Esto se cuenta y nadie lo cree. Mediante un comunicado, la dirección del Palacio Ducal de Génova clausuró, anticipadamente, una gran exposición dedicada al pintor italiano Amedeo Modigliani (Livorno 1884-Paris, 1920) ante la sospecha de que 21 de las más de 50 obras expuestas, entre dibujos y pinturas, pudieran ser falsas.
No obstante, el Palacio Ducal dice tener la documentación legal que confirma la autenticidad de todas las obras. Se comprometieron con la policía a prestar la máxima colaboración en la investigación. Conscientes de que la imagen de la institución queda seriamente afectada con este escándalo, el Palacio Ducal se lava las manos al señalar a la sociedad internacional MonddoMostre Skira -con quienes trabajan desde hace años-, como organizadora de la exposición.
Sospetto di opera false alla mostra su Modigliani, tituló el Diario di Genova en su primera página. Desde entonces el tema ocupa las tertulias en las cálidas noches veraniegas de Génova, ciudad de Italia, como estábamos obligados a recitar cuando la maestra nos preguntaba dónde nació el Almirante Cristóbal Colón.
Para Stefano Zuffi, uno de los comisarios de la exposición, todo este escándalo es con fines políticos, teniendo en cuenta que el Palazzo Ducale es una institución pública y en Liguria están de elecciones. Esto es, Génova (la capital) elegirá el nuevo alcalde que sustituirá al actual, de centroizquierda. Con las manos en la cabeza, el curador del museo, dice haber seguido el montaje de la exposición desde que los cuadros llegaron, y haber supervisado personalmente el desembalaje de cada obra. Zuffi no tiene dudas sobre la autenticidad porque son obras ya muy conocidas, exhibidas en otras exposiciones internacionales, y defiende el trabajo realizado por el comisario que seleccionó las obras, Rudy Chiappini «toda una autoridad científica en cuanto a Modigliani».
Por su parte, Filipo Nogarin (el actual alcalde comunista) que prestó sus tres cuadros de Modigliani para la exposición, dice fiarse de la opinión del crítico Pepi y, aunque le concede el beneficio de la duda al museo genovés, «no acepto que mis cuadros se exhiban con otros falsos». Esto es, é meglio star solo che mal accompagnato. Pendientes, pues, de los resultados en las pesquisas de este insólito caso.