El ejemplo de Rosa, la madre de Geraldine Moreno -a quien un Guardia Nacional mató a quemarropa con perdigones en la cara- nos da fuerzas para seguir luchando por el rescate de Venezuela.
Hoy quiero dedicar estas palabras al ejemplo que nos da Rosa Orozco. El jueves pasado participé en el foro «Causas y consecuencias de la represión en Venezuela», organizado por la ONG Justicia Encuentro y Perdón. Estuvieron invitados Inti Rodríguez, de Provea y Luz Mely Reyes, de Efecto Cocuyo así como familiares de las víctimas y de los presos políticos.
«Justicia, encuentro y perdón» es una ONG creada para brindar apoyo a los familiares de nuestros héroes caídos en las protestas pacíficas y a los familiares de los presos políticos venezolanos. Detrás de esta iniciativa está Rosa Orozco, activista de derechos humanos y madre de Geraldin Moreno.
Geraldin fue asesinada durante las protestas del 2014 por un Guardia Nacional, con una descarga a quemarropa de perdigones en su rostro. Rosa, desde entonces, se ha encargado de honrar la memoria de su hija y de luchar por lograr justicia en su caso: hacer honor a todos los héroes caídos y apoyar las denuncias de sus familiares. Desde el dolor de haber perdido a su única hija encontró fuerza para hacer que hoy su proyecto de vida sea lograr el país por el que Geraldin protestaba; acompañar y ayudar a quienes les ha tocado vivir un sufrimiento que ella conoce perfectamente.
En 2014 Leopoldo respondió al llamado de un pueblo entero cansado de sufrir y acompañó a valientes jóvenes a ejercer nuestro derecho constitucional a la protesta. Lo hicieron con un amor infinito por Venezuela y sin otro interés que reconquistar la libertad. Cuando el régimen decidió suprimir la voz de 43 venezolanos entendimos que nos encontrábamos frente a una dictadura cruel, dispuesta a todo con tal de quedarse en el poder. Leopoldo me pidió que me acercara a las familias de las víctimas, que las apoyara en lo que pudiera y así conocí al papá de Robert Redman, al hermano de Jonny Montoya, a las hermanas de Alejandro Márquez y a la mamá de Geraldin Moreno, entre otros.
Esta tragedia hizo que nos uniéramos y levantáramos con más fuerza nuestra voz. Empezamos a documentar (junto a las organizaciones de derechos humanos) todas las violaciones. Sumamos a las familias de las víctimas y de los presos políticos como la nuestra y hemos exigido, a nivel nacional e internacional, justicia y libertad. Rosa se convirtió en una compañera inseparable en esta lucha, en una amiga y en una segunda madre.
Si en el 2014 explotó un patrón de represión en Venezuela, en 2017 se repitió con mucha más violencia: 144 asesinatos sumando un total de 208 víctimas, 208 familias a quienes les arrancaron para siempre a un ser querido. Hemos tratado de acompañarlos en estos duros momentos; de estar ahí cuando nos necesitan o nos piden ayuda. Tanto Rosa como yo hemos estado pendientes de apoyarlos y encontrarnos con ellos en su dolor, en esta horrible etapa que nos ha tocado escribir.
Los familiares de los héroes caídos y de los presos políticos estamos juntos en esta lucha hasta lograr libertad y justicia. Pedimos a todos los venezolanos que se sumen a esta causa. El ejemplo de Rosa como madre y mujer venezolana es lo que nos da fuerza para seguir esta lucha, la cual continuaremos hasta rescatar a Venezuela. ¡Gracias Rosa!