De acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la familia es el elemento natural, universal y fundamental de la sociedad, por ello los estudiosos en ciencias sociales repiten tanto que esta institución es el pilar para iniciar la búsqueda del origen de los males de una sociedad.
Algunos sociólogos y psicólogos han estudiado desde hace décadas la estructura de la familia venezolana, pues el tema ha sido de particular interés entre los investigadores, ya que casi todos coinciden que la familia venezolana, especialmente en sectores populares, está lejos de ser una familia tradicional como las demás familias occidentales.
El padre Alejandro Moreno, quien además es psicólogo y fundador del Centro de Investigaciones Populares, concluyó que la familia popular venezolana es “matricentrada”, es decir que está conformada por la madre y el hijo. Por lo tanto, la madre constituye el eje central de la familia, donde a pesar de la existencia del padre, este pareciera ausentarse e incumplir con la crianza de los hijos.
Por otro lado, el gobierno del fallecido Hugo Chávez, a través de sus políticas públicas se convirtió en un Estado paternalista, lo cual caracteriza a los regímenes socialistas. Esta forma de Estado limita la libertad individual de sus ciudadanos, basándose en la teoría de que sus gobernados no son capaces de valerse por sí solos y de tomar sus propias decisiones, como definirían Roberto Bobbio y Nicola Matteucci en el Diccionario de Política “una política social, tendiente al bienestar de los ciudadanos y del pueblo, que excluye la directa participación de los mismos”.
Durante el mandato de Chávez se crearon diversos programas sociales para dotar de “beneficios” a los venezolanos. Las denominadas “Misiones” ofrecían asistencia en las áreas de salud, educación, vivienda, trabajo, producción y agricultura. En consecuencia, los ciudadanos reflejaron una dependencia a los programas sociales impulsados por el Gobierno, ya que era la vía para obtener lo que necesitaban sin esfuerzo alguno.
Mientras este Estado padre se iba forjando, el ministro de educación en el año 1999 dijo: “La familia nuestra no existe. Mientras nosotros reconstruimos la familia, pasarán generaciones y el Estado necesariamente será el papá». Esta afirmación demostró que para la época se tenía previsto constituir un Estado protector de la población.
Por su parte una de las rectoras principales del Consejo Nacional Electoral (CNE), Socorro Hernández, se atrevió a comparar al Estado venezolano con una familia, en este sentido dijo: «el Estado es como una familia y el presidente es el padre”. Esta afirmación fue transmitida durante una entrevista en la televisión venezolana el 30 de mayo del presente año.
Las políticas estatales creadas por Chávez fueron supliendo la ausencia del padre, una vez que las familias populares matricentradas con bajos recursos económicos, vieron en estos programas sociales la salvación para subsistir.
Con la muerte del presidente, queda la herencia en manos de Nicolás Maduro y las mismas medidas son aplicadas en la actualidad para ganarse al pueblo venezolano. Un ejemplo de ello son las llamadas bolsas Clap, cuyas siglas significan Comité Local de Abastecimiento y Producción. Este es un mecanismo de distribución paralelo que implementó el régimen para “garantizarle” la comida a la población.
Con el pasar del tiempo la familia venezolana se está desintegrando cada vez más y lo único que se evidencia es el temor de un pueblo por perder lo que le dan, si mirar al futuro y nada más.