El fin del bolívar es inminente

Este gobierno no tiene manera de recuperar el valor de la moneda nacional, lo que indica que la dolarización haga su llegada de manera sorpresiva.

El economista Steve Hanke, del Instituto Cato de Washington, sostiene que Venezuela podría poner fin a la crisis económica que azota a todo el país, llevando adelante un proceso de dolarización de la economía, luego que demuestra que se está en la misma situación previa que obligó a Ecuador a llevar adelante el proceso.

 Hanke, quien fue también asesor del proceso de dolarización de Ecuador, dice en un reciente artículo, que los índices de miseria de Venezuela y de Ecuador son factores que permitieron determinar en su momento, para el caso del segundo país, que no hay otra solución, sin más remedio, al no poder sostener un sistema de disciplina monetaria propia, debió tomar la brusca medida. Para 2015, el índice de miseria de Venezuela, según los cálculos del economista es de 214,9 puntos, el más alto del mundo. Actualmente el índice de miseria de Ecuador es tan reducido como 18,9 puntos, país que siempre estuvo por encima de la media de la región.

Actualmente el oficialismo, que mantiene bajo control la administración pública, se encuentra encerrado en materia financiera, con fuertes efectos en la inflación, acción que conlleva a la destrucción del valor del bolívar. El déficit fiscal estatal se cubre con emisión de dinero, así como las pérdidas de Pdvsa por venta de gasolina, sólo la deuda de Pdvsa, representa en el sistema monetario venezolano, al menos 35% de la liquidez. El Banco Central de Venezuela (BCV), no funciona de manera autónoma, se mantiene bajo el control directo del Poder Ejecutivo, obviando su carácter de ente autónomo y con un decreto fuera del orden constitucional, el mandatario Nicolás Maduro, no permite que la Asamblea Nacional supervise, revise, nombre directores y lleve adelante el trabajo de control que por Ley debe ejercer el Parlamento en el ente monetario venezolano, lo que ha derivado en una desconfianza total de parte de la población, del bolívar y esto es el fundamento de la indetenible alza de precios en todos los sectores. Por ejemplo, la antigua empresa Firestone, que fue adquirida recientemente por un grupo afín al gobierno, si realiza ajustes de precios indexados al dólar con autorización de los entes encargados de regular los precios, un caucho para un vehículo pequeño ya cotiza los 400 mil bolívares.

La distorsión con el bolívar es tal que el gobierno acumula enormes pérdidas incluso con la emisión de dinero, el papel moneda en el que se imprime billetes de 500, 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares, tiene un valor de 0,65 dólares, que llevados al precio del dólar del mercado libre, cada billete tendría un costo de 7.800 bolívares. La emisión de dinero por vía electrónica, es un mecanismo que infla una burbuja sobre la base de una deuda, es decir, las pérdidas de Pdvsa, se materializan en el alza de precios de los rubros que consumen los venezolanos, luego que el dinero que recibe prestado por vía electrónica a través de los bancos privados y con certificados del BCV, entran al sistema monetario cuando pagan nóminas, servicios, contratistas y otros, lo que produce de inmediato demanda de divisas y alza de precios nuevamente, destruyendo la economía a su paso y obligando al Ejecutivo a volver a emitir dinero para cubrir las nuevas subidas de precios.

Hanke dice que Venezuela se desliza por la “espiral mortal”, al referirse que si se calcula el Producto Interno Bruto (PIB), ajustado a la inflación, hay una caída dramática, “se ha evaporado, el país ha sido destruido por el chavismo”, por ejemplo, en 2012, el PIB fue de 61,4 mil millones de bolívares, para ese entonces el dólar promediaba 11,02 bolívares, arrojando un PIB en dólares de 5,60 mil millones de dólares, mientras según las estimaciones, de un PIB con al menos 30% de caída, en unos 43 mil millones de bolívares, calculado en 12.000 bolívares por dólar, eso hunde al PIB en divisas a unos 3,6 millones de dólares, con una contundente caída de 99,92% de la producción venezolana, lo que explica claramente que el fin del bolívar, es inminente.