Tres intentos de diálogo, acercamiento, conversaciones o negociación. Múltiples voces a favor y en contra, la mayoría, en contra. En el medio, la crisis social, económica y claro, política más severa en la historia reciente de Venezuela.
Así se llega al cuarto intento para que el gobierno y la oposición se sienten en una mesa a 1422 kilómetros. La distancia que hay entre Venezuela y república Dominicana.
Para este nuevo intento hay variantes que entran en juego: la oposición se lleva una delegación conformada por 21 personas, entre ellos “asesores técnicos” provenientes de distintos sectores de la sociedad. También estarán presentes cinco países garantes: dos por parte de la oposición ya que Paraguay anunció a última hora que no acudirá y el gobierno con tres luego de conseguir el “sí” de Saint Vincent y Las Granadinas.
Horas antes de iniciar formalmente las reuniones, precedidas por “encuentros preparatorios”, reina la cautela y el hermetismo así como las típicas respuestas prefabricadas para salir del paso.
Uno de los representantes opositores dentro de la delegación, es el diputado Manuel Teixeira del partido Movimiento Progresista de Venezuela. Para él, “Es complicado” hablar sobre los planteamientos que se piensan hacer sobre la mesa. Considera que la discreciones importante en esta etapa por lo delicado del proceso.
En cuanto a las exigencias, hay una particular que hacen las familias que perdieron algún familiar durante las protestas: justicia. Una justicia que aseguran, no se negocia. Al respecto, Teixeira señala que se atendieron las recomendaciones sin embargo, procura no adelantar mucho.
El diputado insiste en que, para la Unidad, el primer punto es la entrada de medicamentos para un país donde la cifra de desabastecimiento de medicinas llega casi al 90% dependiendo el rubro.
La dirigente María Corina Machado, una de las principales detractoras de este encuentro, recuerda la carta del enviado del Papa, Pietro Parolin durante el intento de 2016. Una carta muy contundente en la que exponía que para que se pudiera dar un diálogo real, se debía cumplir con las cuatro exigencias opositoras. Las mismas que hoy son llevadas nuevamente a la mesa:
Liberación de presos políticos; canal humanitario; respeto a la Asamblea Nacional y garantías electorales son para Machado, exigencias que se deben dar antes de cualquier proceso de negociación y no condiciones sujetas a negociación.
Ella agrega en forma de crítica el hecho de que no se incluya en la lista opositora el cese de la Asamblea Nacional Constituyente.
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Desde la oposición “pro negociación”, la respuesta a esto es que lo consideran un fraude que la comunidad internacional no reconoce. Teixeira sostiene que el tema lo debe colocar el gobierno y que no se sabe a ciencia cierta “que van a pedir”.
Deja claro, como otros opositores, que la aceptación de esta instancia “no esta planteada” en el seno opositor y aunque pareciera que todos están de acuerdo., dentro de los representantes de los partidos que viajan a la isla caribeña, hay unos ganados a no “gastar demasiada energía en este punto” mientras otros, sí lo consideran como un punto de honor.
Fuentes cercanas a los opositores sostienen que el tema sí se tocará y que, hasta el momento, la conclusión opositora es no aceptar la ANC.
Teixeira aboga por una “negociación seria” y apuesta por la “sindéresis”. También recuerda que “todo no terminará el 2 de diciembre. Aquí se buscan acuerdos mínimos”.
Para María Corina se cometen los mismos errores que en los intentos pasados y considera además que no es el “momento correcto”. De hecho, para la dirigente de Vente Venezuela, República Dominicana representa un lugar “hostil”, indebido y critica lo que califica de “tutelaje de José Luis Rodríguez Zapatero.
Aclara que sí cree en una “negociación final” para salir del gobierno de Nicolás Maduro pero para ello se deben cumplir ciertas cosas. Machado sostiene que la oposición no tiene una “amenaza creíble” con la cual forzar al gobierno nacional.
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Jorge Roig, ex presidente de Fedecamaras y quien integra el cuerpo de asesores técnicos de la oposición en este proceso señala que, aunque no tiene expectativas, “no hay otra opción”.
Una respuesta que, aunque Machado no se la criticó a él directamente, la considera “irresponsable con el país. Ese diálogo no va a cambiar nada pero que no se venga con nada generará consecuencias graves”, dice.
Roíg por su parte, insiste en la emergencia humanitaria como el objetivo clave ya que, al haber elecciones a la vuelta de la esquina, “los cambios que se requieren hacer en materia económica no se ven que puedan ser aplicados a corto plazo.
Sin embargo, no descarta que se pueda dar la oportunidad de presentar las demandas del sector productivo orientadas a que se le de ayuda técnica no para “subsanar” momentáneamente el problema de producción sino para ayudar a reactivarlo con paquetes tecnológicos entregados a las asociaciones de estos sectores como FEDEAGRO.
También habla de la necesidad de acabar con parte del origen de todo lo que estamos viviendo que es el control cambiario. Insiste en que no ve que estos temas tengan cabida ante la necesidad de entrada de medicamentos y alimentos al país de forma inmediata.
Machado no se queda en los cuatro puntos que lleva la oposición. Agrega tres temas que califica de “estructurales y muy graves”: la crisis económica en donde Venezuela estaría sin reservas internacionales y sin oro; la migración o “desplazamiento” de venezolanos por la frontera con Colombia que aumenta exponencialmente conforme pasa el tiempo y, lo que considera una “ruptura de os bloques de poder” dentro del oficialismo.
La dirigente manifiesta y reconoce como error haber puesto la Unidad por encima de la coherencia política, hecho que los llevo, según ella, a la “velocidad del más lento, en la dirección del más débil”.
Rechaza un diálogo de “secuestrados con sus secuestradores” por lo que, desde la plataforma Soy Venezuela llaman a construir una “conciencia social para encausar el malestar opositor y generar así una amenaza creíble”.
Indudablemente gobierno y oposición jugarán sus cartas en República Dominicana y dentro de las fronteras que arropa el tricolor nacional. En el medio de la mesa están más de 30 millones de venezolanos golpeados por una crisis sin precedentes.
Veremos con el transcurrir de las horas, quién juega mejor sus cartas y para qué fin.