Es muy difícil ser optimista con la gravedad de la situación que vivimos en Venezuela; pero debemos ser fuertes para resistir, luchar y actuar por la recuperación moral y material del país.
El régimen chavista (de raíz castrocomunista) resolvió instituir el Carnet de la Patria frente a los fracasos que ya no se pueden ocultar y menos “justificar”, todos ellos resultados del deliberado propósito de refundar una nueva sociedad basada en las ideas estatistas-corporativistas y restrictivas de las libertades ciudadanas. Al respecto hay que alertar que la historia registra que la carnetización de las poblaciones ha traído consecuencias negativas y muy dolorosas en los países que han sido víctimas de esos regímenes autocrático dictatoriales, por la afectación que ha causado al régimen de libertades políticas, económicas y sociales debido al uso discriminatorio que se le ha estado dando al mal desempeño de las funciones públicas.
Es imperativo recordar que este instrumento, el Carnet de la Patria, fue utilizado como identificación de pertenencia al partido nacional fascista (1922-1943) en todos los países europeos antes de la Segunda Guerra Mundial para identificar a quienes pertenecían al partido del régimen, sea por haberse adherido por su voluntad u “obligado” para realizar una actividad así como también para ejercer cualquier profesión y rama de las actividades económicas, educativas, médicas, científicas, culturales etc. Existían y tenemos cuerpos especiales de seguridad que velaban por la estricta observancia de las disposiciones dictadas por el régimen imperante.
Por consiguiente, de ahora en adelante habrá dos tipos de ciudadanos: el que tendrá el Carnet de la Patria considerado por el régimen de primera, y el de segunda que no lo tendrá. Y el régimen administrará el poder y tomará las decisiones según la discrecionalidad del funcionario, dependiendo de otras circunstancias como ser victimado por las horcas caudinas y pagar la entrada.
Con las recientes declaraciones del Presidente de la República, quien salió de protector de la Fuerza Armada Bolivariana (FANB), “podemos” estar tranquilos, ya que con ese defensor, los delitos y los robos desaparearán. Se resolverá el desabastecimiento. Sobrarán las medicinas. Se contará con servicios básicos suficientes y continuos. Desaparearán las colas. Habrá plena seguridad para las personas y sus bienes y llegaremos sanos y salvos al país de las maravillas o si queremos al mar de la felicidad que nos prometió (y no cumplió) el principal responsable de este desastre, el finado Hugo Rafael Chávez Frías, seguidor del socialismo del siglo XXI idealizado por el sociólogo Heinz Dieterich.
Frente a esa “novedosa invención” y a las recientes denuncias de la gravedad de la corrupción es muy difícil ser optimista; sin embargo, debemos RESISTIR, LUCHAR Y ACTUAR con la firmeza del caso para la recuperación moral y material del país.