La lucha contra el castro-chavismo, nada nuevo para nosotros

Pretenden generar una crisis de imagen para afectar a un medio de comunicación y sus directivos por agendas distintas a la de la lucha democrática honesta, pretendiendo hacer creer que el fusilamiento de un periodista, perseguido desde hace muchos años por el régimen al igual que toda su familia y los miembros de su grupo editorial, en algo servirá a la libertad y democracia venezolana. Muy por el contrario, los mismos sectores que han sido brutalmente afectados por la censura y el cierre de medios serán los propios autores de una agresión sin sentido que ataca con la misma ferocidad con la que la dictadura ha roído las bases de la libertad de opinión y la libre prensa.

Nos acusan de los adjetivos más injustos con respecto a nosotros: comunistas, colaboracionistas, chavistas, etc. Se comprueba que la gente tiene poca memoria. No solo hemos sido fervientes anticomunistas desde la fundación de Zeta hace 43 años, sino que su editor siempre fue catalogado como el periodista anticomunista por excelencia, como es normal en alguien que siga la doctrina Betancourt. Por otra parte, a este movimiento chavista le hemos sido adversos desde mucho antes que la gran mayoría e independientemente de artículos publicados en nuestras páginas por algunos. En nuestra sede en Santa Rosalía, en el centro de Caracas, se repartían videos con el recibimiento a todo dar que le dio Fidel Castro a Hugo Chávez en La Habana cuando ni siquiera era candidato, alertando del proyecto castro-comunista en puertas. Luego, en las elecciones, El Nuevo País y Zeta apoyaron sucesivamente a Luis Alfaro Ucero y a Henrique Salas Römer, en un intento de convencer al electorado de que Chávez no era la mejor opción para alcanzar la presidencia. Fue remar a contracorriente, ya que la mayoría de los periodistas, dirigentes y demás voceros radicales se rasgaban las vestiduras por el candidato de Fidel Castro.

Una vez que Chávez llegó a la presidencia, nuestra posición firme hizo que nos aplicaran todo el manual de la persecución dictatorial: imputaciones penales por supuestos crímenes para forzarnos a exilios, prohibiciones de salida del país, órdenes de captura a nuestros directivos, atentados, invasiones, intentos de expropiación, cierres administrativos arbitrarios, hostigamiento policial, entre otros. No serán los ahora radicales antichavistas que auparon en su momento a Chávez al poder los que nos enseñarán a enfrentar a un régimen dictatorial. Nuestro único objetivo es hacer periodismo auténtico, veraz e independiente de intereses financieros y políticos, demostrándole al mundo que los venezolanos podemos ser un faro de libertad y entendimiento en este mundo polarizado.