Querida NoSéCómoTeLlamas:
Acaba de salir la sentencia de tu violación, y ha resultado que no te violaron esos cinco animales que te penetraron la vagina, el ano y la boca en un portal oscuro de Pamplona la madrugada de San Fermín 2016. Alguno de ellos lo hizo dos y tres veces. Dicen los jueces que no, que eso fueron abusos porque no hubo “violencia” ni “intimidación”. Y yo no entiendo nada. Llevo tiempo queriendo escribir una carta, pero no era ésta.
No sé cómo te llamas pero me alegro de que a ellos sí les conozcamos la cara, el nombre y hasta en qué trabajan. Porque dirá su abogado que “ha habido un juicio paralelo” y que “algunos ya los habían condenado en el telediario, antes de que los jueces dictaran sentencia”; podrá insistir el letrado en que va a recurrir para que salgan con libre absolución los cinco miembros de ‘La Manada’ —así se llamaban a sí mismos, conscientes de su condición animal—. Pero yo sé que irte con cinco tipos una noche que estás de juerga e incluso entrar en un portal con ellos no significa que quieras que te hagan sexo por turnos, no implica que aceptes que te arranquen la ropa entre risas y jolgorio, no es que lo fueras buscando, ni siquiera que te lo hayas buscado.
“Jolgorio”. Eso dice uno de los magistrados que vio en los vídeos que se emitieron en la vista oral de tu caso. Imágenes de cinco hombres y una mujer practicando sexo en las que el magistrado considera que no quedaba acreditado que “la denunciante, durante las referidas relaciones sexuales, se encontrase en una situación de shock o bloqueo que le hubiese impedido comunicar a los cinco acusados, si así lo hubiere querido, que su deseo no era el de mantenerlas”.
Y yo, querida NoSéCómoTeLlamas, que como periodista he tenido acceso a asquerosos fotogramas de esos vídeos, juro que no entiendo a ese juez. Cinco machotes rodeando a una muchacha de 18 años ya es una situación de shock en la que cualquier chica se bloquearía. Salieras o no de juerga esa noche de los Sanfermines. Previeras ir en busca de un tipo con el que yacer esa madrugada o no. Hubieras bebido de más o no. Incluso aunque consumieses voluntariamente alguna otra sustancia. ¿Por qué te juzgan a ti?
Pero es que no eran sólo cinco varones en celo. Es que iban premeditadamente a violar, y lo emitieron en directo en su grupo de WhatsApp: “Tío, follándonos a una entre los cinco”, “puta pasada viaje”, “todo lo que cuente es poco”. Es que sus colegas al otro lado del móvil, al leer que “hay vídeo”, los aplaudían: “cabrones, os envidio”.
Porque había un plan. Días antes de esa madrugada del 7 de julio, ‘La Manada’ preparaba el viaje preguntándose qué sedantes llevar consigo en la maleta “para las violaciones”. Se preguntaban: “¿Llevamos burundanga? Hay que empezar a buscar el cloroformo, las cuerdas… para no cogernos los dedos porque después queremos violar todos”.
Vale que esto no ha podido ser tenido en cuenta en el juicio, y no entraré yo en los detalles procesales de eso. Y que un juez debe atenerse a las pruebas válidas. Pero el magistrado interpretó lo que vio en esos vídeos, y ante esa disquisición subjetiva, él optó por la de que si tú no te quejabas, si no gritabas, si no te jugabas la vida clavándoles las uñas, o mordiendo el pene que te introducían en la boca, es que estabas gozando.
Y ahí no está lo peor, sino en los otros dos magistrados, los que sí condenaron, los que sí han entendido que tú no querías, y que describen unos hechos probados irreproducibles aquí pero disponibles en la sentencia, publicada en su integridad en OKDIARIO. Y a pesar de todo, ellos no ven ahí violación, sólo abusos sexuales.
Este escándalo de sentencia, querida NoSéCómoTeLlamas, ha sacado a la gente a la calle, estupefacta; ha indignado a las asociaciones de feministas; ha hecho cambiar del bando de su demagogia a los políticos; nos ha hecho un poco mujeres a todos.
Puede que haya que cambiar la ley que, como recordó la eurodiputada Beatriz Becerra, incumple el Convenio de Estambul, firmado por España, y exige “violencia” e “intimidación” y no le basta la “falta de consentimiento expreso” para considerar violación un acto tan odioso. Puede que haya que formar a los jueces para que entiendan que la “violencia” y la “intimidación” son evidentes en un corro de cinco animales bajándose los calzones en torno a una joven indefensa. No lo sé, lo siento.
Querida NoSéCómoTeLlamas, dice tu abogado que va a recurrir la sentencia, pero que estuviste unos días pensando en no hacerlo, en acabar ya con esto, cansada de que los jueces hayan basado su sentencia no en lo que hicieron esos cinco animales, sino en lo que no hiciste tú, o ellos no supieron ver. Yo sólo puedo decirte que llevo tiempo queriendo escribir una carta, y no era ésta, sino una a otra chica que conocí hace años, cuando ella y yo teníamos más o menos la edad que hoy tiene mi hija mayor. Esa edad a la que las chicas sois más vulnerables, esa edad llena de ganas por vivir, en la que todo son promesas de futuro. Ojalá todas viváis pronto en un mundo en el que no tengáis miedo a salir, a que os asalten, a que se os ponga en duda, a que no se os haga justicia.
Entretanto, NoSéQuéDecirte, sólo que yo sí te creo.
Alberto D. Prieto es Corresponsal Internacional de OKDIARIO