El pasado 21 de diciembre los catalanes asistieron a unos comicios que estaban en la mira de todos, pues de ese resultado dependía el futuro político, económico y social de Cataluña. Pero la política no es una simple ecuación matemática, sino el arte de llegar a acuerdos para la convivencia y son esos acuerdos los que están buscando (esperamos) -en este instante- los políticos catalanes para superar los dos retos más inmediatos que tienen: la constitución de la Mesa del Parlamento y la posterior formación de Gobierno.
Recordemos que en España el sistema de gobierno es una democracia parlamentaria, lo cual significa que los electores votan a los integrantes del parlamento (tanto el nacional como los autonómicos) y son los parlamentarios quienes tienen la labor de constituir el Gobierno.
Ciudadanos: la primera victoria constitucionalista en Cataluña
En este sentido, los resultados de esas elecciones se tienen que analizar en función de dos cosas: los votos y los escaños en el parlamento. En votos, el partido ganador fue el de la candidata Inés Arrimadas, Ciudadanos, con el 25,4% (1.102.099), que se transforman en 37 escaños. Mientras que JxC, el partido del expresidente huido a Bruselas, Carles Puigdemont, obtuvo el 21,65% (940.602 votos) y 34 escaños, que si se suman a los 32 de ERC, partido del independentista en prisión preventiva, Oriol Junqueras, dan un total de 66 escaños, a solo 2 de la mayoría absoluta (68) necesaria para elegir al nuevo president.
En este sentido, las probabilidades más altas las tienen los independentistas, salvo que Ciudadanos lograra el apoyo de los partidos constitucionalistas (PP, que obtuvo el peor resultado de su historia en Cataluña, poco más del 4% de los votos y 3 escaños; y el PSC con el 13% y 17 escaños) y la abstención de PODEMOS (con el 7% de los votos y 8 escaños), cuyos representantes ya han dicho que no permitirán la investidura de la candidata naranja, Inés Arrimadas.
Las fechas
Actualmente, los partidos se encuentran en período de negociaciones para constituir la mesa del parlamento catalán, tras conocer la decisión de Rajoy de convocar para el 17 de enero el pleno de constitución de la Cámara catalana y saber que luego se abrirá un plazo de 10 días para citar la sesión de investidura del nuevo president. Según el Reglamento, si ese día el candidato propuesto no obtiene la mayoría necesaria, dos días después se celebrarían otro debate y otra votación, en la que bastaría la mayoría simple y si en esta ocasión tampoco hubiera un resultado satisfactorio, se abriría un plazo máximo de dos meses para encontrar otro candidato. Si no se encontrara, se convocarían nuevas elecciones. Al no haber president, las convocaría, de nuevo, el Gobierno central.
Los candidatos
Por escaños, tienen mayores posibilidades los independentistas de presidir el Parlamet, pero muchos de sus candidatos están en prisión o huidos: Por una parte, el exvicepresident Oriol Junqueras, cabeza de lista de ERC-CatSí por Barcelona; el expresidente de la ANC Jordi Sànchez, número dos de JuntsXCat por Barcelona; y el exconseller de Interior Joaquim Forn, número siete en esta misma lista, se encuentran en situación de prisión incondicional en la causa contra el procés que ahora lleva el Tribunal Supremo.
Por otra parte, el expresident Carles Puigdemont, cabeza de lista de JuntsXCat por Barcelona; la exconsellera de Enseñanza Clara Ponsatí, número tres de la misma lista; el exconseller de Salud Antoni Comín, número siete de ERC-CatSí por Barcelona; el exconseller de Cultura Lluís Puig, número dos de JuntsXCat por Girona; y la exconsellera de Agricultura Meritxell Serret, cabeza de lista de ERC-CatSí por Lleida, están en Bélgica. Si vuelven a España serán detenidos y llevados ante el juez, ya que a pesar de que el Supremo anuló las órdenes de detención y entrega europeas, siguen vigentes las nacionales de busca y captura dictadas por la juez Lamela.
Si no acuden a la investidura no podrán ser elegidos
La pregunta es si pueden ser electos estos personajes estando en estas condiciones. En primer lugar, si no acuden a la investidura, no podrán votar al futuro presidente o presidenta de la Generalitat. En los casos de Puigdemont y Junqueras, además, no podrán salir elegidos. Tienen que ir, ya que está contemplado que el candidato intervenga en la sesión para presentar su programa de Gobierno y solicitar «la confianza del Pleno». El voto solo puede ser delegado en otro diputado en los casos de baja por maternidad o paternidad o, bien, de hospitalización, enfermedad grave o incapacidad prolongada. De nuevo, los partidos contarán con menos votos.
A este asunto “matemático” hay que sumarle el político: Para que el candidato de la alianza independentista sea Puigdemont, debe renunciar a esa misma aspiración el candidato de ERC, Oriol Junqueras. Para eso han estado negociando ambos partidos que, finalmente, han llegado a un acuerdo este martes 9 de enero, en Bruselas, para tratar de que sea Puigdemont, de nuevo, el President.
Las fuerzas independentistas estudian la posibilidad de investirlo a distancia, de forma delegada o por internet si no está presente, algo a lo que se oponen los partidos que defienden la unidad de España. La intención de Puigdemont es regresar a España -donde le espera una orden de detención- una vez ya haya sido investido. Según este acuerdo, los parlamentarios independentistas votarían en favor de ERC para presidir la Mesa del Parlament y así garantizar un gobierno independentista. Pero Ciudadanos está apostando a lo mismo. Veremos, en breve, cuál será el resultado.