Manuel Valls ha dado este martes el último paso para consumar su divorcio con el partido en el que militaba desde hace 37 años. El ex primer ministro francés deja el Partido Socialista para sumarse a la mayoría parlamentaria que apoya al presidente Emmanuel Macron en la Asamblea Nacional.
Valls se sentará en la nueva Cámara baja, donde este martes ha arrancado oficialmente la XV legislatura de la V República, como diputado asociado a La República en Marcha. La formación de Macron le negó al ex primer ministro el estatuto de candidato oficial en las recientes elecciones legislativas pero le dejó el campo libre en su circunscripción de Essonne para ser reelegido.
No obstante, lo logró con un 50,3% de los votos, una victoria que fue impugnada por su rival, la candidata de la Francia Insumisa, Farida Amrani, y que todavía podría deparar alguna sorpresa. La decisión de sumarse a las filas de Macron en la Asamblea era una de las pocas opciones que tenía Valls por su dificultad para integrarse en uno de los ocho grupos parlamentarios del nuevo hemiciclo.
Valls se había convertido en una especie de paria en el PS desde que pidió el voto para Macron en la primera vuelta de las presidenciales, traicionando las reglas de las primarias que en enero convirtieron en candidato oficial a Benoît Hamon, representante del ala izquierda del partido.
El estrepitoso fracaso de Hamon en las presidenciales (6,2%) y la debacle en las recientes legislativas, donde el PS pasó de 295 a 31 escaños, deja al partido fundado por François Miterrand en 1971 al borde de la extinción.