Esquelas: Teresa en tres tiempos

En la historia de la cultura venezolana destaca un formidable trío de mujeres que, por esas coincidencias de la vida, llevan el nombre de Teresa. Tocayas. Y, tocaya, se escribe con te, de Teresa. Las dos primeras, Teresa Carreño y Teresa de la Parra, pianista la primera, escritora la segunda, nacieron en el siglo xix; la tercera, María Teresa Castillo, la más joven de las tres, nació en el siglo xx y vivió más de un siglo -con ñapa incluida. Fueron tres mujeres inquietas, inteligentes, sensibles, que dedicaron su vida al arte y enaltecieron el gentilicio de la mujer venezolana.

Viene al caso citarlas ante increíble metida de pata del Ministerio de la Cultura del Gobierno Bolivariano (y otros entes adscritos a ese ministerio) que publicitó el centenario de la muerte de la pianista en las redes sociales con fotos de Teresa de la Parra y de María teresa Castillo, en lugar de la conmemorada Teresa Carreño. De tal manera que, lo que debió ser una sobria conmemoración, cónsona con la fecha rememorada, culminó con una Gala Artística que resultó un verdadero arroz con mango, en la que se mezclaron todos los géneros musicales: danza, ópera, opereta, zarzuela, tragedia lírica, vals, polka, mazurcas, ballet, llamando este potpurrí ·ecléctica selección de arias y coros de óperas que muestran a la mujer enfrentando los retos de cotidiano. (sic)

Era de esperarse, pues, que las redes sociales reventasen con toda clase de burlas haciendo viral el anuncio publicado por el Ministerio de la Cultura bajo el sutil título LA LEONA DEL PIANO, con la imagen de la apreciada María Teresa Castillo, periodista que hizo un montón por la cultura venezolana desde la dirección del Ateneo de Caracas, de donde fue sacada por Hugo Chávez, arrancándole con odio feroz el más preciado fruto de la labor de toda su vida.

Volviendo a la pianista, por si fuera poco, el Ministerio de Turismo Bolivariano también recordó el centenario de la muerte de Teresa Carreño, 12 de junio de 1917, Nueva York. En este caso, la imagen no era la de María Teresa Castillo, sino de la autora de Ifigenia y Memorias Mamá Blanca, es decir, Teresa de la Parra. Y la gran carcajada se dejó escuchar en todo el planeta a través de los tuiteros venezolanos desparramados por el mundo. ¡Doble burrada!, comentaron, y los likes en Instagram, batieron récords.

Teresa vino a Caracas por última vez invitada por Guzmán Blanco para una serie de presentaciones en el teatro que llevaba el mismo nombre del afrancesado presidente venezolano.  Las presentaciones resultaron un fracaso y Teresa fue abucheada por aquel público salvaje. Se llevó el chasco de su vida cuando el director de la orquesta no se presentó para el concierto; la sala estaba llena y el público se impacientaba. La angustiada mujer tomó la batuta y dirigió ella la orquesta. Ese músico, posteriormente la demandó por incumplimiento de contrato y un tribunal le dictó prohibición de salida del país. Tuvo que intervenir el presidente Guzmán para que María Teresa Gertrudis de Jesús Carreño García (22-12-1853) pudiera salir del país con destino a Cuba, donde dio su último concierto con la Filarmónica de La Habana. En Cuba tuvo los primeros quebrantos de salud y tuvo que suspender la gira por Sudamérica. Regresó a Nueva York donde los médicos le diagnosticaron parálisis facial del nervio óptico que amenazaba extenderse al cerebro. No se recuperó. Murió a la edad de 64 años.

El Complejo Cultural Teresa Carreño es el segundo más grande de América Latina, después del Centro Cultural Néstor Kirchner-, Argentina. Es una obra de la democracia comenzada en el gobierno de Rafael Caldera, correspondiéndole a Luis Herrera cortar la cinta y descorchar la champaña para su inauguración, en 1983.

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