Esquelas: El pésame del señor Donald Trump

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El pésame de Mr. Trump Donald Trump vive metido en líos de mujeres. ¡Madre mía! Es que el President of The United States pertenece a esa clase de hombres al que las mujeres persiguen, bien sea por su dinero o a sabiendas de su incontrolable fama de mujeriego, pero al que luego odian con la intensidad propia de las hijas de Eva. Son hombres imán que atraen el metal de mujeres insistentes. Así, Donald Trump ha sido acusado hasta de abuso sexual cuando esos metales no consiguieron adherirse al poderoso imán. Su más reciente lío, que es más de «sombrero» que de faldas, tiene a la Casa Blanca con las manos en la cabeza. La ex congresista Frederica Wilson, dama afroamericana representante -o algo así-, de los demó- cratas en el estado de Florida, ha armado un escándalo con las presuntas amenazas que estaría recibiendo en sus oficinas por sus comentarios sobre la llamada de Donald Trump a la esposa del soldado caído.

La señora Wilson acusó a Trump de «insensible» por las palabras dichas como pésame a la viuda del sargento caído La David Johnson. Según Wilson, ella iba con la viuda a recibir el cuerpo del soldado en el aeropuerto de Miami cuando entró la llamada de Trump y la viuda puso el speaker.

«Lo escuché decir: Bueno, él sabía para lo que se alistaba, pero todavía duele». Dicho lo cual, la tía que crió al sargento respaldó a la congresista y el Washington Post se encargó de poner la noticia en primera pá- gina. ¡Así que ardió Troya!

El escándalo fue tal que el propio Trump tuvo que dar la cara para negarlo:

«Tuve una conversación muy agradable con la mujer, con la esposa, sonaba como una mujer encantadora, no dije lo que dijo esa congresista, no lo dije en absoluto. Y ella lo sabe. Tengo pruebas». Todo indica que el presidente no dijo tal cosa como lo dijo la Wilson, quien dio por terminada la polémica aduciendo no querer entrar en una guerra de palabras con Mr. Trump.

Según informó la Unidad de Fuerzas Especiales, Johnson se encontraba entre las tropas que ayudaban y asesoraban a los nigerianos en el trato a los grupos terroristas cuando éstos fueron emboscados por unos 50 militares presuntamente vinculados al Estado Islámico. Johnson y otros tres soldados fueron asesinados. Johnson y su mujer (embarazada) tenían su hogar en Miami.

Wilson es famosa por su estrafalaria indumentaria, especialmente por sus extravagantes sombreros que combina con ridículas flores, dignos de la fiesta hípica del Royal Ascot. Sus vecinos en el North Miami la reportan dando largas caminatas por la playa con sus estrambóticos sombreros y mitones blancos que siempre lleva con su look playero porque «no puedo caminar sin ellos.»

El caso es que Trump es una trampa para cazar pleitos con las señoras en los que lleva todas las de perder por aquello de que «a las mujeres ni con el pétalo de una rosa». Uno se pregunta cómo será ese aquelarre en la Casa Blanca, con las hijas de la ex metiéndole zancadillas a la rusa. Y Melania, que es de armas tomar, pleiteándose con Ivanka, que se ha declarado legítima First Lady. Bueno, es que los más famosos pleitos de Trump han sido con mujeres, suficientes como para un trabajo de investigación. Todavía se escuchan los ecos del mujerero que lo acosó durante su campaña electoral. Es de antología cuando en pleno debate Trump le dijo a Megyn Kelly, entonces reportera de Fox News, «grab them by the pussy». Aunque con su contrincante Hillary Clinton las ofensas no llegaron a lo personal porque Trump siempre fue amigo y «pitcher» de los Clinton. Pero los Clinton le soltaron a Alicia Machado para que lo acusara de humillarla cuando ella fue Miss Universo y se convirtió en una bola de grasa de tanto comer chocolates. Y así, hasta la poderosa Merkel tuvo dosis de desplante, aunque político, cuando el catire cometió la indelicadeza de dejarla con la mano estirada.

Desde el último episodio de la conversación en el autobús con el anfitrión de Access Hollywood, donde contó cómo trató de follarse a una mujer casada, Mr. Trump no había vuelto a verse bajo un pleito de faldas, en este caso, bajo el horrible sombrero de la congresista demócrata de Florida, amiga de Obama, quien se habría sacado el clavo con lo dicho por Trump: «Ningún ex presidente se ha dignado a dar el pésame a la viuda, ‘Just me’…»t

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