Por Carlos Canache Mata
El capitalismo ha mutado internamente y es distinto al que conoció y describió Carlos Marx en el siglo XIX.
El pasado 5 de mayo se cumplieron 200 años del nacimiento de Karl Marx en Tréveris, ciudad alemana. En 1883 murió en Londres, donde había establecido su residencia definitiva y donde, a la vista del capitalismo inglés, escribió sus principales obras, “Crítica de la economía política” y “El Capital”. Ya antes, en 1848, junto a Friederich Engels, había escrito el Manifiesto Comunista, cuya frase inicial es muy conocida: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”.
Muchos años después, el 25 de octubre (7 de noviembre) de 1917 triunfó en Rusia la Revolución Bolchevique, alzando la bandera doctrinaria del marxismo, con Lenin (Vladimir Ilich Uliánov) a la cabeza. Triunfó en un país en transición del feudalismo al capitalismo, y no en un país industrializado como esperaban y creían los teóricos del marxismo. El día mencionado se instaló en Petrogrado, entonces la capital de Rusia, el nuevo gobierno, bajo el nombre de Soviet o Consejo de Comisarios del Pueblo, presidido por Lenin. Comenzaba así el gobierno que tendría el cometido de la aplicación del comunismo en Rusia, país que después, en 1922, se transformaría en la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), reagrupando la mayor parte de los territorios del antiguo imperio ruso.
Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la URSS estableció gobiernos comunistas en los países europeos (Europa Oriental) que las tropas soviéticas iban liberando de la ocupación alemana nazi. Como señala el australiano Peter Singer, entre 1949 y 1989 (caída del Muro de Berlín, que marca el inicio del abandono del comunismo por esos países), “casi cuatro de cada diez personas en la Tierra vivían bajo gobiernos que se decían seguidores del marxismo”. Esa influencia del marxismo y de su creador, Karl Marx, se vino abajo con la desintegración y desaparición de la URSS en 1991. Hoy, son muy pocos los países que se proclaman comunistas: China, con régimen político de partido único, pero que en lo económico, después de las reformas de Deng Xiaoping en 1978, se acerca al capitalismo con su llamada economía de “socialismo de mercado”; Corea del Norte, que ahora se reune con la capitalista Corea del Sur y en los próximos días lo hará con los Estados Unidos de Donald Trump; y Cuba, que a veces también pone en práctica fórmulas capitalistas. Siempre me he resistido a incluir en esa lista al régimen autoritario-dictatorial de casi 20 años, encabezado primero por Hugo Chávez y ahora por Nicolás Maduro, aun cuando hayan proclamado admiración o identificación con el comunismo, cuya armazón ideológica realmente desconocen y que apenas pueden haber rozado con lecturas de manuales elementales para principiantes. Por eso, ha causado extrañeza la insólita declaración del ministro de la Defensa, general Padrino López, hecha el mismo día 5 de mayo pasado, de que “hace 200 años nació uno de los hombres que sentó las bases del socialismo científico, Karl Marx” y que “su legado ideológico y su ejemplo de lucha por la dignificación de la humanidad está más vigente que nunca en el mundo” (¡!).
El capitalismo se ha estado mutando internamente y es distinto al que conoció y describió Marx en el siglo XIX. El fantasma del Manifiesto Comunista ya casi no sale y el capitalismo ensaya otra aparición. Pelea de fantasmas, cuyo desenlace se está viendo.