CAR01. CARACAS (VENEZUELA), 24/04/2017 - Venezolanos participan en una manifestación contra el Gobierno venezolano hoy, lunes 24 de abril de 2017, en Caracas (Venezuela). Centenares de venezolanos en varias ciudades del país comenzaron a concentrarse para la protesta convocada por la oposición denominada "Venezuela se planta contra la dictadura", con la que han llamado a manifestarse en contra del Gobierno de Nicolás Maduro. EFE/CRISTIAN HERNANDEZ

La mejor vacuna contra los fraudes electorales es la unidad de todos los venezolanos que queremos un mejor país

Por Jaime Granda

Tenemos que aprender que la mejor vacuna contra los fraudes electorales es la unidad de todos los venezolanos que queremos un mejor país.

Seguramente hay más, pero los fraudes electorales ocurridos en Venezuela en 1846, 1897, 1952 y 1957 han sido bien analizados por Rafael Simón Jiménez, de quien Pompeyo Márquez dijo en el prólogo del libro que nos ocupa  que es uno de los pocos  dirigentes políticos que le imprimen a su discurso contenido histórico y social.

Eso está demostrado en el libro “Los fraudes electorales en Venezuela”, publicado en 2004, en cuya introducción, Jiménez  plantea: “En nuestra historia republicana tan discontinua y accidentada pudieran identificarse  dos tendencias que se retroalimentan desde nuestra génesis hasta la contemporaneidad y que conforman los nudos gordianos  que se erigen como dificultades para alcanzar una democracia moderna que sirva de entorno favorable para un desarrollo sustentable que implique crecimiento  económico con justicia e igualdad de oportunidades para todos. El Peso del factor personal, es decir, del caudillismo, que se alimenta de ilusorias ideas de predestinación, milagrería y carisma, pretendiendo  ser justificadas en el pasado por seudo-teorías  como la del ‘gendarme necesario’, es decir del ‘hombre fuerte’ capaz de someter y disciplinar a los venezolanos, sin el cual no sería posible alcanzar el orden y el progreso”.

El otro nudo gordiano es “el predominio personal, apuntalado bajo fórmulas civiles o militares, que contraría el desarrollo institucional, creando debilidades institucionales para edificar un sistema de convivencia cimentado sobre valores, principios y normas que sean garantes de derechos ciudadanos y que a su vez establezcan deberes y obligaciones correlativas, asegurando la igualdad ante la ley, el acceso a los medios para hacerla efectiva y la confianza y seguridad en el funcionamiento de las instituciones al margen de toda influencia indebida o de la vigencia de fueros y privilegios”.

Eso coincide con lo dicho por Enrique Tejera París elogiando que la planificación ha sido importante y útil en Venezuela, pero “si nuestras obras públicas son de concreto armado, nuestras instituciones parecen construidas con bahareque y el tiempo las erosiona”.

Lo cierto es que lo que ocurre ahora se parece a lo de 1952 cuando Pérez Jiménez, acusado popularmente por el asesinato de Delgado Chalbaud, recurre a una Asamblea Constituyente. El PCV, URD y COPEI resolvieron participar, pero Rómulo Betancourt desde el exterior llama a la abstención argumentando que participar en ese proceso era “convalidar a la dictadura”. Leonardo Ruiz Pineda, secretario general de AD en la clandestinidad, enfrenta las directrices de Rómulo. Los opositores ganaron, pero sin unidad no hubo convicción de victoria ni quien la defendiera.

Pérez Jiménez apeló en 1957 a un plebiscito buscando prorrogar su mandato otros cinco años, pero las cosas eran distintas.

El editorial del diario La Religión del 28 de diciembre de 1957, Día de los Inocentes, 13 días después de la farsa plebiscitaria y 26 días antes de su caída, resume el mal que nos aqueja: “La historia de la Humanidad está plagada de hombres como Herodes. Hombres que violentan todas las leyes, que pisotean la Justicia, sacrifican víctimas inocentes a fin de poder llevar adelante sus planes de orgullo y ambición. Si fuéramos capaces de terminar con todos esos engendros de la historia de la Humanidad, esa historia aparecería resplandeciente de luz, paz y armonía”.

@jajogra