El salvoconducto del régimen pasa por España

Como ha venido informando Zeta, el madurismo negocia desde hace meses un salvoconducto que les asegure refugio en caso de no poder superar la crisis política actual. Esa escapatoria se antoja como condición sine qua non para que el régimen abandone el poder.

En este medio anunciamos que Canadá se había ofrecido como mediador, ya que contaría con el aval de ambas partes. Justin Trudeau, el primer ministro canadiense, prometió ponerse manos a la obra cuando sectores opositores le solicitaron ayuda con el tema y se puso en contacto rápidamente con sus pares de México, Perú y Argentina. De hecho, ya se le ofreció formalmente refugio a la cúpula del régimen en el país del norte. La propuesta fue rechazada…por ahora. El editor de Zeta, Rafael Poleo, fue claro al respecto:

A la ecuación del salvoconducto se suma España, país que, a través de su expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, participó activamente en que se le otorgara una medida sustitutiva de libertad de casa por cárcel a Leopoldo López. De las gestiones del ex mandatario estaba perfectamente informado el actual inquilino de la Moncloa, Mariano Rajoy, quien se ha cuidado siempre de no desprestigiar las andanzas en Venezuela de su rival político.

Rajoy se ha convertido en uno de los principales detractores del régimen madurista y ha recibido siempre a la oposición venezolana. Esa posición le ha ganado los peores insultos por parte de Nicolás Maduro. Sin embargo, Zapatero, amigo de los actuales inquilinos del Palacio de Miraflores, mantiene informado de todas sus gestiones al gobierno de su país. Rajoy se apresuró en tuitear, por ejemplo, el arresto de domiciliario de López cuando en Venezuela ni siquiera se había podido confirmar.

Esa seguridad de que Zapatero trabaja con la Moncloa ha dado tranquilidad a varios jerarcas del régimen para elegir a España como destino preferido, por encima de Canadá. De hecho, la mayoría de las familiares de la cúpula ya se encuentran instalados entre Madrid y Barcelona, principalmente, pero Poleo develó que también se decantan por Galicia. Específicamente, los Reverol.

Toda la operación se fragua entre España, Canadá, México, Argentina y Perú. Estados Unidos sabe que es mejor que se mantenga fuera del conflicto, ya que su presencia no será aceptada por Caracas. O por La Habana, más específicamente. Pero Donald Trump ha dado su beneplácito con tal de que se logre el cese del conflicto. Lo mismo ocurre con el Papa Francisco, que definitivamente entregó su representación en la crisis a la Conferencia Episcopal Venezolana, cuya posición es particularmente dura. Los prelados han sido más frontales que la mayoría de la dirigencia opositora: lo de Maduro es una dictadura.

Los únicos que pudieran echar un cable a Maduro son los chinos y los rusos. Beijing ha mantenido reuniones con dirigentes opositores y saben que les respetarán sus contratos. Moscú ha sido más receloso con el cambio, pero han sido claros con Caracas: no habrá más préstamos si no estabilizan el país primero. Como cada día es más claro que el régimen no logrará apagar la crisis, ya han dejado caer que están dispuestos hasta a refinanciarle la deuda a un próximo gobierno democrático con tal de no perder la influencia en la región.

Otro actor importante es Israel, cuyo objetivo es más claro, concreto e individual. Y no lo negociarán.

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