Bajo el titular “Un foro de modelo bolivariano haría la Constitución catalana”, el influyente diario El País publicó este lunes 3 una información de análisis en la que comparaba la denominada Ley de Ruptura de Cataluña con respecto a España, prevista para el referendo independentista pautado para el próximo 1º de octubre, con el proceso constituyente que en Venezuela desea instaurar el presidente Nicolás Maduro a partir del próximo 30 de julio.
Por ROBERTO MANSILLA BLANCO
Corresponsal en España
Dice la información que la Generalitat de Catalunya, el gobierno autonómico catalán, desea activar un “proceso participativo de base ciudadana” prevista en la Ley de Transitoriedad Jurídica, un borrador que se prevé sirva como referente a una eventual Constitución de la República catalana.
Según El País, la eventual consumación de la independencia de Cataluña considera que el referéndum soberanista pautado para octubre implica regular un “proceso constituyente de carácter asambleario”.
El rotativo español equipara este proceso “con tintes similares a los propuestos por decreto presidencial el pasado mayo por el presidente Nicolás Maduro para Venezuela. Ese decreto de Maduro para convocar el 30 de julio una Asamblea Nacional constituyente, con la elección de 540 nuevos diputados, muchos teledirigidos desde ámbitos sectoriales y territoriales progubernamentales, ha sido recurrido ante el Tribunal Supremo y ha desembocado en una enorme crispación y oposición en las calles venezolanas”.
Con todo, El País informa que “los mandatarios catalanes sostienen que su modelo es más similar al implantado con las reformas constitucionales en Islandia tras la crisis bancaria”.
El proceso constituyente avalado por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha sido ideado e impulsado por Junts Pel Sí para Cataluña, la franquicia de PODEMOS en este territorio autonómico. En este sentido, El País informa que “una vez celebrado el referéndum del próximo 1º de octubre y si su resultado fuese favorable a la pregunta independentista, la Generalitat activaría una fase de base ciudadana, transversal, participativa y vinculante, con el objetivo de redactar y aprobar la Constitución de la República”.
Posteriormente vendrían tres etapas: la primera, de proceso participativo; la segunda, de elecciones constituyentes que permitan la elaboración de una propuesta de Constitución por parte de la Asamblea Constituyente; y la tercera de referéndum para ratificar esta Constitución. Un proceso muy similar al vivido en Venezuela en 1999.
Debe considerarse que el proceso independentista en Cataluña no sólo es impulsado por el gobernante Convergencia i Unió del presidente Puigdemont, sino que cuenta con el apoyo de Junts Pel Si para Catalunya, partido que gobierna la alcaldía de Barcelona y de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
No obstante, y al igual que Junts pel Sí y ERC, la formación Candidatura d’Unitat Popular (CUP), que también apoya la independencia catalana, es el más ferviente admirador del modelo chavista en Cataluña. La CUP tiene tres representantes en el Parlamento catalán y ha sido muy prolífica en actos públicos en defensa del gobierno de Maduro y de la revolución bolivariana.
Diversas fuentes, principalmente de venezolanos residentes en Cataluña, aseguran que la CUP presuntamente recibe financiamiento de Caracas a través del Consulado venezolano en Barcelona.
El pasado 28 de abril, activistas de la CUP estuvieron en Caracas con motivo de la presentación del documental “Maduro: lealtad indestructible”. En este acto se fotografiaron con Maduro y su esposa Cilia Flores portando una estelada o bandera catalana.
La fotografía, colocada en una cuenta de twitter de la formación ITACA, afín a la CUP, generó reacciones contrarias en supuestos aliados de esta formación, como es el caso del Partit Demòcrata Europeu Catalá (PDeCAT), que también apoya el proceso independentista. El PDeCAT lo tachó de “un grave error” que “no ayudaba para nada” en las aspiraciones soberanistas catalanas. Otras reacciones en las redes también lamentaron esta fotografía de Maduro con la estelada, al que tacharon de “tirano con las manos manchadas de sangre”.