, de alguna manera, ha tenido contacto con sargentos, con oficiales… No sabemos qué pasa en las fuerzas armadas, pero hay descontento. Lo que sufren los venezolanos en cuanto a escasez, inflación, falta de medicinas, inseguridad… también lo sufren las familias de los militares. Son las mismas penurias. Estoy segura de que las madres de los guardias nacionales, muchachos jóvenes que salen a la calle a cumplir órdenes, también sufren. Sufren por sus hijos y por los que caen.
¿Por qué cree que las protestas continúan pese a la represión?
El venezolano ha perdido tanto, tanto, que ha perdido hasta el miedo. En Venezuela está pasando algo muy especial. La gente sigue saliendo a pesar de la represión. La calle se volvió a incendiar cuando rompieron el hilo constitucional. Primero, con la decisión del Supremo, un órgano genuflexo al Gobierno, de quitarle las competencias a la Asamblea Nacional. Y, por otro lado, esa Asamblea Constituyente, que es un fraude porque el presidente no puede convocarla. La fiscal general se ha desligado del Gobierno. Entre el 75% y 79% de los ciudadanos quieren cambio. Eso es mucho más que la oposición. Es la oposición y un grupo de chavistas que se ha movido hacia la búsqueda de libertades. Ha habido una migración importante del chavismo hacia el lado opuesto.
Casi 4.000 venezolanos pidieron asilo a España en 2016, pero solo seis han conseguido protección en los últimos cinco años.
La cifra es lamentable y no ocurre solamente en España. Ojalá se pueda regularizar la situación para todos. Tenemos una diáspora de tres millones de personas. Desde el punto de vista político, España nos ha ayudado. Mariano Rajoy fue el primer presidente en ejercicio que recibió a Lilian [Tintori, esposa de Leopoldo López]. La semana pasada tuvimos una cita con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y los portavoces de todos los partidos. Todos y al menos un sector de Podemos reconocen que hay una violación sistemática de derechos humanos en Venezuela, que Leopoldo fue detenido arbitrariamente y que hay que liberar a los presos políticos para iniciar cualquier tipo de ruta de transición. El Gobierno nos dio la nacionalidad cuando mi esposo estaba prácticamente sin pasaporte. Nosotros también agradecemos al presidente [José María] Aznar y al presidente [Felipe] González por su apoyo y solidaridad en la liberación de los presos políticos.
¿Por qué su hijo rechaza el arresto domiciliario que, según contó su nuera, planteó la comisión encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero?
Leopoldo tiene que tener libertad plena porque es inocente. Además, entiendo que dijo que no iba a aceptar porque hay 300 presos políticos en condiciones comprometidas: 50 o 60 pueden morir en la cárcel por falta de un tratamiento médico adecuado; otros 30 tienen boleta de excarcelación —como Yon Goicoechea— y no los dejan salir. Y otra de las razones de esa oferta de casa por cárcel era ver si, de alguna manera, él mandaba mensajes para callar la protesta en la calle. Y eso él no lo acepta. Esta lucha no es solamente por Leopoldo, sino por las libertades y la democracia para todos.
¿Qué gestiones está realizando Zapatero?
Nosotros no tenemos absolutamente nada que ver con él. Yo lo considero un privilegiado porque ha podido ver a Leopoldo. No lo ha visto el nuncio ni el presidente de la Conferencia Episcopal. No lo ha podido ver el presidente González, pero Zapatero, privilegiado del Gobierno, ha entrado. Entró con la canciller [Delcy Rodríguez, el pasado 4 de junio].
¿Por qué?
Me imagino que va a intermediar por el Gobierno. No lo sé. No tenemos ninguna relación. Estamos en una dictadura y resulta que el dictador le da permiso para ver a Leopoldo. ¿Y por qué no al resto? El presidente [Andrés] Pastrana y [Jorge] Tuto Quiroga le mandaron una carta a [Nicolás] Maduro para ver a los presos políticos y es imposible. Felipe González no puede entrar. Sus abogados no pueden entrar. Javier Cremades y Alberto Ruiz-Gallardón fueron tres veces y no pudieron entrar. Que la gente saque sus propias conclusiones.