Jorge Rodríguez abandonó la alcaldía de Caracas y la dejó sumergida en el caos, la pobreza, la basura y la delincuencia.
El espejo que nos ofrece Zimbabue es ineludible ante estas reflexiones semanales. No podemos dejar de tomarnos unos minutos para tratar, aunque sea someramente, este tema internacional con el que cerró la semana pasada y es que en esta nación del continente africano hemos visto con suma atención los acontecimientos que han desencadenado en el arresto por parte de las fuerzas militares de ese país del dictador Robert Mugabe, quien que desde que se independizó de ser colonia del imperio británico ejerció con mano de hierro el poder, habiendo sumergido a su población en una de las peores crisis que dicho continente haya atravesado.
Analistas internacionales ofrecen cifras según las cuales el desempleo rondaba el 96 %, sin contar con las cifras de las epidemias y la miseria desatada con la cual aplastaba a la población para gobernar, manteniendo a su cúpula cercana y familiar con los lujos y riquezas de un emperador y teniendo control sobre las vidas de toda la nación.
Curiosamente, recibió de manos del fallecido expresidente Chávez la réplica de la espada de nuestro Libertador. ¿Será que nuestro padre de la patria, desde el sitial de la gloria, ejerce sin piedra y sin palo la justicia divina ante la afrenta de otorgarle tan alta distinción a otro de los dictadores considerados como uno de los más atroces y despiadados del mundo? El pueblo de Venezuela, libre y soberano, debe exigir que todas estas réplicas (que son símbolos de la libertad que costó a este hemisferio sangre sudor y lágrimas) deben ser devueltas, porque ningún opresor de pueblo alguno debe tenerlas en su poder.
Cambiando de tema. Podemos resaltar que siempre, para obtener las cosas, debemos ser consecuentes, persistir y pedírselo al universo como una máxima de vida para beneficio de todo el mundo.
Hace más de un año empecé una campaña en la cual le pedía a Jorge Rodríguez que el mejor regalo que le podría dar a Caracas era su renuncia. Pues bien, el universo lo concedió y antes de tener que hacer entrega formalmente de una ciudad sumergida en el caos, la pobreza, la basura y la delincuencia aceptó la elegante salida que le ofreció el presidente Maduro de asumir el Ministerio de Comunicaciones. Es así como abandonó la ciudad a la que nunca quiso sino que destruyó de todas las formas inimaginables.
El ahora exalcalde dejó a la deriva, tanto a los que le dieron su respaldo, como a los que le adversamos por muchos años ante su mala gestión. Nos toca emprender la reconstrucción de las cenizas en que dejó este señor a la otrora ciudad de los techos rojos. Tenemos que unir esfuerzos para recuperar la calidad de vida que nos merecemos los habitantes de Caracas.
Debemos organizarnos para que todos rememos hacia un objetivo: ser la capital pujante de la República, ejemplo de las demás capitales de América, donde tengamos orden, limpieza y fuentes de trabajo. Nunca perdamos la esperanza de conseguir lo que queremos, porque no hay nada imposible en la vida. Con el concurso de todas las fuerzas vivas del municipio haremos que florezca la Caracas que queremos.
@aixaconcejalccs