El nuevo episodio del Esequibo

El precio promedio de enero 2018 resultó en un Brent a US$69,04 por barril y el WTI en US$63,76 por barril, respectivamente. Como se observa en la gráfica es el mayor precio promedio desde 2015 (Brent US$/bbl51,46 – WTI US$/bbl47,43) para el primer mes del año. El mínimo ocurrió en 2016 cuando  el  Brent se cotizó en US$/bbl32,09 y el WTI US$/bbl31,78. Estos resultados son positivos en relación a la estrategia de rebalanceo del mercado, que fue el objetivo del acuerdo de la OPEP y NOPEP y su extensión en 2018.  Sin embargo, la otra cara de este resultado se puede observar con dos informaciones sobre el mercado petrolero: la primera es sobre Irak que mantiene su plan de alcanzar una capacidad de producción de 5 millones de bpd y anuncia una disminución en los requisitos relacionados con el destino de cargamentos de crudo, buscando mejorar el precio de sus exportaciones, lo cual significa competencia con otros productores de la región. La segunda información es sobre los EEUU, comenzando por el incremento de la actividad petrolera, medida por el número de taladros en los EEUU que viene aumentando sostenidamente, y según Baker Hughes hay un total de 759 taladros, 12 más que la semana anterior, avalando la proyección del aumento de la producción a los 10 millones de bpd/día y que algunos alcanzan a estimar en 11 millones de bpd para finales de del año 2018. De hecho la noticia de Exxon-Mobil apunta en esa dirección, cuando anuncia que planifica triplicar su producción en la cuenca petrolífera de Permian hasta alcanzar los 600 mil bpd en 2025 y anuncia una inversión de US$50 mil millones, de los cuales US$35 mil millones serían nuevas inversiones en los EEUU motivadas en parte por la reforma fiscal de la administración del Presidente Trump. En consecuencia de lo anterior, sobre las proyecciones de precio para 2018, JP Morgan aumentó su precio para el crudo Brent a US$70 por barril, lo que podría alcanzar puntualmente los US$78 por barril durante el primer semestre, por razones del crecimiento económico mundial que alimentará un aumento en la demanda de energía, de 1,8 millones de bpd de incremento con respecto a 2017. Recientemente, como ya mencionamos en estas notas, Morgan Stanley estima US$75 por barril, mientras que BOFA Merril Lynch lo ve en los US$64 por barril  y Goldman Sach se mantiene en US$62 por barril. Con respecto al WTI, JP Morgan lo aumenta en diez dólares por barril y lo estima en US$65,63 por barril, esto significaría un aumento de más de 1 millón de bpd de shale oil y si el precio del WTI aumenta a los US$70 resultaría en 1,5 millones de bpd de aumento de shale oil. Por su lado.  BOFA  tiene el WTI en US$60 por barril. Para explicar la proyección de JP Morgan, el jefe de Investigación Petrolera del banco Abhishek Deshpande dijo a CNBC: “Este 2018 será un año con dos partes en lo referente al mercado, la primera parte será la parte de la demanda, y la segunda parte será más de la oferta, la cual vendrá por una reacción a los precios altos”.

 Irak – China

Irak que ha venido haciéndose atractivo para la inversión en el sector petrolero y China que es uno de los interesados, según Reuters, son tema de análisis.  Como hemos mencionado, estratégicamente para China el Medio Oriente resulta atractivo como suplidor estratégico para sus necesidades. Para Irak es importante crecer en refinación, y por ello el interés chino en el desarrollo de 4 refinerías que totalizan 700 mil bpd. La refinería ubicada en el puerto de Fao en el Golfo Pérsico para procesar 300 mil bpd ha solicitado dos ofertas de empresas chinas, según el Ministro de Energía, y hay otras tres, dos con capacidades de 150 mil bpd en Nasiriya y Anbar, y una de 100 mil bpd en Mosul.  En lo relativo a producción, el ministro iraquí está negociando con Exxon-Mobil y empresas chinas el desarrollo del campo Nahr Bin Omar. Se menciona el interés de formar un consorcio entre Chevron-Texaco, Total y Petrochina para tomar la operación del campo Majnoon en donde Shell estaría interesada en vender el 45% de su participación en el proyecto.

Venezuela

La Corte Internacional de Justicia se abocará a encontrar una solución al diferendo territorial con Guyana como nuevo mediador, pues la intervención de la ONU que tenía como plazo el año 2017 no resulto solución, ni arrojó avances significativos.

El asunto es de importancia para el país no tan solo desde el punto de vista de la reclamación territorial por la llamada entrega arbitral de 1899, sino por el potencial de generación de riqueza en la zona. Específicamente, con los descubrimientos anunciados por Exxon-Mobil de petróleo costa afuera, es muy probable que se trate de un yacimiento extendido y tendría que ser tratado como un yacimiento compartido.

Aparece publicada en las redes una amplia entrevista a Rafael Ramírez, el  que fuera el todopoderoso ministro de Petróleo, Presidente de PDVSA, Vicepresidente del PSUV, Vicepresidente del Área Económica y embajador de Venezuela en la ONU. La entrevista se hizo luego del anuncio de Tarek W. Saab sobre una orden emitida a Interpol en contra de Ramírez. Obviamente, como era de esperarse, Ramírez no admite ninguna culpa en lo relativo al desastre de PDVSA y su quiebra. Se justifica por efectos del diferencial cambiario en donde PDVSA le vende a 10 bolívares los dólares al BCV y compra al dólar paralelo y la no inclusión en el valor patrimonial de las reservas de petróleo de 300 mil millones de barriles, las cuales por cierto pienso que su valor no está en el subsuelo pues allí no crean riqueza, su valor está en producirlas y llevar ese crudo a valor comercial, lo cual hoy en día PDVSA no cuenta con los recursos para hacerlo, así que su valor es cero.

Luego sobre Erick Malpica Flores y Simón Zerpa, dice Ramírez según sus palabras: “Otro problema es que sacaron a toda la gente con capacidad y metieron sin conocimientos ni especialidad. Tú has mencionado a dos, Malpica y Zerpa y los dos estuvieron al frente de la Vicepresidencia de PDVSA, y no iban a trabajar, se aparecían a las tres de la tarde”. Sobre la corrupción Ramírez desvía la atención a que la corrupción también existe en otros entes como CENCOEX.

Todo lo anterior, lo ocurrido y que probablemente esté ocurriendo en PDVSA, sólo refleja la mediocre gerencia, la falta de controles, el uso de PDVSA con fines políticos de la supuesta revolución, dejando de un lado el núcleo y razón de ser del negocio petrolero. Con razón el mercado petrolero y financiero da por descontada la quiebra de PDVSA, y minimiza en extremo la presencia estratégica de Venezuela en el negocio petrolero.

Twitter@JFernandeznupa