No debe extrañarnos que Antonio Ledezma se convierta en el líder visible de Soy Venezuela, pues este se ha convertido en uno de los grupos en que se ha partido la oposición.
La “autoliberación” de Antonio Ledezma nos tiene que llenar de alegría. Aunque llena de tristeza los comentarios denigrantes de su espectacular fuga. Unos denunciaban una maquiavélica negociación con el pranato o un favor por sus relaciones con el régimen -por su yerno. Otros, que esa no era una fuga como las de Petkoff, a quien se le atribuye aquello de que “el primer deber del preso político es fugarse”, lo que para ellos no es aplicable a Ledezma. El venezolano confunde ser desconfiado con ser inteligente y se regodea con las teorías de la conspiración -aunque de que las hay las hay- y en buscarle la quinta pata al gato. Creemos ser zamarros y terminamos atrapados en nuestra propia desilusión al vivir en un mundo de intrigas telenovelesco.
Claro que hubo un plan para su escape y hay una intencionalidad manifiesta de ayudar a construir al movimiento Soy Venezuela. No en vano atravesó Venezuela, salió por Cúcuta, tomó un avión a Bogotá y de allí a España a reunirse con Rajoy. Lo que requirió planificación y financiamiento. Sí, la política necesita dinero, no solo para mantener un movimiento sino a los políticos. O es que ustedes creen que ellos viven del “cuento y la melodía”, si no solo los ricos podrían ser políticos porque les sobra dinero. Lo que se necesita es transparencia para asegurarnos que esa ayuda monetaria no está comprando conciencias.
Que Ledezma se convierta en el líder visible de Soy Venezuela no es extraño. Es uno de los grupos en que se ha partido la oposición. Unos, como decía en mi columna pasada, creen que sin la salida de Maduro no se puede conquistar nada y que cualquier paso intermedio es una entrega al enemigo. El otro cree en la conquista de espacios por la vía electoral. Espero que Ledezma, que tiene “burdel político”, le dé mayor racionalidad a ese grupo donde muchos quieren tomar el cielo por asalto.
Concuerdo con Soy Venezuela en que hay una estrategia a seguir en lo votado el 16J. Lamento los que, como Chúo Torrealba, creen que esa pregunta fue un “strike” que pasaron algunos pero que hay que ignorar. He argumentado que la AN debe nombrar al CNE, al Defensor del Pueblo, al Contralor, en conjunción con el TSJ en el exilio y luego proceder con la elección presidencial. Pero eso tiene que hacerlo la AN, única institución reconocida nacional e internacionalmente. Me parece deleznable esa idea que ese TSJ nombre a Ledezma como presidente provisional, no por sus méritos y capacidades sino por lo anterior.
Insisto, la lucha hay que darla en todos los frentes, pues ninguno será suficiente para sacar a Maduro, y dejar las descalificaciones entre la oposición que no ayudan en nada. Me alegro de que Soy Venezuela ahora acepte la necesidad de un diálogo que pide la comunidad internacional. Claro que no se puede aceptar la Constituyente cubana, pero tanto ellos como la oposición y el régimen deben entender que negociar implica que todos deben ceder. Al final, la pregunta clave es si Ledezma podrá recomponer la unidad de la oposición. Si no nuestra debilidad será la fortaleza del pranato y su fuga habrá sido poco útil para la vuelta a la libertad y la democracia.