Nosotras, un pacto entre caballeros

Por Verónica Fumanal.- La crisis provocada por la publicación por parte de Eldiario.es de que Cristina Cifuentes había obtenido un Máster de forma fraudulenta, precipitó la decisión en Podemos de adelantar su proceso de primarias pendiente para la Comunidad de Madrid.

Errejón e Iglesias (Archivo). FOTO: ABC

La derrota de Iñigo Errejón en el congreso Vistalegre II, tuvo como resultado un acuerdo de no agresión con Pablo Iglesias que consistía en que Errejón fuera el próximo candidato a la Comunidad de Madrid. Sin embargo, los detalles de este pacto no se habían acordado y la crisis saltó en la formación morada cuando Espinar, dirigente del partido en Madrid, aprobó -a espaldas de Errejón- que las primarias para la candidatura se acompasaran en dos tiempos: unas primeras primarias para el candidato y, más adelante, las primarias para el resto de la lista. Esta decisión parecía diseñada para que Errejón no pudiera tener el control sobre la totalidad de la candidatura y dejarle el liderazgo de forma nominativa, pero no en términos de poder real sobre su futuro grupo parlamentario.

Las crisis en Podemos se caracterizan por librarse en los medios de comunicación. Tras conocerse la decisión del tándem Iglesias-Espinar, Errejón y su entorno no tardaron en hacer público que bajo esas condiciones no aceptaría la candidatura, enviando un mensaje de fractura interna que recordaba que, los antes amigos, Iglesias y Errejón se declararon adversarios irreconciliables. Iglesias, lejos de intentar resolver la crisis mediante una reunión interna, advirtió públicamente a Errejón que con los asuntos internos de Podemos “ni media tontería” agravando la crisis del partido morado y por ende, quitándole el foco a la entonces Presidenta Cifuentes que llevaba tres semanas de calvario público.

Esta batalla pública por el control de la candidatura de Podemos en la Comunidad de Madrid no solo afectaba a la credibilidad del partido como una alternativa real, ya que las fracturas internas envían un mensaje al electorado de falta de capacidad para gobernar de manera eficiente las instituciones, sino que además, dejaban a Lorena Ruiz-Huerta, actual portavoz de la Asamblea de Madrid y miembro de la corriente de Podemos anticapitalista, absolutamente desautorizada en su papel institucional, evidenciando que estaba de salida.

Bescansa y Errejón. FOTO: ABC

El acuerdo final entre Errejón e Iglesias fue forzado por la entrada de Carolina Bescansa en escena. Desde su ordenador, fue filtrado por error a más de 3.000 contactos de telegram un documento estratégico en el que vinculaba su apoyo a Errejón como número dos a la Comunidad de Madrid, a que Errejón la apoyara a ella para concurrir a la Secretaría General de Podemos en el próximo congreso. Este documento, que dejaba claro que Espinar no concurriría en las listas, fue desmentido por Bescansa aludiendo que fue su equipo y no ella quien lo había realizado. Minutos más tarde, Errejón lo tildaba de inapropiado y delirante. Sin embargo, situaba al candidateable en una posición de gran debilidad porque, a ciencia cierta, nunca se sabrá si era el fruto de una conversación previa de los anti-Iglesias.

Errejón, Iglesias y Espinar. FOTO: ABC

Nosotras, este era el gran rótulo que presidía la rueda de prensa que ofrecieron Iglesias, Errejón y Espinar para formalizar una nueva tregua y anunciar que Errejón sería el candidato a la Comunidad de Madrid, seguido en tercer lugar por Espinar. Una pretendida Pax Romana entre los tres líderes que dejaba fuera a las dos mujeres que legítimamente aspiraban a cargos de poder: Bescansa y Ruiz-Huerta.

El acuerdo, realizado al más estilo tradicional entre hombres, en una reunión a puerta cerrada, repartiéndose el poder según las cuotas de partido, desterraba unas primarias reales para que fueran los inscritos e inscritas de Podemos quienes decidieran sobre las listas y sus integrantes. Y con el gran rótulo “NOSOTRAS” se ponía punto y seguido a una lucha de poder, donde ellas fueron desterradas de la lucha legítima por sus aspiraciones en un pacto entre “caballeros”.

Verónica Fumanal es analista política y asesora de comunicación. Ha sido dircom de Pedro Sánchez en su anterior etapa como secretario general del PSOE. Anteriormente lideró la comunicación de Albert Rivera en Ciudadanos.