Desde su llegada a la UFC, Conor McGregor comenzó a abrirse pase entre los grandes gracias a su talento. Lo que hizo que rápidamente se convirtiera en uno de los preferidos por el público hasta su repentina caída después de haber obtenido ganancias multimillonarias nunca antes vistas por cualquier otro peleador de Artes Marciales Mixtas.
McGregor llegó a la UFC en el 2013, con récord de 12-2, convirtiéndose en segundo irlandés en pelear en la compañía por detrás de su compañero de entrenamiento Tom Egan.
A partir de ese momento y hasta el 18 de enero del 2015 ganaría cinco peleas al hilo, incluidas sendas victorias ante Dustin Poirier y Dennis Siver, que le permitieron pelear por el Campeonato Interino de Peso Pluma de UFC, el cual ganaría el 11 de julio de ese mismo año.
En el UFC 194 celebrado el 11 de diciembre del 2015 el irlandés derrotó al Campeonato de Peso Pluma, José Aldo, para unificar el campeonato.
Sin embargo y pese a ser uno de los campeones favoritos de la fanaticada, aún McGregor sentía hambre de hacer historia, por lo que siendo el campeón de Peso Pluma decidió retar al campeón de Peso Ligero Eddie Álvarez.
La pelea fue pactada para el 12 de diciembre del 2016 en el UFC 205. Con un TKO al minuto 3:04 del segundo asalto Conor McGregor venció a su rival para convertirse en el primer campeón de la UFC en obtener dos campeonatos al mismo tiempo.
Sin duda alguna McGregor se había convertido en el peleador de artes marciales mixtas más famoso de la historia, por lo que llamó la atención de otro casa recompensas, Floyd Mayweather, Jr.
El boxeador estadounidense quien se había retirado un 12 de septiembre del 2015, vio en McGregor la oportunidad de hacer la pelea más mediática en la historia del boxeo.
El 7 de marzo de 2017, Mayweather le pidió a McGregor “firmar el contrato” y “hacer que suceda”, argumentando que “si Conor McGregor realmente quiere que este combate se lleve a cabo, que deje de vender humo a todo el mundo”. Mayweather declaró que solo un combate con McGregor le haría salir del retiro. El 16 de marzo, el presidente de la UFC, Dana White aceptó que su peleador participara en el combate y dijo que no privaría a McGregor de la suculenta bolsa que generaría.
El combate se llevó a cabo el 26 de agosto de 2017 en el T-Mobile Arena por victoria para Mayweather en el décimo asalto vía TKO.
La “pelea mediática del siglo” fue muy criticada en líneas generales, debido a la poca experiencia de McGregor en el boxeo, ante un peleador con récord de 49-0. Los conocedores del deporte la calificaron como un “circo” que afectaba a la reputación del pugilismo.
Sin embargo, McGregor tuvo más que razones para realizar pelea. Ingresó 30 millones, una cantidad a la que nunca se había acercado en sus combates en la UFC (su bolsa récord en el octágono era de 3 millones). Además de los porcentajes de PPV, la taquilla y el mercadeo con lo que llegó a ganar una cifra cercana a los 100 millones de dólares.
Después de conocer las astronómicas cifras que era capaz de generar el irlandés, otros boxeadores “caza recompensas”, decidieron retarlo, entre los que se incluyeron Saúl «Canelo» Álvarez, Oscar De La Hoya o Manny Pacquiao. Sin embargo todos tuvieron respuestas negativas.
Y es que el irlandés decidió tomarse unas largas vacaciones para disfrutar todo el dinero ganado lejos de las peleas, a la vez que gozaba de la fama obtenida como toda una celebridad.
«Conor no está cabreado, él entiende que el peso ligero necesita caminar y los negocios también», afirmó White a TMZ. «A mí me gustaría que él enfrentara al ganador de Khabib-Ferguson. Pero él ganó mucho dinero (en el combate con Mayweather) y quiere pasar un tiempo sin pelear, es normal, yo creo que existe incluso una posibilidad de que él nunca vuelva a luchar después del dinero que ganó», explicó el dirigente.
Pero al parecer McGregor no tomó tan a la ligera, como lo describió White, que lo despojaran de su cinturón y el 5 de abril irrumpió en el estacionamiento del Barclays Center de Nueva York durante la presentación a la prensa de la UFC 223, para atacar con toda clase de objetos al autobús de los luchadores hiriendo a dos de ellos.
Huy! @TheNotoriousMMA perdió los papeles antes de la UFC 223 en Nueva York y empezó a lanzar todo lo que pillaba a su paso. pic.twitter.com/lnpAiJgymc
— Oscar Javier (@OscGuard) 5 de abril de 2018
Imágenes inéditas desde el bus que destrozó McGregor 💥 pic.twitter.com/pk4KSDCZ6A
— AS (@diarioas) 17 de abril de 2018
“Es la peor y más repugnante situación que ha pasado en la historia de la UFC y hay una orden de arresto en contra de Conor McGregor“, expresó el presidente de la UFC, Dana White al momento del incidente.
Debido a sus ataques con objetos contundentes los peleadores Michael Chiesa y Ray Borg terminaron con cortes en la cara por lo que tuvieron que ser retirados de la cartelera.
Tras lo ocurrido la policía emitió una orden de búsqueda y captura por lo que el luchador tuvo que entregarse.
“Como pueden imaginar se va a presentar una demanda en su contra, sin ninguna duda. Este ha sido un movimiento realmente malo para su carrera“, señaló White.
McGregor tuvo tres acusaciones por asalto y una por vandalismo criminal. La juez le otorgó la libertad condicional, con la oportunidad de poder salir de los Estados Unidos, después de pagar la fianza.
La juez concedió una orden de protección a favor de Ray Borg, Ricardo Chico, Jason Ledbetter, Ozzy Arias y Michael Chiesa, quienes resultaron con lesiones en el altercado, para que no sean contactados en forma alguna por Cowley o McGregor, ni en persona ni a través de alguna red social, ya que estarían violando su acuerdo de libertad condicional.
Lo único que se sabe acerca de su futuro es que la próxima audiencia se llevará a cabo el 14 de junio en Nueva York. A la vez que miles de aficionados siguen soñando con volver a verlo pelear.