Habitantes de Venezuela y Cuba sobreviven gracias a lo que familiares envían del extranjero

Son muchos los habitantes de Venezuela y Cuba que sobreviven gracias a lo que sus familiares que viven en el extranjero les envían, según relata el economista venezolano Benjamín Deyurre.

Por BENJAMÍN DEYURRE

En Venezuela la mayoría devenga un salario de un dólar al mes. En Cuba se perciben mayormente $30.00 en el mismo período. La pregunta obligada es: ¿Y cómo sobreviven?

En Venezuela una hiperinflación galopante puso a muchos a vigilar los camiones de basura o hurgar en los desperdicios de restaurantes en busca de comida. Recientemente se filmó a un ciudadano descuartizando un perro en la vía pública para comérselo. El canibalismo parece renacer en la América civilizada, tras circular la noticia de la muerte de un muchacho de 17 años, asesinado para ser devorado por personas hambrientas.

Se calcula que más de 800.000 venezolanos han emigrado en los últimos meses y se estima que más del 40 % tienen planes de emigrar a corto plazo.

Por su parte, se cree que la cifra de cubanos que emigraron en casi 60 años son dos millones de personas, aunque la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba (ONEI) dice que son 660.000.

En Venezuela como en Cuba, los residentes son sometidos a vejámenes; vigilancia, palizas, desapariciones y muertes. En Venezuela se esfuma la propiedad privada. En Cuba desapareció desde los 60. ¿Cómo sobreviven? La respuesta es: gracias a las familias y amigos que socorren desde el exterior.

Como un plan macabro ideado para terminar con los negocios, en Venezuela los alimentos y medicinas casi no están a la venta del público. Como una salida a la hambruna e insalubridad nacional, los familiares en el exterior envían recursos. En Miami pululan los servicios de carga “puerta a puerta” a Venezuela. Sin embargo, una grotesca solución lidera los envíos a Venezuela.

Gran cantidad de funcionarios maduristas y militares mantienen cuenta bancaria en EEUU. Es más barato depositar en las cuentas de estos “patriotas” que enviar cargas de comestibles y medicinas al país. Con 100 dólares en Venezuela surten a tu familia con carne, pollo, aceite, azúcar, harina, papel sanitario, etc.

En la Cuba comunista, hasta 1994, la tenencia de dólares era prohibida. Quien los tuviera iba a prisión. En 2004 se estableció un sistema de doble moneda para estafar al visitante y obtener divisas. Desde entonces, está el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC) conocido como chavito. Por el cambio del dólar a chavitos, el gobierno cobra 10 % más un 3 % de margen financiero por el “riesgo o pérdida que se asume”. Como personas sin estudios pueden ganar hasta el triple en chavitos que los profesionales, desde el 2013 el régimen anunció el fin de la doble moneda, algo que ocurrirá en 2018. Todas las transferencias bancarias a Cuba son convertidas a chavitos a través de miles de agencias en el mundo o mediante Western Union.

Los cubanos reciben remesas familiares hasta por $3.000 millones al año, según la Comisión de Comercio Internacional de EEUU (USITC). Adicionalmente, se reciben $2,000 millones en bienes materiales.

Todo allí es una mafia y se pueden introducir artículos sin revisión de equipaje, siempre que tengas los contactos adecuados y pagues. Los que tienen como negocio llevar carga a Cuba son los “mulas” y tienen sus contactos.

En Venezuela el gobierno distribuye alimentos en las bolsas “Clap”. En Cuba desde hace 57 años se racionan los alimentos con la “libreta de abastecimiento”. Ambos métodos mantienen a la población en la miseria e ignorancia.

De esa forma está oculto el enriquecimiento ilícito y la conformación de dos clases: la alta (ellos) y la baja (los demás).