Ni para los estrenos

El “bono navideño” de 500 mil bolívares que asignó el Gobierno de Nicolás Maduro, supuestamente, a más de 4 millones de portadores del “carnet de la patria”, parece un chiste cruel ante la realidad que viven los venezolanos, porque además de que las utilidades se les esfumarán en comida, a muy pocos le alcanzará la plata para los estrenos de diciembre.

 

Por RICHARD SANZ

¿Es en serio eso de “prendan la luz que es diciembre”? Zapatos para caballeros que oscilan entre los 2 millones de bolívares y los 16 millones, vestidos “sencillos” para damas que no bajan de un millón o pantalones tipo jean que se exhiben a partir del millón y medio de bolívares… ¿Acaso es una burla a los venezolanos ese “bono navideño” de 500 mil bolívares que supuestamente asignó el Gobierno de Nicolás Maduro a más de 4 millones de portadores del “carnet de la patria”?

Y es que los precios de la ropa y el calzado para esta temporada navideña pulverizaron las utilidades y bonos de fin de año, que la mayoría de los venezolanos destinaron para comprar alimentos. Los estrenos para el 24 y 31 de diciembre quedaron para el recuerdo de aquellos años en los que se comían hallacas hasta más allá del 15 de enero, cuando Venezuela era la de puertas abiertas para españoles, italianos, portugueses, colombianos, ecuatorianos, peruanos y dominicanos, en busca de una mejor vida que no hallaban en sus países de origen.

Sin embargo, bajo el régimen chavista, el empobrecimiento del venezolano ha sido de tal magnitud, que pocos son los que hablan de viajes, regalos navideños, hallacas, estrenos o “Niño Jesús”: la prioridad que se escucha en el metro, en la parada de camionetas o en la panadería que es dónde se puede comprar comida a precios medianamente accesibles.

Ni para las pantaletas amarillas alcanza

Además de las 12 uvas o el plato de lentejas, otra tradición de las fiestas de fin año que se tragó la crisis en Venezuela es la de la ropa interior amarilla, esa que se usaba en el momento de las 12 campanadas “para la prosperidad”.

Al revisar en distintos portales web especializados en ventas, las pantys más económicas de algodón, se ubican en 89 mil bolívares –la mitad del salario mínimo-, aunque las de marcas más conocidas se ubican entre los 155 y 800 mil bolívares.

Caminando y hurgando en los puestos de los mercados populares de El Cementerio o San Martín en Caracas, la prenda íntima amarilla más barata puede que se consiga en 70 mil bolívares, los llamados “cacheteros” no bajan de 200 mil; mientras que los sostenes van desde 250 mil a 800 mil bolívares.

Jeans y zapatos con precios de infarto

Recientemente se hizo viral en las redes sociales la foto de un jean Levi’s para hombres, cuyo precio pasaba de los 6 millones de bolívares. En esta semana, en los mercados de La Hoyada o El Cementerio marcas menos reconocidas puede adquirirse a partir del millón y medio de bolívares, lo que equivale a más de ocho salarios mínimos.

El caso de los precios de los calzados para hombres también puede producir, al menos, una arritmia cardiaca: en unos dos millones de bolívares se venden los deportivos, aunque en el Centro Comercial Ciudad Tamanaco la hiperinflación que azota a los venezolanos se evidencia “en todo su esplendor”, cuando se ven unos zapatos que cuestan más 16 millones de bolívares.

No obstante, en comercios ubicados en el bulevar de Sabana Grande y en el centro de Caracas se pueden comprar zapatos a partir de 800 mil, aunque son de dudosa calidad.

Igualmente, el precio de las camisas puede deprimir a más de uno: la más “simplona” está en un millón 200 mil bolívares en el mercado al aire libre de La Hoyada.

Blusas y vestidos incomprables

No deja de impresionar que una blusa, la más sencilla y de una talla pequeña, se venda en 380 mil bolívares (más de dos salarios mínimos), en un puesto del mercado de San Martín, pero de acuerdo a su estilo o marca los precios varían entre los 500 mil y 930 mil bolívares.

