Al drama de la crisis humanitaria que obliga a millones de venezolanos a buscar cómo sobrevivir en otras naciones, se suma el de las campañas xenófobas que se alimentan de aquellos que no solo escapan del país para trabajar en otras latitudes, sino también para delinquir.
Un gesto de bondad significó su muerte.
Yadira Olivella Daza, una abogada colombiana de 56 años de edad que se dedicaba a prestar dinero, lo menos que imaginó en su vida es que esos tres muchachos venezolanos a los que dio techo y comida, serían sus verdugos.
El hecho se registró el pasado 13 de septiembre, en el barrio El Concord, sector el Malambo, del departamento del Atlántico, en Colombia, mientras la mujer dormía. Luis Enrique Orozco, de tan solo 19 años, confesó al ser capturado por las autoridades neogranadinas que junto a su hermano de 16 años y su novia Stefany Barreto Guevara, de 22 años, aprovecharon que Yadira Olivella dormía para propinarle un fuerte golpe en la cabeza. Ya desmayada, la llevaron al baño de la casa, donde la ahorcaron y no conforme con ello, también la apuñalaron en múltiples ocasiones
El móvil del crimen era apoderarse del dinero y algunos bienes que la hoy occisa tenía en su casa, sin embargo, días después del suceso, en distintos operativos fueron capturados los tres adolescentes venezolanos que salieron del estado Zulia, a buscar, supuestamente, trabajo en Colombia.
Este hecho de sangre, que fue un sonado caso en el vecino país al ocupar un importante espacio en los medios debido a la crueldad con la que actuaron los victimarios, da alas a la campaña xenófoba que ha comenzado a alzar vuelo en Colombia, donde han sido detenidos 3.422 venezolanos, entre enero del año pasado y febrero de este 2018, por estar vinculados a distintos delitos.
Y es que en medio de la diáspora que escapa del hambre y la miseria tras 19 años de “socialismo”, que no solo está compuesta por peloteros de calidad de Grandes Ligas, mujeres que ganan cetros de la belleza universal, médicos que son reconocidos en España, docentes que son valorados en Chile, o ingenieros que son contratados en Argentina; también se cuela otra inmigración de venezolanos que genera repulsión a donde van, debido a sus acciones delictivas.
En ese sentido, el exembajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Milos Alcalay, precisó en Runrunes que luego de las tres primeras olas de emigración conformadas por empresarios, profesionales y técnicos, en la actualidad se está en presencia de una cuarta ola de migrantes venezolanos conformada por los sectores más pobres, “que colman las zonas fronterizas de indigentes, desplazados o marginados”.
En Colombia sonaron las alarmas
La Dirección Central de Policía Judicial e Inteligencia (Dijin), de Colombia elaboró un “mapa del delito” en el que están vinculados los venezolanos, arrojando como resultado que los departamentos donde más arrestos se producen son Santander, Cundinamarca, Norte de Santander, La Guajira y Atlántico, principalmente por ser autores de hurtos, robos, tráfico de armas y drogas, así como de homicidios.
Y es que este segmento de la inmigración de venezolanos, que generalmente llega a Colombia a través de caminos ilegales y sin identificación, es reclutada por organizaciones criminales que hacen vida en Cúcuta y ciudades de la costa de esa nación, para que trafiquen drogas o cometan asaltos, reveló el director de la Dijín, general Jorge Luis Vargas, en declaraciones para la emisora Blu radio.
Asimismo, el Ministerio de la Defensa de Colombia confirmó que la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), está sumando venezolanos a sus filas, a los que paga unos 17 dólares al mes (unos tres millones y medio de bolívares al cambio del dólar paralelo), para que operen en actividades como el tráfico de drogas, el contrabando de armas y gasolina, así como ataques terroristas.
No obstante, eso no es todo: recientemente la inteligencia colombiana informó que ha recibido denuncias que venezolanos están siendo captados por una de las organizaciones criminales más temidas del continente americano como es el Cartel del Golfo, dedicada al narcotráfico, que aunque tiene su base en México, opera en distintas ciudades de América, Europa e incluso África.
A este escenario se unen las tensas relaciones que existen entre Bogotá y Caracas lo que trae como consecuencia una deficiente comunicación institucional entre los gobiernos de Juan Manuel Santos y de Nicolás Maduro, lo que ha eliminado la posibilidad de obtener información sobre los detenidos en Colombia, reportó el fiscal general de ese país, Néstor Humberto Martínez.
Mala conducta de pocos perjudica a millones
Es claro que la mayoría de los venezolanos tiene como objetivo ganarse la vida de forma honesta, no obstante, los delitos que perpetran unos pocos llevan a estigmatizar a cientos de miles que se ven en la necesidad de buscar en otras tierras lo que el propio suelo que los vio nacer les niega.
El diario El Nacional publicó cómo en el caso de la ciudad de Cúcuta, “la gente le está agarrando pavor a los venezolanos. Se ha venido mucha delincuencia, la moda de ahora es que degüellan a las personas para quitarles su dinero”, según el testimonio de un taxista, situación que ha sido el caldo de cultivo de acciones xenófobas y de humillaciones contra un colectivo que huyó del hambre.
“Nos califican a todos que somos de lo peor y no debe ser así. Todos no somos iguales. Hay que reconocer que ha emigrado mucha gente que ha venido a hacer lo que no se debe hacer, han hecho cosas incorrectas”, expresó Luz Amparo Durán a El Nacional, venezolana que vive en Cúcuta y a cuya residencia le han lanzado orine por el solo hecho de ser extranjera.
Xenofobia en ascenso
No solo en Colombia los que escapan de los estragos de la “revolución” han sido víctimas de acciones xenofóbas. En Panamá, la presión social obligó al Gobierno de Juan Carlos Varela a restringir el ingreso de venezolanos mediante la obtención de visas, mientras que bares ofrecían 50% de descuento en los tragos “a quien golpee a un venezolano”. Igualmente, en República Dominicana ya se han manifestado grupos en contra de la presencia de extranjeros, mientras que en las calles de Lima comenzaron a circular carteles con el mensaje “Perú sin venezolanos”.
Twitter: @rsanz777