El pasado domingo 16 de julio se llevó a cabo la denominada Consulta Popular, donde más de 7 millones de venezolanos expresaron su desacuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro y sus intenciones de imponer una Constituyente.
Sin embargo, 693,789 de estos votos provinieron del exterior, donde miles de venezolanos se han establecido en busca de una mejor calidad de vida, más allá de las fronteras de la nación petrolera.
El Sur de la Florida, una de las regiones extranjeras con mayor número de venezolanos residentes, contó con siete centros de votación o Puntos Soberanos en varias ciudades de la región, donde miles de electores se movilizaron el pasado domingo para ejercer su derecho.
«La comunidad venezolana claramente mandó un mensaje de que el proceso democrático, aunque no esté trabajando en Venezuela, tiene un futuro positivo», comentó Juan Carlos ‘JC’ Bermúdez, Alcalde de la Ciudad de Doral, parte del condado de Miami.
La Ciudad de Doral o ‘Doralzuela’, como también se le conoce debido a su significante población de origen venezolano, contó con dos Puntos Soberanos, donde se contabilizaron más de 30 mil votos.
La ciudad estadounidense, junto a la policía local que ofreció sus servicios de forma gratuita ese domingo, logró prepararse en tan sólo días para el proceso, que se llevó a cabo exitosamente y sin ningún inconveniente.
«Como sabemos la gran cantidad de venezolanos que habitan en la ciudad y a la vez entendemos la profunda crisis que está viviendo el país, nuestra única forma de apoyo era al menos colaborar con esa parte de estructura de logística dentro de la ciudad», explicó Rafael Pineyro, Jefe de Personal de la Ciudad de Doral.
Además, Bermúdez enfatizó la importancia de las continuas protestas que llevan más de cien días en la nación latinoamericana, ya que así la comunidad internacional puede observar como un pueblo está dispuesto a sacrificarse por el retorno de un sistema democrático.
«Es importante que todos nosotros apoyemos a la comunidad venezolana», explicó Bermúdez, quien emigró de Cuba a Miami a los 3 años de edad como refugiado político. «Con Venezuela puede empezar el cambio para que esa democracia vuelva no sólo a Venezuela, sino a otras partes de Latinoamérica y del Caribe»
Foto Archivo Zeta