¿Arrasó el chavismo el 10D?

El chavismo se recupera dentro de la crisis que vivimos. Ha ganado tres elecciones seguidas, con trampas, trapacerías y la subyugación de una parte importante de la población. ¿Podrá la oposición enfrentar el reto electoral de 2018 y ganar la presidencia?

 

 

Por ALFREDO MICHELENA

 

“El chavismo arrasa en elecciones municipales” reporta la BBC. Con, “De la «mayor victoria» del chavismo a «esta derrota final» de la oposición” lo hace la agencia rusa RT. El País de España titula “Maduro acapara todo el poder municipal”. Para los venezolanos este resultado ni fue inesperado ni impactante. Los datos provistos por el CNE muestran una realidad que hay que sopesar para entender a que atenernos en el futuro.

El arrase

Claro que el chavismo arrasó en unas municipales sin contrincantes. Según Maduro ganaron 308 de las 335 alcaldías y la gobernación del Zulia, aunque unos 20 disidentes chavistas triunfaron en sus municipios. En las pasadas elecciones municipales de 2013, el llamado Polo Patriótico obtuvo 256 alcaldías y la MUD 81.  En esa oportunidad sacaron 5,216,522 votos y la MUD 4,373,910.  El 10 de diciembre los chavistas habrían sacado 6.517.605 votos y la oposición 2.749.778 votos.  Al igual que para el 15-O hay importantes inconsistencias numéricas en los estados Lara, Táchira, Trujillo, Yaracuy y Zulia. Por ejemplo en Zulia hay más votos que votantes.

¿Ha mejorado el chavismo?

 Si comparamos las municipales de 2013 con las actuales, el chavismo habría aumentado en 1.3 millones de votantes.  En las elecciones de regionales del 15-O sacaron 5.622.844, sin incluir el Municipio Libertador. Al agregar los 493.225 votos que sacó ahora en ese municipio, tendríamos 6.116.069, lo que supone un crecimiento nacional de unos 400.000 votos con respecto a las regionales. Claro según los datos oficiales. Votaron, que según el CNE 9.139.564 personas, es decir, hubo un 47% de participación lo que muestra una caída importante con respecto a 2013 cuando ésta fue de 58.36 %.  La encuesta de Datanálisis estimaba solo un 34,9% muy convencido de sufragar. Al igual que el 15-O la abstención favoreció al chavismo.

De las 23 alcaldías de las capitales de Estado, 22 fueron asignadas al PSUV y dos a la oposición: San Cristóbal y Mérida. Y se conservaron los bastiones de El Hatillo, Chacao y Baruta.

Un proceso dudoso

Según veedores independientes la abstención habría sido mayor, por lo que los resultados deben ser distintos. Para la ONG Red de Observación Electoral de Asamblea de Educación la participación nacional apenas alcanzaría un 21%. Ellos registraban que la abstención superaba el 70% a las 4:00 pm del D10.

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Señalaron además que, hubo voto asistido en el 15% de los centros de votación; en 10% de ellos se reportaron fallas en las máquinas de votación; en un 5% hubo incidentes; y en 16% se registró el uso de recursos públicos para movilizar electores. Claro, se tendría más información si los partidos más importantes de la MUD hubieran participado con su organización en las mesas y desde allí hubieran monitoreado el proceso. Pero Acción Democrática, Primero Justicia y Voluntad Popular optaron por no participar como protesta por lo sucedido en las elecciones del 15-O y en especial por su negativa de juramentarse ante la Asamblea Nacional Constituyente Comunal (ANC). Pero esto no se tradujo en ninguna acción concreta para el día 10D o sus días subsiguientes. No fue una abstención activa, tanto que ni siquiera intentaron convertir la abstención en un triunfo de la oposición.

Control social

Maduro viene de tres victoriaS electorales muy importantes – incluyendo la de la ANC- para las elecciones de 2018. Ahora no solo tiene el control municipal y regional sino que ha aceitado su maquinaria electoral. Maquinaria que describimos cuando analizamos las elecciones del 15-O. Es el uso del Carnet de la Patria (CP) como medio de control social y político. Citando de nuevo al profesor del IESA, Michael Penfold, “el chavismo pareciera haber mutado a un nuevo mecanismo de coacción y condicionamiento del voto que es altamente efectivo y que luce logística y tecnológicamente muy sofisticado”.  Sería una articulación de los “puntos rojos”, ahora “puntos tricolor”- estaciones del PSUV- cerca de los centros de votación con el CP. Carnet asegura al poseedor acceso a las bolsas del CLAP y a otros programas sociales del régimen. Ellos, según Penfold, podrían llegar a 3,5 millones de familias. Según un estudio de Ratio-UCAB, que refiere el periodista Eugenio Martínez el “14% de los venezolanos (4.4 millones) dicen que los CLAP son su principal vía para conseguir alimentos y 27,5% (8.5 millones) que son un complemento muy importante para poder comer”.

Este depravado mecanismo de control social articulado al CP se ha venido perfeccionando para someter a la población y asegurar su asistencia a las urnas y su fidelidad militante. Con este mecanismo el chavismo tiene un piso de al menos unos cinco o seis millones de votos.

La elección presidencial

El chavismo ha venido rayando la cancha a su favor para las elecciones presidenciales. No solo con el CP sino que además ha logrado dividir a la oposición, al imposibilitar al máximo su punto de unidad que ha sido en el campo electoral, desmoralizar a los opositores y crear dudas de su dirigencia.  Por su lado el desgaste de una lucha callejera que no provocó la fractura del régimen, pero si muertos, y la incapacidad de concretar una salida electoral, enmarcados en una falta del liderazgo opositor que permita entusiasmar a esta mayoría antimadurista, ha reducido su presencia política efectiva, tanto que MUD comparte con Maduro una evaluación negativa de dos tercios de los encuestados. Es una mayoría que no se materializa políticamente.

Según Venebarómetro, Maduro y régimen han mejorado en cuanto a su percepción, incluso los que se consideran oficialistas crecieron un 10% desde mayo. Esto se podría asimilar a una aceptación de lo inevitable, es decir, el sometimiento, por hambre, al poder del Estado “a la” cubana.

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Maduro tiene 29% de la intensión del voto por lo que solo con la unidad en la oposición será imposible ganarle esa elección. Para las primarias de la MUD los dos candidatos opositores con mayor intensión de voto son Leopoldo López y Henrique Capriles pero están inhabilitados. Les siguen Henri Falcón y Henry Ramos y luego  María Corina y Rosales. También se habla de Lorenzo Mendoza. Para complicar más las cosas Maduro acaba de anunciar que los partidos que no participaron en las municipales serán vetados para cualquiera otra elección. Esta seguramente será una decisión que tomará la ANC.

La oposición parece tener sus apuestas en que en República Dominicana se pacten unas elecciones libres y justas con observación internacional. ¿Qué pasará si  las negociaciones fracasan?  Lo cierto es que 2018 será un año clave que si se desaprovecha todo indica que nos espera otro sexenio chavista.  Entonces si el chavismo arrasará con todo lo que queda.

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