2018 comienza cargado de incertidumbre, confusión, hambre, crimen y más promesas electorales

2018 comienza cargado de incertidumbre, confusión, hambre, crimen y más promesas electorales desde gobierno y oposición.

Comenzamos otro año y desde que comenzó el siglo XXI el pueblo de Venezuela pierde sus tradiciones en cada diciembre y recibe cada año con peor calidad de vida.

Han pasado 19 años de la llegada al poder de un militar exaltado por los medios por intentar un golpe de Estado contra el presidente legítimo de entonces. Hoy son muchos los seguidores de ese proyecto que reconocen que con los descalificados “adecos”, esos “malucos”, se vivía mejor que ahora.

La pelea entre los herederos del desaparecido golpista pone de manifiesto que el actual gobierno es el responsable directo del desastre que cada día suma más muertes por hambre, por enfermedades que habían sido erradicadas por los gobiernos anteriores, y por el hampa desbordada que ha convertido las cárceles en paraísos vacacionales que disfrutan narcotraficantes, asesinos, ladrones y corruptos.

Pero la tragedia no termina ahí. Lo peor es que mientras miles de compatriotas mueren cada día por las complicaciones económicas, los políticos dedican la mayor parte de su tiempo a maquinar proyectos que les permitan acceder al poder.

Parece que todos esos políticos se sienten muy seguros de la ingenuidad del pueblo y por lo tanto su preocupación principal es acumular suficiente dinero, especialmente proveniente del Estado, para enfrentar cualquier costosa campaña electoral que les abra las puertas del Palacio de Miraflores.

Las estrategias del gobierno para someter a las mayorías y seguir disfrutando de los recursos de un país petrolero deberían ser rechazadas, pero por el contrario, en la supuesta oposición también recurren a regalar comida, medicinas y juguetes entre los desamparados.

Ese mal ejemplo también es copiado y practicado por los que se aprovechan de la descomposición social, la desviación de las funciones policiales  y las  estructuras legales.

Reciente informe del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) revela que los grupos criminales están aplicando ahora regalar comida, prestar dinero o entregar algún bien material que los jóvenes más vulnerables necesitan para convertirlos en instrumentos del hampa.

Eso recuerda a veteranos policías lo ocurrido en Colombia cuando las bandas de narcotraficantes sustituyeron al Estado en muchos pueblos a los que dotaban de servicios públicos como agua, alumbrado y hasta mejora de sus vías y a partir de allí se convertían en agradecidos encubridores del delito.

El informe de OVV agrega que eso ha dado buenos resultados a las bandas en los siete principales estados del país y cada día hay más jóvenes enrolados en las actividades delictivas a la que también se suman funcionarios que por su condición de asalariados en un país azotado por la hiperinflación deben rebuscar ingresos que les permitan cubrir el costo de su canasta básica familiar.

Todo eso debería preocupar a la dirigencia política, pero no es así. Esa dirigencia, tanto del gobierno como de la supuesta oposición, solo tiene tiempo para preparar sus planes y equipos con la vista puesta en las próximas elecciones presidenciales.

Tristemente, así comenzamos otro año, cargado de incertidumbre, confusión, hambre, crimen y más promesas electorales desde gobierno y oposición.

@jajogra