El Grupo de Lima se reunió en Canadá para evaluar el avance de su gestión. Lamentablemente apuntan que la situación venezolana se ha agravado y proponen ampliar el grupo al comprometer a Occidente e involucrar a Naciones Unidas.
Por ALFREDO MICHELENA
Una serie de reuniones y conferencias se dieron en la ciudad de Toronto, Canadá, para tratar el caso Venezuela. La más relevante fue la reunión del Grupo de Lima, grupo de 12 países latinoamericanos que están apoyando una solución democrática para la crisis venezolana.
El diagnóstico general
La Canciller canadiense, Chrystia Freeland, inició la reunión con un presentación muy clara y contundente sobre la situación venezolana. Para Canadá, Venezuela está en una crisis «instigada, cuyo propósito es asegurar el poder para unos pocos sin importar lo que esto significa para muchos». No es un problema de soberanía pues «el hambre generalizada de los ciudadanos y la negoción deliberada de suministros médicos… no concierne a todos», así como «las detenciones masivas, las golpizas y las torturas de ciudadanos inocentes», y «la demolición de las instituciones democráticas». Por estas razones «no podemos quedarnos con los brazos cruzados», sentenció. Canadá está dispuesta a trabajar para que no se consolide la dictadura, la corrupción institucional y las violaciones de los derechos humanos (DD.HH.) en Venezuela, con los otros colegas de la región. Como el régimen venezolano ha decidido seguir un camino que la comunidad internacional no puede aceptar, él debe enfrentar consecuencias más allá de declaraciones fuertes.
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La crisis empeora
Ricardo Ricardo Luna, Canciller de Perú, delineó más claramente las acciones que tomará el Grupo, no sin antes dejar claro de que la situación se había agravado por las fraudulentas elecciones del 15-O, la juramentación de gobernadores ante la Constituyente, el fracaso del diálogo «nonato, imperfecto e inconsulto» en República Dominicana y «lo más preocupante» – la fragmentación de la oposición. Lamentó que no se hayan incorporado más países de la región a esta iniciativa así como que tampoco haya trascendido más allá de la Unión Europea en articular a algunos países, cuando este es un problema que tiene una repercusión universal.
Para Luna se debe actuar a fin de «crear una situación propicia pero también determinante» para que el régimen «se sienta obligado a negociar de buena fe» no solo una salida a la crisis, «sino también una salida al propio régimen». Un régimen ilegítimo que es una aberración para el sistema interamericano. Pero la inoperancia de los órganos de la región, en particular la Unasur y la OEA, impone que el Grupo de Lima amplíe sus alianzas más allá del continente con países como los de la Unión Europea y más allá.
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Algunas propuestas
Luna terminó proponiendo globalizar el asunto Venezuela e involucrar a las Naciones Unidas y en particular a su Secretario General, pues esa organización tiene tres áreas de mandato como son: resolución de conflicto, ayuda humanitaria y violación sistemática de DD.HH., perfectamente aplicables al caso venezolano y en eso los países occidentales y otros más que se han venido interesando en el problema, pueden ayudar. También es esperable el aumento de las sanciones individuales hacia violadores de DD.HH. y corruptos por parte de países que aún no lo han hecho
Lo posible
Según fuentes bien informadas se está trabajando fuertemente para despolitizar el tema de la ayuda humanitaria. Una iniciativa en este sentido la acaba de tomar Canadá al apoyar los cuidados médicos en la frontera venezolano brasileña. Una visión que propone incorporar la lucha más frontal contra la delincuencia internacional organizada que soporta al régimen, esto es, el narcotráfico, el lavado de dinero, grupos guerrilleros y extremistas islámicos, entre otros, está tomando cuerpo como una contribución de la comunidad internacional, para debilitar al régimen y facilitar la vuelta a la democracia. Y por su puesto la insistencia en unas elecciones libres y justas para presidente en 2018.