Trump no muestra ninguna debilidad en cuanto a seguir sancionado al régimen. El nombramiento de Pompeo en la Cancillería norteamericana redimensiona el tema de Venezuela sobre bases de la seguridad de EE.UU. Pero al mismo tiempo se brinda ayuda para paliar la crisis humanitaria.
Donald Trump desde que llegó a la Casa Blanca ha mantenido una posición muy dura contra el régimen. Progresivamente ha endurecido su posición en términos de sanciones individuales y económicas.
Nuevo capitán en Foggy Botton
Se ha dicho que el cambio de Rex Tillerson por Mike Pompeo, en el Departamento de Estado- ubicado Foggy Botton– ha sido por desavenencias con Trump, pero es más que eso. Claro que Pompeo es un hombre más cercano a Trump pero también se ha dado el cambio de un negociador por un operador político maniqueo y duro en materia internacional. Ha sido duro con Corea del Norte y más duro que Trump en el caso de Irán.
Pompeo, como director de la CIA, mostró su preocupación por Venezuela no tanto por la crisis humanitaria sino por las implicaciones que en materia de seguridad tiene nuestro país para los EE.UU. En este sentido declaró a Fox News que “cubanos, los rusos, Irán y Hezbollah están en Venezuela”, y que esto “podría convertirse en un riesgo” si la situación seguía empeorando.
Tillerson delineó una política en su reciente viaje por la región al promover una alianza regional para enfrentar al régimen y mostrar una política de acercamiento de EE.UU. a Latinoamérica frente a la presencia de rusos y chinos. Pompeo agrega el tema cubano, del cual está consciente. Conoce de las acciones del G2 cubano y de cómo los castristas reclutan adeptos. Pompeo está también en concordancia con muchas de las medidas tomadas por Trump con respecto a la isla, pues como congresista copatrocinó, en 2015, el proyecto de ley “Cuban Military Transparency Act”, que proponía restringir el intercambio financiero con empresas gestionadas por el sector militar cubano. Política que ahora aplica EE.UU. El nuevo capitán de Foggy Botton seguramente endurecerá la política de EE.UU. hacia Venezuela pues la verá más como la amenaza de un pranato, por sus ramificaciones delincuenciales y de seguridad, que como un régimen indeseable.
Nuevas Sanciones
El viernes 16 de marzo la Agencia de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro sancionó por corrupción, según dijo su Secretario, Steven Mnuchin, a cuatro nuevos funcionarios del régimen. Ellos son Américo Mata García, exviceministro de Economía Agrícola, presidente del Banco Agrícola de Venezuela y coordinador de la campaña electoral de Maduro en 2013; Willian Contreras, Superinten-dente Nacional de la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (SUNDDE); Nelson Lepaje, Jefe de la Oficina del Tesoro Nacional de Venezuela; Carlos Rotondaro, ex presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS). Ya van 62 funcionarios y 15 entidades sancionadas, según consta en la información oficial de la OFAC.
Adicionalmente, como antesala a la exposición que tenía previsto el vicepresidente Mike Pence ante el Consejo Permanente de la OEA que debió realizarse el miércoles 21 de marzo pero una fuerte nevada en la capital norteamericana impidió, Trump firmó nuevas sanciones económicas para la Venezuela chavista.
El Petrofracaso
El lunes 19 de marzo Trump firmó una orden ejecutiva prohibiendo el uso por ciudadanos y residentes en los EE.UU de “cualquier moneda digital, emitida por, para o en nombre del Gobierno de Venezuela a partir del 9 de enero de 2018”, es decir del “Petro”. La orden se basa en que esta moneda ha sido calificada como ilegal por la Asamblea Nacional democráticamente electa y en su intención de utilizarla para eludir las sanciones impuestas.
En realidad el Petro ha sido un desatino. Desde que salió no ha logrado levantar el vuelo. La agencia de calificación Weiss Ratings informó que para comienzos de este mes el Petro no ha atraído a ningún inversor.
Para Llew Claasen de la Bitcoin Foundation, el Petro “…está condenado a fracasar. No creo que la incapacidad del Gobierno para crear una economía de precios estables y sólida gestión financiera vaya a cambiar por el mero hecho de emitir una moneda basada en cadena de bloques”. Incluso el Departamento del Tesoro ya había anunciado que la sanción financiera previa se podría aplicar al Petro. Trump lo que hizo fue dejarlo claro, por lo que algunos opinan que esta acción ha sido simbólica.
Ayuda humanitaria
Pero también EE.UU. ha ofrecido y está dando ayuda humanitaria para paliar la crisis en Venezuela. O al menos de los venezolanos que han salido en estampida desde el país en busca de mejores condiciones de vida.
Hay una gran preocupación en EE.UU. por la situación humanitaria en Venezuela.
A comienzos del año pasado en el senado se aprobó un proyecto de Ley que destinará unos US$10 millones para ayuda humanitaria. Más recientemente fue en diputados que se aprobó el proyecto de Ley de Asistencia Humanitaria y Defensa de la Gobernabilidad Democrática de Venezuela. Allí se solicita impongan más sanciones contra funcionarios por corrupción y destrucción de la democracia venezolana, así como un plan de distribución de esa ayuda humanitaria con la participación de ONG, Universidades y la OMS. Ayuda que se centraría en alimentos y medicinas. Los primeros para hacer frente a la desnutrición que sufre el país y los segundos, incluyen medicamentos básicos pero también “los productos de salud pública para las instalaciones y servicios de salud de los venezolanos”.
Por su parte, el Departamento de Estado ha dejado claro que “… mantienen existencias de suministros de socorro de emergencia en la región y están dispuestos a proporcionar asistencia alimentaria de emergencia, incluidos productos alimenticios y de asistencia alimentaria, a las poblaciones afectadas. Estas disposiciones podrían estar disponibles de inmediato, si solo el gobierno de Venezuela la acepta…”. Pero como sabemos el régimen no acepta esta ayuda.
La crisis ha producido una masiva emigración que está generando efectos negativos en el vecindario. Por esto recientemente la administración Trump anunció que ha destinado US$ 2,5 para asistencia humanitaria no en Venezuela sino en Colombia para los venezolanos.
La ayuda será dada a través de la Agencia de Ayuda Internacional al Desarrollo de Estados Unidos (USAID) para atender la crisis desatada por los miles de venezolanos que han cruzado la frontera para escapar de la escasez de comida y medicamentos, entre otros bienes básicos. El responsable de USAID, Mark Green, dejó saber que esta “asistencia humanitaria” es “para apoyar a los venezolanos en Colombia, que huyen de la desesperada pobreza, el hambre y la tiranía en su país de origen… y proporcionará asistencia alimentaria y de salud de emergencia para los venezolanos vulnerables y las comunidades colombianas que los reciben”.
En la reunión del G-20 en Argentina, el secretario Mnuchin declaraba: “Puedo asegurarles que seguimos evaluando la situación en ese país y consideramos aplicar más sanciones”. Como colofón de la reunión también se esperan más sanciones de países europeos cuyos ministros de Finanzas se reunieron como grupo de contacto sobre Venezuela. También se habla de sanciones petroleras, aunque ellas cada día se hacen menos relevantes por la caída de la producción petrolera en Venezuela. Ellas podrían darse con motivo de la Cumbre de las Américas a realizarse el 15 de abril.