*Dos Asambleas Nacionales, dos Fiscalías, dos Tribunales Supremos y un sinfín de leyes, decretos, hasta Banco Central en duplicado se gasta Venezuela. Todo un récord, sin otro igual en el mundo.
Venezuela es el único país en el mundo con dos Asambleas Nacionales, dos Tribunales Supremos y dos Fiscalías Generales de la República. También es el único país donde cada Asamblea Nacional considera a la otra de «nula», cada TSJ afirma que el otro no existe y cada Fiscal General considera que las decisiones del otro no tienen validez.
Además es el único país cuyos principales órganos de poder no son nacionales, sino internacionales, con un presidente cuyos orígenes parecen abarcar dos lados de la frontera, un TSJ en Caracas y otro en Colombia e igual, una Fiscalía General afuera y la otra adentro.
Con todo eso, la Fuerza Armada les ganó en materia de duplicación, porque lo de ellos va por triplicado: los miembros de las FANB que vemos en los desfiles, los que no vemos porque están presos y finalmente los que pidieron o piden la baja. Me dicen que los tres grupos son más o menos de igual tamaño… no sé.
Lo cual es poco, si lo comparamos con la población, donde se cuentan por millones los que quedaron, otros millones que se fueron y otros más que se preparan a emigrar.
Lo anterior no es ni ironía ni exageración, sino la realidad de un país profundamente herido y en proceso de desintegración.
Lo que se observa en materia de duplicaciones, parece ser consecuencia de un largo camino sembrado de organismos paralelos, calculados para asfixiar al ente existente con un gemelo creado por Hugo Chávez. La primera señal inequívoca de que se trataba de un sistema, fue la creación de sindicatos paralelos. Si mal no recuerdo el primer ensayo fue para duplicar a la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), con la creación de un paralelo chavista, la Unión Nacional de los Trabajadores (UNT) que recibió amplio financiamiento y apoyo del gobierno, con el plan de sofocar a la CTV.
De manera similar actuó Chávez en materia de salud. Dejando a la deriva la red de hospitales públicos que funcionaban durante la era democrática, Chávez creó Barrio Adentro duplicando la existente red de ambulatorios y sembró el país de promesas de hospitales nuevos: serían 15 en total entre generales y especializados. Los de la primera etapa, dijo el 30 de septiembre de 2007, en el programa Aló Presidente No. 296, serían 6 y estarían terminados en 2009. Hasta asignó el dinero necesario para esas construcciones fantasmas y el proyecto sirvió para abandonar a su suerte los hospitales que ya existían. El resultado es la desidia de lo anterior y la inexistencia de lo prometido.
Otro paralelo fue la creación de las universidades bolivarianas, en detrimento de las grandes universidades nacionales. Ese paralelismo universitario ha sido otra de las ocurrencias de la revolución y es de admirar que el calculado estrangulamiento presupuestario de las universidades tradicionales, no haya logrado forzar sus cierres, pese a todas las restricciones financieras que les fueron impuestas. En cuanto al nivel académico de las universidades bolivarianas, sólo cabe lamentar e intentar la salvación profesional de sus graduados.
En materia de pesca y agricultura, Chávez creó el Movimiento Campesino Bolívar Maisanta y la Federación Bolivariana de Trabajadores de la Pesca y el Campo. Además, sustituyó la ejemplar empresa Agroisleña de venta de insumos, maquinaria y asesoramiento técnico, con una «Agropatria» ineficaz. Hasta inventó en un alarde de creatividad el nombre «método Chaz», que se convirtió a la larga en unas palabras de burla.
Tanto o más grave para arruinar al país ha sido la duplicación del Banco Central con el Fonden. Ese Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) fue creado por Chávez vía Gaceta Oficial en el año 2005, aduciendo que él necesita disponer de «un millardito» (sic) proveniente del Banco Central y desde entonces, los millarditos fueron succionando las arcas públicas. Según el diputado Elías Matta en informe a la Asamblea Nacional, el Fonden recibió y despilfarró la suma de 143.000 millones de dólares. Dejó vacío al Banco Central y de pasó, también secó a PDVSA. Del cúmulo de los entes duplicados, el Fonden quizás fue el más nocivo y no está equivocado considerarlo como el principal causante de la actual megainflación, puesto que fue el ente que sacó del BCV el amparo del valor del bolívar.
Volviendo a lo inmediato, o sea a la programada duplicación de la Asamblea y el Tribunal Supremo (¡nada menos que el Poder Legislativo y el Poder Judicial!), estamos nuevamente atrapados en el manual que dejó Chávez de aniquilar duplicando.
La Asamblea Nacional Constituyente fue creada con el fin de anular a la Asamblea Nacional con la excusa de que se ocupará de redactar una nueva Constitución de la República. Sin embargo, durante toda la era Chávez y los primeros años de Maduro, había sido tan intensa la valoración y promoción oficial de las bondades de la Constitución de 1999, conceptuada como «la de Chávez», que hasta en los más fieles seguidores de Maduro, la idea de cambiar la Constitución se topó con una resistencia tácita. Quedó por lo tanto la AN Constituyente como un organismo inventado para sustituir a todos los demás poderes, lo que no ha sido aceptado por la comunidad internacional, ni tampoco por la gran mayoría del pueblo venezolano. Es difícil prever qué será de esa «constituyente» rechazada por los organismos internacionales e ignorada por la población local.
Lo del Tribunal Supremo es un caso donde la duplicación con otro cuerpo similar es imposible, pero se aumentó el número de magistrados, se cambiaron otros y los nuevos se eligieron el 23 de diciembre, durante la última sesión del parlamento presidido por Diosdado Cabello. Ese día se eligió y juramentó a 13 magistrados principales y 21 suplentes para el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela con el voto salvado de la oposición, que prometió destituirlos al asumir el control del Parlamento. Efectivamente, con dos años de distancia, la Asamblea Nacional eligió un Tribunal Supremo legitimado por ella, que partió inmediatamente al exilio, para evitar las órdenes de detención contra los nuevos magistrados. De tal manera, que fiel a la tradición chavista, Venezuela tiene ahora dos TSJ antagónicos entre sí y de los que uno se apresta a enjuiciar al presidente de la república… sin que se sepa si ese juicio tendrá lugar y/o efectividad.
Ante la caótica situación que el chavismo creó duplicando leyes y poderes, la oposición tiene la mesa servida para denunciar cada una de esas irregularidades que han destruido la gestión gubernamental. Son duplicaciones que no ofrecen ningún indicio de regreso a un solo pueblo, un solo parlamento, un solo Tribunal Supremo y una sola fiscalía. ¿Será que es mucho pedir?