La evolución de la especie humana clama para que las naciones del mundo estén unidas por la democracia.
La realidad que rodea el diálogo entre un sector del gobierno de Venezuela y un sector de su oposición obligan a analizar mesuradamente lo planteado por el prestigioso economista venezolano Ricardo Hausman en su artículo del pasado 02 de enero bajo el título “El día D para Venezuela”.
La idea central del planteamiento es que la legítima Asamblea Nacional abra juicio al actual presidente, porque ha destruido el país y ha cerrado todas las vías pacíficas para una solución negociada que evite que miles de venezolanos sigan muriendo por hambre, problemas de salud y la creciente inseguridad ciudadana. La polémica incluye pedir apoyo militar a otras naciones para que se cumpla lo acordado.
El planteamiento de Hausman ha puesto de manifiesto prejuicios que impiden que el continente evolucione hacia sistemas políticos que permitan a sus habitantes crecer y ayudar al crecimiento de todos los pueblos, con la sola exclusión de deshonestos y corruptos.
El ser humano no ha podido superar los conflictos seculares con sus semejantes. La aparición de la democracia hizo que antes de ir al plano físico se revise la situación en el plano mental. Eso sería la base de todo diálogo, pero cuando eso fracasa se regresa al primitivismo. Por eso se dieron las guerras mundiales y la amenaza sigue latente.
Los argumentos de Hausman son irrefutables. Por cierto, en nuestra cuenta de “Twitter” escribimos el 22 de agosto de 2017: “Sin moralismos falsos ni mitos izquierdosos: Más ganó Panamá con la operación contra Noriega que Cuba con el embargo desde 1962”.
Vean la suerte corrida por Cuba y vean el progreso de Panamá. Por esos prejuicios de nuestros políticos, Venezuela ya supera en miseria a Cuba, a pesar de tener las mayores reservas petroleras del mundo, además de oro, plata, coltán y otros minerales útiles a la tecnología mundial.
Es verdad que durante siglos, la democracia no ha evitado las guerras, pero está probado que es el mejor sistema en beneficio de las mayorías.
Por eso, después de la II Guerra Mundial, el 24 de octubre de 1945, 51 Estados ratificaron la Carta fundacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ahora está integrada por 193 Estados y en teoría es la portavoz de los intereses de los pueblos del mundo, en particular los pobres y vulnerables.
Pero para bien de la humanidad, la democracia y la ONU deben evolucionar para superar sus debilidades. Los nuevos tiempos recomiendan que la ONU derive hacia la ONUPD, es decir Organización de Naciones Unidas por la Democracia. Eso evitará muchos problemas, incluyendo gastos innecesarios en armamento militar y la corrupción militar.
En toda dictadura, el gobierno gasta más en armas que en comida y medicinas para sus pueblos y las cúpulas militares tienen doble moral. En Europa comentan que en Irán, la alta jerarquía castrense defiende con las armas a la dictadura musulmana que prohíbe las bebidas embriagantes, porque opera el monopolio del contrabando de narcóticos y del alcohol y por ello disfruta cantidades multimillonarias de dinero negro obtenido de los diez millones de alcohólicos y cuatro millones de drogadictos, muy a pesar de las prohibiciones religiosas.
@jajogra