Prosiguiendo con su programa de política exterior, en el que ya habían sido incluidos los pesos pesados -Estados Unidos y Rusia con la visita a Paris de ambos presidentes y una próxima visita a China prevista para principios del año 2018-, al presidente francés, Emmanuel Macron, de su labor al frente del Estado le faltaba África. Ese es un tema mayor, a la vez internacional que doméstico, puesto que Francia, como antiguo imperio colonial, mantiene con ese continente relaciones estrechas de todo orden, que van de lo político a la cooperación al desarrollo, abarcando lo militar.
Una de las cuestiones más cruciales de las relaciones de Francia con África es el de desembarazarse del legado postcolonial, no siempre transparente, en lo que se refiere a los grupos de intereses, de lado y lado, dedicados a negocios y a sombríos manejos políticos. El empeño de Macron, incluido en su programa electoral, es de operar cambios que conduzcan a una modernización de las estructuras francesas como lo ha estado demostrando en los meses que han transcurrido desde su elección y marcar su diferencia en las relaciones con África, siendo este el reto que se propuso al emprender su primer desplazamiento a ese continente. Las etapas de la gira después de Burkina Faso, son Costa de Marfil, allí participará en la cumbre entre la UE y La Unión Africana, y por último, Ghana.
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Emmanuel Macron tiene un vínculo personal con África. Para él, no es un continente desconocido. Obligado como todo estudiante en la Escuela Nacional de Administración, vivero de la elite que conforma la administración del Estado, a realizar una práctica como futuro funcionario, escogió la embajada de Francia en Nigeria. Desde el punto de vista generacional, Macron, nacido después de las guerras de la descolonización, libre de la memoria colonial, tiene la ventaja de la libertad que le otorga ese hecho. De allí que escogiera un auditorio de jóvenes para expresarse este pasado miércoles 28 de noviembre, la Universidad de Ougadougou, la capital de Burkina Faso, para pronunciar un discurso y someterse a las preguntas de los estudiantes. Su hablar franco no tardó en demostrar su voluntad de romper tabúes y demostrar su voluntad de renovar el tipo de relaciones entre Francia y África. “Pertenecemos a la misma generación, háganme confianza, haremos evolucionar nuestra relación y defender nuestro futuro. Pertenezco a una generación de franceses para quienes África no significa un pasado opresivo, ni un vecino como cualquier otro”, y haciendo un llamado a pasar la página de la colonización, declaró: “los crímenes son innegables”, como también hubo “grandes cosas e historias positivas … ¡Ya no hay una política africana de Francia! Lo que hay es una política que nosotros podemos conducir, lo que hay son amigos, hay gente con las cuales estamos de acuerdo, con otras no. Pero sobre todo, hay un continente que debemos mirar de frente”. Así fue la entrada en materia de Emmanuel Macron. Su habilidad como orador logró romper el hielo y suscitar la simpatía de los 800 estudiantes allí presentes, que se presentaron más bien dispuestos a la crítica y al reproche . “Se debe poner término al pacto colonial”, que el líder estudiantil allí presente no cesaba de repetir y que según él, caracterizaba las relaciones de Francia con sus antiguas colonias.
El discurso duró una hora y cuarenta y cinco minutos. Al lado del presidente francés, el presidente de Burkina, Christian Kaboré, escuchaba en silencio.
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Emmanuel Macrón recordó la figura y rindió homenaje del capitán Thomás Sankara, héroe de Burkina Faso, asesinado el 15 de octubre de 1987. Y fue el anuncio de la desclasificación de los documentos sobre el asesinato de Sankare, crimen sobre el cual existen sospechas en cuanto al papel de Francia jugado en ese acontecimiento, una de las páginas sombrías, precisamente, de ese postcolonialismo francés tan cuestionado hoy por los africanos, lo que suscitó los aplausos de los jóvenes, incluso, del líder que protestaba. Macron había ganado la partida con los jóvenes: “Me he comprometido con claridad y acabo de decírselo al presidente Kaboré, que esos documentos serán desclasificados para la justicia burkinesa que tendrá acceso a todos los documentos sobre el caso Sankara”, incluido incluso los archivados bajo la etiqueta “secreto defensa”.
Tampoco disimuló que existen intereses esenciales de Francia en África, La cuestión militar estratégica es uno de ellos, pues salvaguardar la seguridad del Sahel en la guerra con el yihadismo es determinante para la seguridad de África, pero también para el resto del mundo., y por ello constituye una prioridad para el estado francés. Reto que ignoramos cuánto tiempo va adurar todavía. Existe otro elemento de peso: la presencia china cada vez más numerosa en el África.
En lo relativo a lo económico queda el tema del franco CFA, una de las últimas monedas coloniales que existen todavía, “verdadero tema de estabilidad que los dirigentes africanos deben abordar con mucho tacto”, dijo Macron.
Esperemos que el futuro de las relaciones Francia/África, evolucionen y se traduzcan en hechos reales. África es el continente con mayor crecimiento en el mundo, que sobrepasará en pocos años, en número de habitantes a China.