En los últimos años Venezuela ha pasado por distintos fenómenos sociales que han hecho que la población se pregunte dónde está su país, ese que ofrecía oportunidades para surgir. Ahora solo quedan las sombras de esa nación, esa que no conocieron muchos de los jóvenes que están desertando de estudiar para ir en busca de un mejor futuro porque se sienten excluidos en su propia tierra. La gran incógnita es si esto será algo pasajero.
Deserción por causa de la migración
Es realmente asombroso llegar a una universidad y no ver un tumulto de estudiantes, o no por lo menos la cantidad que se veía hace unos años. La famosa “Tierra de nadie” de la Universidad Central de Venezuela (UCV), pareciera ser algo literal, sin embargo, la “Casa que vence las sombras” sigue contando con una gran población estudiantil pero no está exenta de la deserción. En esa casa de estudio, se encuentra Amalio Belmonte, sociólogo y doctor en ciencias políticas, actual secretario general de la UCV, quien está vinculado con las políticas de admisión, y un dato muy importante, se encarga de emitir los documentos de los estudiantes que deciden migrar.
Basándose en este tema de la deserción de universitarios, explica que toda sociedad debe garantizar condiciones que permitan a la generación joven, realizarse en el ámbito intelectual y profesional, en pocas palabras, crecer como ser humano. Agregó que si esto se garantizara no habría problemas de migración masiva, como está pasando actualmente en Venezuela.
Detalla que este fenómeno que se está presentando desde hace unos 3 años, se debe principalmente a que los jóvenes sienten que vivirán peor que sus padres y en segundo lugar, no confían en el futuro o consideran que el porvenir no es beneficioso para ellos. Se sienten excluidos en una sociedad en la cual nacieron, y esto sucede porque ven que la posibilidad de desarrollarse intelectual o profesionalmente, es limitada.
Es evidente que la principal causa de la deserción estudiantil en el ámbito universitario se debe a la emigración. “Todo esto crea lo que se ha denominado, la diáspora venezolana, esta palabra se refiere a cuando una población de determinada cultura se expande en otras latitudes. Inicialmente tenía dos características, estaba compuesta solo por jóvenes pero sobre todo por esa juventud que se formó en áreas específicas como los médicos y los ingenieros. Ahora esto se ha extendido porque se van personas formadas bajo cualquier disciplina y ya no es solo eso, sino que se están yendo jóvenes que no han culminado los estudios y junto a ellos emigra el grupo familiar”, expresó Belmonte.
Recordó que en la Venezuela de hace 20 años, comenzó a crecer mucho la población de estudiantes en las universidades privadas, lo cual demostraba el crecimiento de la educación privada, puesto que las personas tenían un poder adquisitivo bastante elevado, lo cual permitía que pudieran costear los estudios de sus hijos.
Otro factor que inciden en este fenómeno, es el aumento de las matrículas, que se incrementan constantemente debido a la crisis que vive el país, lo cual obliga a las personas a que jerarquicen sus necesidades, como alimentarse y la vivienda. “Por lo tanto si hay que escoger entre comer, tener una vivienda y pagar unos estudios no tengan duda que la gente va a optar por lo primordial, puesto que si no comen pueden morirse, en cambio se puede prescindir de estudiar, tomando en cuenta que tiene graves consecuencias desde el punto de vista intelectual pero no va a morir por falta de lectura o cultura. Por esos muchos optan por la educación pública a pesar de las deficiencias que pueda tener pero esto equivale a un ahorro”, indicó.
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El Secretario de la UCV, considera que disminuir las jornadas de estudio es la medida menos adecuada para evitar la deserción, porque en el país se necesita disponer de la formación intelectual, científica y humanística de las universidades.
“Si ya los problemas que existen limitan mucho los estudios, investigaciones y formación de nuevas carreras, si además de eso se va a reducir las actividades, todo se torna peor, esto crea precariedad intelectual porque lo que estamos haciendo es disminuir las condiciones de trabajo de los profesores. Esto no soluciona nada, solo detiene el desarrollo académico”, señala.
Asegura que ese fenómeno de deserción va adquirir más fuerza este año, debido a que habrá mayor inflación –la cual sube semanalmente-, los recursos que se disponían ya no tendrán. Esto afecta a los estudiantes tanto como a los profesores.
Al referirse específicamente a la UCV, dio a conocer que no hay una migración masiva como en otras universidades. Belmonte reveló que están trabajando en una hipótesis en la que es muy probable que el 15% desertara, pues de ese porcentaje una parte decidió irse al exterior, algunos han disminuido la carga académica para trabajar y otros han diferido sus estudios para emprenderlos en otra ocasión cuando posiblemente cambien las condiciones.
El panorama no parece ser alentador, pues se espera que este año se incremente la deserción estudiantil universitaria por las distintas razones que llevan a los jóvenes a tomar esta difícil decisión, puesto que lo que una vez soñaron ser en el ámbito profesional, deben dejarlo en el pasado para comenzar de cero en otro país o simplemente para dedicarse a trabajar en su tierra. Es por ello que una pregunta sigue latente en la mente de muchos ¿Esto será pasajero?