Los datos
El ítem más importante a tener en cuenta en estas elecciones es la participación. Todo apunta a que será bastante alta, se dice que podría superar la de los últimos comicios de 2015, que fue del 75%, o incluso la más alta registrada en esa Comunidad Autónoma: las de 1982 que contaron con un 82%. A la 1:00 de la tarde de este jueves, el porcentaje de participación era de 34,7%.
Un dato curioso es que estos comicios se realicen en día laborable. Solamente en dos ocasiones anteriores se han realizado en días diferentes al domingo: los del Parlamento Europeo, el 15 de junio de 1999 y las elecciones catalanas del 1 de noviembre de 2006.
El número de efectivos de orden público desplegados en toda Cataluña es de 17 mil, entre Mossos d´Esquadra, Policía Nacional, policía local y Guardia Civil, para asegurarse de que los comicios transcurren de manera pacífica y organizada y evitar cualquier intento de alteración de orden público que pudiera terminar en hechos similares a los de septiembre y octubre en Cataluña. Y otra cosa de la que han querido blindarse son los ciberataques, para lo cual España ha pedido ayuda a la Unión Europea y así poder evitar cualquier intervención tecnológica que pudiera alterar los resultados de los comicios.
Los candidatos
El líder de Junts per Cataluña (JxC), Carles Puigdemont -en Bélgica desde hace dos meses, tras huir de la Justicia española- se vuelve a presentar a las elecciones, tras ser cesado como presidente por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Por Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), el candidato es Oriol Junqueras, quien fuera Vicepresidente durante el gobierno de Puigdemont, y que se encuentra en prisión desde el pasado dos de noviembre como medida preventiva por su vinculación con presuntos delitos de sedición, rebelión y malversación de caudales públicos, en el marco de la investigación de los hechos relacionados con la celebración del referéndum ilegal del 1-O y la declaración de independencia de Cataluña.
Inés Arrimadas, del partido de centro, Ciudadanos (C´s), fue la líder de la oposición de la pasada legislatura. Bajo su batuta, la tolda naranja se ha alzado como el partido constitucionalista que parece contar con el mayor apoyo popular para frenar al independentismo.
El líder del Partido Socialista Catalán (PSC), Miguel Iceta, se ha intentado presentar como el partido más racional y menos extremista, el que quiere devolver a Cataluña a la tranquilidad, la reconciliación y huir del revanchismo.
Xavier García Albiol, es el máximo representante del Partido Popular (PP) en Cataluña y como tal, ha sido el encargado de dictar las líneas más duras contra el independentismo y sus líderes.
Xavier Domènech es el candidato de la coalición que incluye a Podemos (CatalunyaEnComúPodem), acude a estas elecciones con la responsabilidad de calibrar el futuro del nuevo partido de la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y con la aspiración de resultar determinante en la gobernabilidad del Parlament tras la recuperación de la legalidad en Cataluña.
Los estatutos del partido anticapitalista vetan la posibilidad de repetir como diputados si se supera el año en el cargo. Por ello, rostros como el de Anna Gabriel, portavoz antisistema que llegó a vetar a Artur Mas como president, pasarán a un segundo plano. Su número 1 por Barcelona y por tanto, el candidato, es Carles Riera.
El procedimiento
Teniendo en cuenta el sistema de gobierno español, lo que se está eligiendo hoy en los 2680 colegios electorales de Cataluña no es directamente el presidente catalán, sino los miembros del Parlament. Hay 135 escaños esperando ser ocupados por los nuevos parlamentarios y que estarían distribuidos territorialmente de la siguiente manera: 85 diputados de Barcelona, 18 de Tarragona, 17 de Girona y 15 de Lleida.
El método establecido en la ley electoral española es el conocido como método D’Hondt que es una ‘fórmula electoral’ que permite obtener el número de cargos electos asignados a la candidaturas, en proporción a los votos obtenidos. Pero el sistema electoral español (y por tanto el catalán) tiene además una particularidad: Barcelona cuenta con menor representación en el Parlament que las tres provincias restantes, lo cual no es nada positivo para Ciudadanos o el PP, que tienen en la capital su mayor nicho de votantes. Barcelona, pese a representar al 73,8% de la población catalana, reparte sólo el 63% de los escaños en el Parlament. Y Lérida, donde sólo viven el 5,7% de los catalanes, decide el 11% de la representación política.
Partiendo de la utilización de este método, lo siguiente a tener en cuenta son los tiempos establecidos para la elección del presidente catalán. Una vez que se conforme el Parlament, a más tardar el día 23 de enero, según lo establecido en la Constitución, el martes 6 de febrero el Presidente de la Cámara deberá proponer el candidato a Presidente que se someterá a la votación del Parlament. Si no llegara a los 68 votos, tiene 48 horas para volverse a presentar y ganar por mayoría simple. Si aún así no logra ser investido presidente, la cámara deberá intentarlo cuantas veces sea necesario durante los dos meses posteriores y si transcurrido ese tiempo sigue sin haber acuerdos, se disuelve el Parlament y se vuelven a convocar elecciones.
El pronóstico
Según los últimos sondeos publicados el día antes de la jornada de reflexión, Ciudadanos ronda el 23,3% de los votos; y le siguen ERC (22,2%), Junts per Catalunya (17,7%), PSC (15,3%), CeC-Podem (8%), la CUP (6,2%) y el PP (5,5%). Sin embargo, la principal incógnita de estas elecciones está en saber qué partidos lograrán una mayoría de escaños (68 diputados), para poder gobernar y elegir presidente.
Pero recordemos que el arte de la política -principalmente de la política que se dirime en los parlamentos- está en dialogar, negociar y llegar a acuerdos que permitan la gobernabilidad. En este caso, es es lo más complicado. Los siete partidos que se están midiendo en elecciones esta jornada se podrían dividir en dos bloques: Los constitucionalistas y los independentistas.
El bloque constitucionalista (Ciudadanos, PP y PSC) aunque pueden obtener la mayoría de votos (ciudadanos, en concreto, seguramente los obtenga), muy posiblemente no alcancen la mayoría de escaños y esto representa una oportunidad para los independentistas, que sumados podrían llegar a la presidencia.
La única opción para que el bloque constitucionalista llegue a la presidencia de Cataluña es que, postulándose el candidato de la lista más votada y con el apoyo de los otros dos partidos, cuenten con la abstención de los independentistas menos radicales, tal como asegurara el propio Albert Rivera en una reciente entrevista en exclusiva que diera a Revista Zeta.
Habrá que esperar por los resultados de esta noche y, posteriormente, hacer seguimiento del trabajo parlamentario que hagan los diputados para alcanzar un acuerdo que permita la gobernabilidad y el rescate de la convivencia social, económica y política de los ciudadanos catalanes, sus gobernantes y las empresas que operan en territorio catalán. Después de todo, durante la campaña han escaseado los programas y las propuestas, para poner por encima de eso, el debate ideológico de si ser o no Catalanes, Españoles y Europeos.