¿Apoya o no Estados Unidos que la Asamblea Nacional nombre un nuevo Poder Ejecutivo? Tras publicar en Zeta un informe negando el respaldo de Washington a tal especie, se generó polémica en torno al mismo, llegándose a decir que la información no era veraz, a pesar de que había sido redactada casi en su totalidad por declaraciones de voceros oficiales como Michael Fitzpatrick, encargado de Suramérica en el Departamento de Estado, y Julio Borges, presidente del parlamento venezolano. Las fuentes, la agencia de noticias EFE y una entrevista en el programa del periodista César Miguel Rondón en la emisora Unión Radio. Revisemos la cronología de las declaraciones oficiales del gobierno estadounidense.
Este lunes, el secretario de Estado, Rex Tillerson, se pronunció sobre la situación en Venezuela. No se refirió a un gobierno nombrado por la Asamblea Nacional, pero sí dijo que «claramente, lo que queremos es ver que Venezuela vuelva a su Constitución, regrese a las elecciones programadas y que se permita que el pueblo tenga la voz en su gobierno que merece». Ciertamente, luego dijo que «estamos evaluando todas nuestras opciones políticas en cuanto a qué podemos hacer para crear un cambio de condiciones en las que o Maduro decide que no tiene futuro y quiera marcharse por su propia cuenta, o que podamos hacer que regresen los procesos del gobierno a la Constitución».
Malas noticias para el régimen… y los que aseguran defender la Constitución pero claman por soluciones fuera del «librito». Tillerson nombró demasiadas veces en pocos minutos la palabra «Constitución» y recalcó algo que escuece a quienes creían representar en Caracas los intereses de Washington: quieren que los venezolanos regresen a las elecciones programadas (regionales, municipales, presidenciales). Esto no es una posición nueva en el Departamento de Estado. El «respeto constitucional», o lo que se le asemeje, es una obsesión. Es un patrón que han seguido en Venezuela, por lo menos durante todo el período chavista.
Esto no quiere decir que Estados Unidos considere legítima la Asamblea Nacional Constituyente. De hecho, no la reconocerá. «Elección del régimen de Maduro (para la Asamblea Nacional Constituyente) fue ilegítima, no hay otra forma de describirla», dijo Heather Nauert, portavoz del Departamento de Estado, este miércoles. Sin embargo, esto no quiere decir que desconozcan a Maduro sino a las decisiones que emanen de ese supra-poder que despachará desde el Salón Elíptico de la Asamblea Nacional.
Lo curioso es que, aunque la posición oficial del gobierno de Estados Unidos es que la ANC es ilegítima, uno de sus principales diplomáticos, Francisco Palmieri, subsecretario (encargado) para asuntos del Hemisferio Occidental, se negó a calificarla como tal en una interpelación en el Senado a cargo de Marco Rubio. «Cuando el senador republicano de Florida Marco Rubio preguntó a Francisco Palmieri si el voto para un nuevo órgano parlamentario era fraudulento, Palmieri desviaba el tema», relató The Miami Herald (la versión en inglés de El Nuevo Herald). Sin embargo, el diplomático ratificó su apoyo a la Asamblea Nacional.
La «polémica Fitzpatrick»
La agencia de noticias EFE realizó una extensa entrevista al encargado de Suramérica en el Departamento de Estado, Michael Fitzpatrick. Cuando tocó el tema Venezuela, habló de varios temas, entre ellos el dinero congelado a los jerarcas del régimen, pero sólo trascendió la parte del eventual gobierno paralelo. No queda duda de que Estados Unidos considera dictador a Maduro. Así se ha referido hasta el vicepresidente Mike Pence, quien habló desde una cumbre en Montenegro sobre el secuestro a Leopoldo López y Antonio Ledezma por parte de la policía política del madurismo. Sin embargo, diplomáticamente los estadounidenses matizan.
«No reconocemos necesariamente Gobiernos paralelos o aparte. Respetamos el Gobierno oficial de Venezuela y del presidente Maduro en este momento», subrayó Fitzpatrick.
«Estados Unidos cree que en Venezuela hay una dictadura, pero sigue considerando legítimo al Gobierno de Nicolás Maduro y no se plantearía reconocer a un posible Ejecutivo paralelo formado por la oposición (…) Estados Unidos no se plantea reconocer a la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) como ente de Gobierno alternativo, incluso si ese órgano legislativo tratara de conformarse como aparato estatal paralelo», explica EFE sobre las declaraciones de Fitzpatrick. Más claro, ni el agua.
Queda claro que, si usan la vía parlamentaria para nombrar un nuevo Ejecutivo en Venezuela, el parlamento venezolano perdería la legitimidad que le permite ser reconocida ante el mundo como el único poder que se mantiene en el hilo constitucional y democrático. El propio presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, tiene claro que no pueden salirse del canal constitucional, por más que un grupo, comandado políticamente por María Corina Machado, así lo exija. «A nosotros no nos toca nombrar un presidente. Yo quiero recordarle a todos los que nos escuchan que la lucha de todos los venezolanos sigue siendo la lucha por lograr que (…) todas las personas en el país tengan la capacidad de votar, votar libre y transparentemente para elegir un nuevo gobierno», señaló el martes el también coordinador de Primero Justicia en entrevista con César Miguel Rondón.
«Esa es nuestra lucha, nuestra lucha no es para que la AN nombre un nuevo gobierno sino para que todos los venezolanos democráticamente elijan un nuevo gobierno», recalcó Borges.