El resultado promedio del precio del crudo revierte la tendencia de los dos últimos meses y aumenta para el mes de julio (Brent US$/bl49,04 y WTI US$46,68), de hecho para este inicio de agosto el Brent supera la barrera de los US$/bl50. Una serie de factores combinados explican el resultado, una disminución de inventarios en los EEUU que inclusive para esta semana estiman bajarían otros 2,5 millones de barriles. Por otro lado, los anuncios de Arabia Saudí de disminuir entregas al mercado y aumento de la cotización del crudo liviano para las entregas de septiembre, el resultado de la reunión de San Petersburgo en Rusia conjuntamente con otros productores OPEP de extender mas allá de marzo 2018 los acuerdos de reducción de suministro, y los cuellos de botella generando una disminución de la contratación de taladros en los EEUU, empujaron el precio al alza. Son varias las opiniones de expertos del mercado y entre ellas podemos citar, la de UBS pronosticando precios que llegarían a los US$60 por barril en la segunda mitad del año. Warren GIlman de CEF Holdings, estima un precio para el tercer trimestre de US$40 por barril, e indica que la OPEP tendría que aumentar el volumen de recortes para lograr un mayor precio. BMI por su lado estima como probable un promedio de US$55.20 por barril para el periodo julio-diciembre 2017. También es importante señalar que el Reino Unido anunció que a partir de 2040 prohibirá la venta de vehículos que utilicen diesel y gasolina, con esto se suma a Francia, al fabricante de vehículos Volvo, y hay un proyecto en desarrollo entre las firmas automotrices y las empresas petroleras. La noticia sobre el CEO de Shell, Ben Van Beurden, sobre cambiar su vehículo actual diesel a uno eléctrico, es una señal muy importante para el mercado de combustibles fósiles, en particular gasolinas y diesel. En entrevista a Bloomberg, Van Beurden consultado sobre el cambio a los vehículos eléctricos, dijo que su posición se puede explicar de esta manera: si las políticas e innovación trabajan realmente bien, yo puedo ver un pico en la demanda 2030 para el petróleo (diesel, gasolina), quizás algo posterior para los biocombustibles. Por lo tanto, para un país como Venezuela sin duda es un alerta estratégico, el reemplazo del combustible vehicular como lo conocemos es una tarea muy importante y clave por hacer, para garantizar viabilidad económica a la base de recursos con las que cuenta el país y prepararse para el cambio energético que estamos viviendo.
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