En cuanto a los pantalones de vestir para dama, se hallan a partir de los 250 mil bolívares, mientras que los vestidos tipo coctel –el más elemental-, está en un mínimo de 550 mil bolívares.

Una modalidad que ha surgido en estos comercios es que si las personas pagan en efectivo, el precio de la mercancía puede bajar hasta en 20% o 30%.

Una prenda que también es muy buscada por las mujeres como es el legging, tiene un valor de, al menos, dos salarios mínimos.

Ropa para niños es la más costosa

En medio de esta crisis económica inédita en la historia de Venezuela, hay padres que hicieron esfuerzos para comprar los estrenos de sus hijos, sacrificando el pago de deudas, la compra de los ingredientes para las hallacas o el caucho que le hace falta al carro.

Es así como el precio de un conjunto para niñas oscila entre los 800 mil y dos millones de bolívares, mientras que en el caso de los niños varía entre los 700 mil y el millón 200 mil.

También impacta que un pequeño vestido para niña, que se confecciona con unos pocos trozos de tela, se ubique a partir de los 550 mil bolívares –más que el “bono navideño” que el Gobierno de Maduro repartió, supuestamente, a 4 millones de portadores del “carnet de la patria”-, en el mercado de El Cementerio.

La prenda que más útil resulta para los hijos, dado que sirve para cualquier ocasión y es un poco más resistente que otras como es el blue jean, tampoco escapó de la espiral inflacionaria: no bajan de 450 mil bolívares (dos salarios mínimos y medio).

Asimismo, los calzados más económicos para niños, pueden conseguirse entre los 200 mil y 300 mil bolívares, aunque no son de marcas reconocidas y tienen poca vida útil.

Declinó la presencia de compradores

Si bien el movimiento navideño aún se aprecia en algunas zonas de Caracas –como en el centro, bulevar de Sabana Grande y centros comerciales-, la verdad es que son muchos más lo que se acercan a ver las vidrieras que los que finalmente compran.

Al respecto, encargados de establecimientos comerciales coincidieron en afirmar que las ventas han caído entre un 60% y 70% con respecto al año pasado, debido principalmente al disparo registrado durante los últimos meses del dólar paralelo (Dólar Today), dado que en función a esa cotización es que se fijan los precios de las mercancías.

Asimismo, la crisis causada por la falta de efectivo ha espantado a los pocos compradores de los comercios que no disponen de puntos de ventas, que además han colapsado durante las últimas semanas debido al alto volumen de transacciones, así como por el robo de cables, falta de mantenimiento y un servicio de Internet que se ubica entre los peores del mundo.

Otro factor que se ha sumado es que varias tiendas han bajado la santamaría en plena temporada navideña, debido a que por los altos costos no tuvieron la capacidad financiera para reponer sus inventarios.

A todo ello se suman las fiscalizaciones realizadas por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), que obligó a varios dueños de negocios a vender incluso por debajo del precio por el cual adquirieron sus productos –según lo denunciado por el Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio)-, lo que generó pérdidas económicas y cierre de locales.

¿Hay alternativas para los hijos?

Aunque el precio de las telas también se ha incrementado, hay madres que han visto como una alternativa, mandar a confeccionar la ropa de sus niños con costureras, que a pesar de lo se debe invertir en mano de obra y materiales, representa un ahorro importante con respecto a la mercancía que se vende en mercados y centros comerciales.

Otra opción que han evaluado los padres es la de comprar ropa usada en buen estado para sus hijos, que a través de portales web y tiendas físicas en Chacaíto y el centro de Caracas, puede ubicarse a precios más accesibles.

Igualmente, a través de grupos de la mensajería instantánea de WhatsApp, los padres ofrecen intercambios de ropa en buen estado que sus hijos dejaron de usar.

Twitter: @rsanz777

 

 

 

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