Los chilenos no quieren que Sebastián Piñera vuelva a La Moneda; pues, contrario a las encuestas que le daban 45%, obtuvo 37% de los votos en la primera vuelta.
Por Estebán Solis
Los pronósticos vuelven a fallar. Ahora fue en Chile y quizá el más decepcionado es Sebastián Piñera, a quien le otorgaban 45% de los votos válidos, que le sacaría una ventaja de más de 20% al competidor del segundo lugar, Alejandro Guillier de la Nueva Mayoría y que la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, no superaría el 10% de las votaciones. El sufragio dijo otra cosa: Piñera arañó el 37% (siete puntos menos cuando en primera vuelta en 2010 obtuvo 44%), sólo logró una ventaja de 14 puntos sobre Guillier y Sánchez, la gran revelación de esa jornada, peleó hasta el último voto por el segundo lugar hasta alcanzar poco más del 20%, muy superior al 10% que le otorgaban las firmas demoscópicas. La gran perdedora es la Democracia Cristiana (DC), cuya candidata Carolina Goic no alcanzó el 6% mientras que Marcos Ominami, del Partido Progresista, que disputó su tercera contienda presidencial, se acercó al 6%.
Hay que recordar que la DC, por primera vez desde el fin del régimen militar en 1990, presentó una candidatura independiente separada de los socialistas por reformas impulsadas por la presidenta Bachelet en educación, tributaria y laboral con las que no simpatizaban. Las encuestas sólo acertaron en el alto índice de abstencionismo que fue de 53%.
Los resultados en primera vuelta también dicen que siete de cada diez chilenos no quieren a Piñera en La Moneda. El electorado envía un mensaje a sus líderes políticos identificados con la centroizquierda para que profundicen en las reformas y cambios sociales emprendidos por la administración Bachelet y la coalición que le acompaña. Es así que la Nueva Mayoría, el Frente Amplio, el Partido Progresista y la DC obtuvieron en conjunto 55% de los votos. Si partimos de que estas cuatro entidades políticas decidieran hacer un solo bloque para el 17 de diciembre, fecha de la segunda vuelta, y los votos se transfirieran automáticamente, con toda seguridad Guillier ganaría la elección porque usando el mismo mecanismo para Piñera, el otro candidato de la derecha, José Kast, que llegó a reivindicar a Pinochet, obtuvo casi el 8% de los votos que sumados a los 37% de Piñera, no le ajustaría al expresidente para la reelección, alcanzando el 45%. Hay otros dos candidatos que juntos apenas lograron superar el 1% de las votaciones.
Más allá de la poca afluencia de electores, la izquierda chilena puede formar una gran coalición para derrotar a Piñera y su proyecto de revertir la reforma tributaria y favorecer a una élite de ricos empresarios o despedir a no menos 20 mil trabajadores públicos. Guillier enamora con sus propuestas de luchar por la renovación de la centroizquierda, mejorar la eficiencia del Estado y el diseño de las políticas públicas. Sin duda el gran aliado del candidato del bloque Fuerza de Mayoría debe ser el Frente Amplio que además de Sánchez tiene a dos referentes de las movilizaciones de 2011, los diputados Gabriel Boric y Giorgio Jackson, jóvenes con un liderazgo envidiable, el primero de ellos fue presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios y hoy vinculado a un Movimiento Autonomista, y el segundo, miembro del Partido Revolución Democrática.