Semana de enfrentamientos: María Corina vs MUD y Putin-Maduro vs Trump

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Cierra una semana convulsa en el tablero político venezolano tras los cuestionados resultados de las elecciones regionales. ¿Se desintegra la MUD tras el varapalo moral? Esa es la pregunta que más se oye en estos días y el PSUV está dispuesto a capitalizar que su contrincante no logra recomponerse. Pero no solo el madurismo se ha puesto manos a las obras para fulminar a los partidos opositores: María Corina Machado está dispuesta a aprovecharse de las circunstancias para erigirse en la nueva figura adversa a Maduro.

         La dirigente mantuvo silencio en los días previos a las elecciones, pero solo estaba agazapada esperando su oportunidad para brincar sobre el botín que presume ha dejado libre la MUD: la voz cantante en la disidencia al régimen. Tras salirse de una coalición que solo busca el poder por los votos que su movimiento Vente Venezuela no ha logrado acumular, María Corina busca el poder por otras vías. En ese sentido, se ha aliado con el diplomático Diego Arria para conseguir reconocimiento internacional a su causa. Hasta ahora, parecen haber puesto de su lado al secretario general de la OEA, Luis Almagro, y a algunos ex presidentes como Andrés Pastrana. Habrá que esperar para ver si lo logran con los verdaderos pesos pesados en el mundo, hasta ahora ganados a la institucionalidad que representa la Asamblea Nacional, controlada por la MUD. De hecho, habrá que esperar a ver si Rex Tillerson, el secretario de Estado de Estados Unidos, no llama a capítulo a Almagro. A buen entendedor, pocas palabras.

Por qué se atrevió Maduro

         Los números anunciados por el CNE no los creen ni en Miraflores, pero bien que los aprovechan. Acorralado por Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima, el PSUV estaba dispuesto a aceptar su derrota en las elecciones regionales con tal de que les aseguraran una salida decente. El salvoconducto iba viento en popa hasta que Putin se decidió a dar un golpe sobre la mesa en su enfrentamiento estructural con Occidente. Maduro viajó a Moscú y de ahí regresó decidido a tirar el arrebatón, ya que contaba con el alivio financiero ruso a corto plazo. En la mente antisocial, se planifica día a día. Como vaya viniendo, vamos viendo. Y vino Putin.

         Envalentonado, con el decisivo refuerzo ruso, Maduro está dispuesto a tirar el arrebatón total: expropiará las gobernaciones opositoras por no someterse a la fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente y convocará a elecciones municipales en diciembre aprovechando que la MUD no está en capacidad de acudir a las urnas de votación. De paso, ya baraja unas presidenciales en marzo si la dirigencia opositora no se para de la lona. Como ven, hay confluencia de intereses entre Maduro y María Corina, aunque pese decirlo, aunque no trabajen juntos.

         Maduro va ejecutando el programa político mientras le dejen, aunque lo que realmente le interesa es su supervivencia. Puede forzarle en este momento la mano a Washington, que vela como «caimán en boca e’ caño» las mayores reservas petroleras del mundo -sí, el negocio petrolero es privado en Estados Unidos, pero esos «privados» controlan la Casa Blanca-. Pero este pulso no puede durar mucho tiempo. No hay músculo. La deuda con Wall Street no se atrevería a dejar de honrarla, salvo que Putin decida desatar un conflicto a gran escala con los norteamericanos, que tampoco parece una posibilidad cercana. Además, está Citgo, hipotecada en el 49,9% a la rusa Rosneft, pero al fin y al cabo una embargable empresa con sede fiscal en territorio estadounidense. Luego, están las variables humanas, esas que acompañan en la más profunda intimidad de la almohada: los sobrinos como rehenes de una corte en Nueva York.

         ¿Hasta dónde retará Maduro a Washington? ¿Hasta dónde apoyará Putin a Maduro? ¿Se recuperará la MUD? ¿Coronará María Corina su objetivo de suplantar a la MUD? Cierra una semana llena de preguntas y con poquísimas respuestas.

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