La universalización del repudio así como la presión sobre la dictadura de Maduro avanza, según se desprende de la Declaración final de la Cumbre de la Américas celebrada en Perú.
Aun cuando no se incluyó en la Declaración final de la VIII Cumbre de las Américas, que se acaba de celebrar en Lima, una condena al régimen venezolano, los presidentes y jefes de gobierno, con la excepción de los que representaban a Cuba y Bolivia, sí hicieron escuchar sus voces durante las sesiones caracterizándolo como una dictadura. Y al final del evento, 16 países del continente suscribieron una Declaración conjunta en la que consignan su preocupación ante la grave crisis institucional, económica y social que sacude al país, que ha derivado en el entierro de la democracia. En siete puntos manifiestan su alarma por “la persistente situación de quiebre del orden constitucional en Venezuela”.
1-Se expresa que carecen de legitimidad y credibilidad, por lo que no reconocerán las elecciones del próximo 20 de mayo porque no ofrecen garantías de transparencia y se realizan sin la participación de todos los partidos de la oposición (especialmente los fundamentales y sin complacencias o complicidades con el oficialismo) y con más de 200 presos políticos.
2-Se precisa que impulsarán, especialmente en la OEA, acciones dirigidas al logro de la restauración y plena vigencia del Estado de Derecho.
3-Reiteran su respaldo a la Asamblea Nacional y aseguran que no reconocerán los actos jurídicos que no tengan la autorización de ésta, si así lo exige la Constitución Nacional, añadiendo que “en ese contexto considerarán nuevas medidas que contribuyan al pleno respeto de sus facultades constitucionales en materia económica y financiera”.
4-Exhortan la implementación de un programa de asistencia humanitaria internacional con la activación de fondos del Sistema de las Naciones Unidas y de la OEA, “que mitigue los graves efectos del desabastecimiento, especialmente de alimentos y medicinas”.
5-Significan “su profunda preocupación por el creciente éxodo de ciudadanos venezolanos” y piden que se apoye a los países de la región que, comprometiendo recursos y capacidades de prestación de servicios, acogen y atienden masivamente a los venezolanos de la diáspora.
6-Solicitan de toda la comunidad internacional el apoyo a los esfuerzos dirigidos al restablecimiento de la democracia en Venezuela y, más aún, hacen “un llamado a los países que han adoptado medidas, a ampliarlas y fortalecerlas”.
7-Plantean previsivamente que, una vez que Venezuela vuelva a la democracia, la comunidad internacional apoye su recuperación económica.
Avanza la universalización del repudio a la dictadura que padecemos los venezolanos, y si esta llega al 20 de mayo y consuma su farsa electoral, aumentarán la presión y las medidas de los países de la comunidad internacional. El aislamiento será mayor, y cada día Nicolás Maduro se irá pareciendo más, en versión política, a Robinson Crusoe.