Muchos son los obstáculos que se deben enfrentar para combatir con el voto al régimen, aún cuando sea para hacerles cumplir las normas electorales que ellos mismos aprobaron. Sin embargo, las posibilidades de ganar masivamente estas elecciones se basa en que podamos superar el desaliento de esa mayoría opositora que se siente frustrada.
Las elecciones regionales están a vuelta de la esquina. La MUD ha presentado sus candidatos y a pesar de las trapacería del CNE nos dirigimos a otra elección donde la incertidumbre está más del lado de lo que el régimen puede hacer para trampearnos que la seguridad de una abrumadora mayoría contraria al régimen actual. Aunque el fantasma de la abstención de su lado puede ensombrecer el resultado.
Las trapacerías
No es nada nuevo. El régimen pone obstáculos para evitar una segura y aplastante derrota, que sería absolutamente segura si esta elección se diera en democracia. Recordemos por ejemplo que no permitió que se inscribieran los candidatos con la tarjeta de la MUD. Esa fue la tarjeta que tuvo la mayor votación en las elecciones pasadas.
El otro obstáculo que fue la fecha del cotejo anunciada para diciembre fue trasladada en agosto, y luego para el 15 de octubre por orden de la ilegitima Asamblea Constituyente cubana (iACC). Y solo dejaron dos días para inscribir candidatos a los partidos que se validaron. El CNE lo hizo antes de realizar las primarias, por lo que ahora deberán sustituir los inscritos por el ganador de cada una de ellas. Asunto que a un par de semanas de las elecciones no ha sido posible. También, esta decisión redujo los tiempos del calendario electoral que implican las diversas auditorías que se deben tener para disminuir las tracalerías del pranato. Esto se complica pues la firma Smartmatic responsable del procesamiento electrónico de las elecciones no fue contratada luego que denunció fraude en las elecciones de la iACC. Por otra parte se eliminaron 76 centros y cinco mil 561 mesas de votación en todo el país y se crearon 11 centros nuevos sin informar a los electores. Tampoco miles de miembros de mesa habían sido contactados. Además varios candidatos de la MUD fueron inhabilitados, incluyendo a Henrique Capriles.
Aunque la ley permite que hasta 10 días antes se puedan sustituir los candidatos esto no ha sido posible, lo que complicaría las votaciones para la MUD, debido a que los votos que se den a otra tarjeta que no sea la del candidato elegido en primarias, será nulo. Esto ha sido un tema tan importante que ha sido llevado a instancias internacionales incluyendo una carta enviada al presidente dominicano, Danilo Medina, quien funge como anfitrión de la exploración de una negociación.
La frustración
El otro obstáculo que debe superar la MUD es la abstención, pues ella favorece al régimen. Se ha mencionado mucho que la oposición está transitando por un período de desaliento, luego de los más de 100 días de lucha sin haber conseguido un resquebrajamiento notable del régimen. Y efectivamente la MUD ha quedado golpeada en su valoración.
Según la encuestadora Varianzas, el nivel de desconfianza hacia la MUD, en el municipio Libertador del Distrito Capital, subió de 55.5% a 70.7% entre diciembre pasado y su encuesta publicada en 9 de septiembre. Esta es una cifra altísima. Recordemos que en diciembre también la MUD estaba en un mal momento luego que el régimen trancó el revocatorio, se enfrió la calle y fracasó el diálogo. Podríamos argumentar que Caracas no es Venezuela y que justamente en Caracas se dio el grueso de una lucha callejera que no obtuvo resultados tangibles, muchos no se dan cuenta que esa resistencia produjo la ruptura de la Fiscal General y otros con el régimen y la comunidad internacional se compactó aún más produciendo la declaración de Lima, las sanciones que hasta ahora siguen creciendo, así como que obligaron al pranato a sentarse a “negociar” en República Dominicana.
Pese a todos esos cambios que son grandes logros, hay una frustración que la encuestadora midió mostrando que un 74% de los entrevistados tenían actitudes negativa como decepción (25%) , molestia (23%), pesimismo (14%) y tristeza (13%) . Y estos estados de ánimo negativos se concentraron fundamentalmente entre los opositores, especialmente en cuanto a decepción (30,4%) y molestia (27,3%). El chavismo se mostró alegre (18,35 %) y esperanzado (24,6%).
La abstención
Estas frustraciones no solo han golpeado a la ciudadanía en general sino a muchos dirigentes que han revivido la opción abstencionista y han alimentado la campaña antiMUD. Alguno de ellos incluso podría estar tratando de sacar beneficio político de esta frustración.
Es interesante ver como esa frustración de los caraqueños no ha variado su deseo salir de Maduro tan pronto como se pueda, pues la encuesta de Varianza nos confirma que 75% quiere que se vaya antes del 2019, cuando en diciembre de 2016 era el 69,3%. Tampoco su apreciación del desempeño del régimen ha variado pues el casi el 78% cree que va por mal camino, incluyendo casi un 30% de los chavistas. Ni tampoco ha disminuido el caudal de votos de la MUD pues el 54,3% de los entrevistados se considera opositor y solo 21,0% chavista, mostrando un caída del chavismo con respecto al año pasado (23,2%) y una estabilización de la oposición (54,7%). Lo que sí ha aumentado son los independientes al pasar de 22,2% a 24,7%.
La sorpresa es que a pesar de las frustraciones el 41,2% está muy seguro que iría a votar en las elecciones municipales (es una encuesta municipal) y 21,5% lo haría seguro. Es decir que la abstención podría estar debajo del 40%.
Esta cifra coincide con las señaladas por otros analistas. Para José Antonio Gil Yépez, director de Datanálisis, la intención de voto a pesar de las frustraciones podría rondar el 70%. Para el politólogo John Magdaleno, esta cifra es muy alta y prefiere hablar de que terminarán votando entre 45 y 50 %. En realidad las otras elecciones regionales apenas han superado el 50%.- La abstención en 2008 fue del 37% y en 2012 del 49%.
18 gobernaciones
Aunque Maduro haya dicho que esperaba ganar 10 gobernaciones los pronósticos son menos alentadores. Para el periodista Eugenio Martínez, experto en materia electoral, la oposición podría ganar 18 gobernaciones, si el 80% de ellos vota. Para Martínez la clave está en el nivel de abstención de la oposición.
En esta misma tesitura se encuentra el análisis del Banco de Inversión Torino Capital, que dirige el economista venezolano Francisco Rodríguez. El análisis de Torino se sustenta en la proyección de la participación de cada uno de los polos de esta contienda. Con base a que “… los votos a favor de la oposición y del gobierno están adecuadamente representados por la participación en la consulta popular del 16 de julio (7,6 millones de votos) y en la elección del 30 de julio (3,6 millones de votos). …”. Entonces la MUD obtendría 67,8% de los votos y el régimen un 32,2%. En este escenario nos dice Torino, la MUD obtendría 18 gobernaciones y el régimen se quedaría con las de Apure, Delta Amacuro, Guárico, Trujillo y Vargas, que concentran el 9% de la población nacional.
Al final, los obstáculos y trapacerías unidas a la abstención y el abstencionismo serán carta a jugar por el régimen para mantenerse en el poder. Una derrota electoral del pranato, no solo devolvería los ánimos a la oposición sino que mostraría la debilidad de éste frente a una comunidad internacional que se sentiría apoyada en sus acciones cada vez más pertinentes.